La enfermedad de Parkinson (EP) es uno de los trastornos neurológicos más generalizados y extendidos del mundo. Esta enfermedad crónica afecta al movimiento y la cognición de la persona, y no tiene cura conocida. Los medicamentos existentes para el Parkinson y otros tratamientos son más eficaces en las primeras etapas de la enfermedad, por lo que una herramienta de diagnóstico fiable y rápida sigue siendo una prioridad clave en la investigación del Parkinson.
Científicos del Reino Unido tomaron una ruta inusual para diagnosticar el Parkinson. Desarrollaron una prueba cutánea no invasiva que sólo tarda 3 minutos en procesarse y puede identificar con precisión la enfermedad, incluso en sus primeras fases.
Por qué es difícil diagnosticar la enfermedad de Parkinson
Cada año se diagnostican alrededor de sesenta mil estadounidenses con EP, y muchos más pasan desapercibidos. Las personas más jóvenes son las más propensas a recibir un diagnóstico erróneo o insuficiente, a pesar de que entre el 10 y el 20% de todos los pacientes con EP experimentan los primeros síntomas antes de los 50 años de edad.
En la actualidad, el diagnóstico de una persona con Parkinson es un proceso largo y complicado. Un especialista examina las imágenes cerebrales, comprueba los síntomas con pruebas neurológicas como la prueba de punteo o de marcha, y examina el historial médico del paciente antes de emitir un diagnóstico definitivo.
Dado que la EP tiene muchos síntomas comunes con otros problemas neurológicos, a menudo se necesitan varias visitas para establecer un diagnóstico de Parkinson. Esto, por supuesto, requiere mucho tiempo por parte del paciente y del médico. Y para una enfermedad que afecta a casi un millón de estadounidenses, esto parece ser un enfoque de diagnóstico bastante ineficiente.
Investigadores de la Universidad de Manchester, en el Reino Unido, dicen que pueden cambiar esto de una vez por todas. Han desarrollado una prueba rápida capaz de detectar la EP a partir de las secreciones de la piel de una persona. Los resultados del estudio se han publicado en el Journal of the American Chemical Society.
El aumento de la producción de sebo (una sustancia aceitosa de la piel), observado por primera vez en 1927, es un síntoma conocido de la enfermedad de Parkinson. Pero la investigación en cuestión se inspiró en el relato en primera persona llamada Joy Milne. Enfermera jubilada con hiperosmia hereditaria, o sentido del olfato agudizado, Milne observó que el olor de su marido Les había cambiado repentinamente.
Más de una década después, a Les le diagnosticaron EP. La pareja comenzó a ir a un grupo de apoyo de Parkinson, y enseguida, Milne notó que las personas del grupo tenían el mismo olor corporal que su marido Les.
Lamentablemente, Les falleció en 2015, pero Milne decidió colaborar con los investigadores médicos para utilizar su observación como una forma de mejorar el diagnóstico de la enfermedad. Los análisis de biofluidos apoyaron su estimación, ya que estos han revelado que la composición del sebo efectivamente cambia con la aparición de la enfermedad. Pero la investigación no se detuvo ahí.
Los investigadores de la Universidad de Manchester descubrieron que una simple muestra de sebo tomada de la piel con un hisopo puede ayudarles a detectar biomarcadores únicos asociados a la enfermedad de Parkinson. Se trata de la primera prueba química de la EP, y los investigadores planean colaborar con los hospitales de la zona de Manchester para aplicar la prueba en los próximos dos años.
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¿Cómo funciona la prueba?
Los investigadores informan de que reclutaron a participantes de 27 clínicas del Reino Unido. En total, recogieron 150 muestras de sebo tomadas simplemente pasando un bastoncillo de algodón por la piel de la zona media de la espalda. Se tomaron 79 muestras de pacientes con EP y 71 de individuos sin la enfermedad, que se utilizaron como controles.
Las muestras se llevaron al laboratorio, donde se aisló el sebo en papel de filtro. A continuación, los especialistas del laboratorio añadieron un disolvente y voltaje para prepararlo para su uso en un espectrómetro de masas, que es un dispositivo utilizado para identificar compuestos químicos desconocidos. En total, las muestras contenían 4.200 características únicas, 500 de las cuales se encontraban de forma exclusiva en los individuos con EP pero no en el grupo de control.
Los marcadores químicos únicos pueden utilizarse ahora para analizar nuevas muestras en los diagnósticos de EP y para confirmar aún más la fiabilidad de la prueba. Como señaló el neurólogo Prof. Monty Silverdale, autor clínico principal del estudio, "Esta prueba tiene el potencial de mejorar masivamente el diagnóstico y el manejo de las personas con la enfermedad de Parkinson".