Ninguna familia es perfecta y en todas ellas hay desafíos que padres e hijos deben aprender a manejar. Sin embargo, algunas familias tienen una dinámica ligeramente más problemática que otras, que se expresa en tensión, discusiones, expectativas poco realistas, negligencia, un hogar disfuncional o incluso peor. Si creciste en una familia así, sabes que puede afectar negativamente a tu salud mental más adelante en la vida, así como a las relaciones entre los miembros de la familia. Incluso puedes trasladar estos comportamientos a la familia que estás construyendo, pero no tiene por qué ser así. Puedes identificar la dinámica problemática y abordarla a tiempo para que todos puedan vivir en una familia más sana y pacífica. Hoy aprenderás a hacerlo, y comienza por identificar la dinámica problemática en tu familia de los siguientes 9 tipos, y ten en cuenta que puede haber más de una dinámica de este tipo presente en la familia.
1. Abuso y control
Si sientes que tienes que tener cuidado con cada palabra que dices o que estás constantemente sujeto a críticas y amenazas, es posible que estés en una familia donde la dinámica gira en torno al abuso y el control. En este tipo de familia, uno o más miembros de la familia tienen el control, utilizando el miedo y el abuso (emocional o físico) para dominar a los demás.
Cómo reconocer el problema:
Un miembro de la familia controlador y abusivo a menudo despoja de sus derechos a sus hijos y cónyuge, siempre echándoles la culpa pero nunca asumiendo la responsabilidad. Otros rasgos incluyen:
- Reglas estrictas y duras
- Supervisión de cada paso de los miembros de la familia
- La toma de decisiones está únicamente en manos del miembro de la familia controlador
Sin embargo, un solo incidente no puede tomarse como una indicación de todo el comportamiento de la persona que crees que es controladora en tu familia. Debes buscar patrones de comportamiento repetidos, como:
- Desconsideración hacia otros miembros de la familia
- Intentos de socavar el control de los demás en la familia
- Violencia
- Aislamiento de los miembros de la familia
- Críticas frecuentes y dañinas
- Amenazas
- Tratar de normalizar estos comportamientos como algo típico en las familias
2. Competitividad
En una dinámica familiar competitiva, los miembros de la familia se convierten casi en enemigos, tratando de eclipsar los logros de los demás, en lugar de celebrarlos juntos y ayudar a todos a cumplir sus metas y sueños. Fomentar la competencia excesiva en una familia hace que los niños desarrollen una mentalidad de "ganar a cualquier precio", lo que conduce a una sensación de fracaso y una baja autoestima cuando no tienen éxito. A veces, los padres utilizan la manipulación emocional para motivar a sus hijos, y esas familias a menudo carecen de apoyo emocional: los padres valoran el valor de sus hijos en función de su éxito.
Cómo reconocer el problema:
En una familia así, los celos son comunes, así como los sentimientos de resentimiento e inseguridad. Los padres pueden favorecer a un hijo o aislar a otro en un intento de crear un entorno competitivo que, según creen, ayudará a que ambos niños triunfen, pero esto no es lo que sucede. Compruebe si tú, como padre, tiendes a actuar de esta manera:
- Comparaciones frecuentes entre los hijos
- Enfatizar la importancia de ganar y los logros
- Brindar aprobación y afecto en función del éxito
- Fomentar las interacciones competitivas
3. Enredo (Lazos demasiado estrechos)
En este tipo de familias, los límites personales son demasiado difusos y los miembros de la familia se involucran demasiado en la vida de los demás, lo que lleva a una pérdida de la capacidad de desarrollar la independencia. Los niños quedan atrapados en las necesidades de sus padres y en roles que no son apropiados para ellos, lo que conduce a lo que los expertos llaman "incesto emocional". A medida que aumenta la presión familiar, el niño puede terminar siendo el chivo expiatorio de la familia y sentirse como la principal causa de los problemas que existen en ella.
Cómo reconocer el problema:
En este tipo de familias, existe una dependencia excesiva de los demás y poca o ninguna separación entre los miembros. Todos son simplemente parte de la familia entera sin poder ser realmente ellos mismos, lo que les impide luchar por la independencia, que son incapaces de lograr.
En las familias con lazos demasiado estrechos, falta privacidad y los miembros de la familia a menudo dependen emocionalmente unos de otros, evitando los conflictos entre ellos. A menudo se espera que los niños mayores cuiden de sus hermanos menores o incluso de sus padres, o que se cuiden a sí mismos, lo que significa que asumen un papel paternal ellos mismos, sin mucha ayuda de sus padres.
4. Permitir comportamientos tóxicos
Hay familias en las que los miembros son conscientes del comportamiento tóxico de uno o más de ellos, pero en un intento de evitar conflictos, permiten este comportamiento. En última instancia, esto perjudica a los miembros de la familia e impide que el miembro de la familia infractor aprenda cómo está causando daño y cómo dejar de hacerlo.
Cómo reconocer el problema:
Los miembros de la familia pueden permitir adicciones o comportamientos destructivos mediante acciones destinadas a proteger al miembro de la familia infractor, como mentir o restar importancia a la importancia del comportamiento dañino. Desde su perspectiva, el miembro de la familia infractor no es responsable de sus acciones, por lo que acepta su comportamiento y le da indulgencia, en lugar de mostrarle que es responsable de sí mismo y de sus acciones y que está lastimando a los demás.
En este tipo de familias, los límites pueden volverse difusos porque, si bien el daño se siente dentro de la familia, se niega. Los familiares se sienten atrapados en la necesidad de cuidar al familiar agresor y evitarle el sufrimiento, a sus propias expensas y sin límites claros, lo que finalmente conduce a demandas excesivas, presión y gran agotamiento.
5. Inversión de roles entre padres e hijos
En este tipo de familia, las necesidades emocionales o prácticas del niño son "invisibles" para los padres, y se espera que el niño cuide de la familia o se ocupe de aspectos que están más allá de su etapa de desarrollo.
Cómo reconocer el problema:
Esto suele suceder con el hijo mayor, a quien los padres tratan como un tercer padre en la familia, exigiéndole que abandone pasatiempos, actividades académicas y otras áreas que debería estar desarrollando a su edad. En algunos casos, incluso puede convertirse en el mediador entre sus padres durante las discusiones.
Si el papel de cada miembro de la familia no está claro o es confuso, o si se espera que los niños de la familia se comporten como adultos, esto podría ser un signo de una dinámica problemática. Los niños que crecen en este tipo de familias también pueden estar relativamente aislados socialmente, tendiendo a no desarrollar muchas relaciones con sus compañeros ni a participar en actividades apropiadas para su edad.
6. Desconexión emocional
En otras palabras, esto puede llamarse una "familia sin amor", un marco en el que falta el afecto mutuo. Esto sucede cuando los padres no están emocionalmente disponibles para sus hijos y no les brindan el apoyo que necesitan, lo que afecta negativamente el desarrollo emocional y social de los niños.
Cómo reconocer el problema:
En estas familias, los miembros de la familia participan mínimamente en la vida de los demás y están emocionalmente distantes la mayor parte del tiempo. Esto puede hacer que cada uno de ellos se sienta solo, lo que puede llevar a comportamientos que pueden ser completamente diferentes entre sí, como:
- Buscar atención de otras fuentes
- Ansiedad por separación
- Formar vínculos demasiado rápidos con otros adultos o amigos
- Dificultad para desarrollar la capacidad de conectarse con los demás
Si no hay abrazos ni muestras de afecto en la familia, esto es una gran señal de que hay un problema. Por lo general, también hay una falta de afecto emocional, como empatía o apoyo. Las conversaciones en la familia tienden a ser sobre temas no relacionados con las emociones o sin un significado real, solo charlas triviales. El apoyo suele estar ausente, incluso en momentos difíciles cuando es muy necesario.
7. Inestabilidad
En una familia en la que uno de los padres está permanentemente desempleado o en la que los padres se separan y vuelven con frecuencia, existe una inestabilidad que afecta la capacidad de los padres para proporcionar el apoyo y la rutina que necesitan los niños.
Cómo reconocer el problema:
En esta familia, a menudo hay muchos gritos y muy poco orden, rutina y reglas claras. Los gritos se producen porque los miembros de la familia sienten que no se les escucha y, a menudo, les cuesta gestionar sus responsabilidades sin ayuda. Como resultado, los niños crecen en una casa donde el ambiente es tenso, estresante e incluso inseguro. Si los miembros de la familia están en un estado constante de incertidumbre y confusión, esto es un claro signo de inestabilidad. Otros signos incluyen la falta de sensación de seguridad y confianza en los demás.
8. Perfeccionismo y excesiva conciencia de la imagen corporal
En este tipo de familias, hay un fuerte énfasis en los logros altos e incluso inalcanzables, ya sea en el ámbito profesional, académico o en la imagen corporal. La tendencia de los padres al perfeccionismo puede provocar ansiedad, depresión y diversos problemas de salud mental en los niños, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), la bulimia y otros.
Cómo reconocer el problema:
En este tipo de familia, la atención se centra en la imagen que se da a los demás en lugar de en la autenticidad. No se aceptan los errores y los miembros de la familia se ven presionados a alcanzar una perfección que no siempre es posible. Los padres que demuestran este comportamiento a sus hijos les enseñan que todo lo que no es perfecto no es bueno y esta tendencia al perfeccionismo acaba trasladándose a los niños.
Es importante examinar la actitud de la familia hacia los logros y la apariencia y dónde se pone el énfasis. Un padre puede fomentar el perfeccionismo recompensando los logros, pero a menudo el afecto depende de esos logros. Esto puede aplicarse tanto a los hijos como a sus cónyuges. Por otro lado, la expectativa es tan alta que es muy difícil cumplir con los estándares establecidos y, a veces, incluso es imposible. Además, el padre puede exigir a los miembros de su familia que oculten sus imperfecciones y que siempre tengan una buena apariencia o den la impresión de que todo está bien.
9. Abandono
En una familia donde hay abandono, los niños se ven obligados a aprender a manejar sus problemas por sí solos, que pueden ser emocionales pero también físicos, como el hambre. El abandono se manifiesta como una mínima atención u orientación por parte de los padres, que ignoran las necesidades de sus hijos y tratan de no involucrarse en sus vidas lo más posible.
Cómo reconocer el problema:
Los niños que crecen en una familia así no reciben la atención médica que necesitan, la educación adecuada y muchas otras cosas necesarias para un crecimiento adecuado. Esto incluye la atención a su bienestar mental y condición física en un momento dado, como la higiene, por ejemplo. También hay una clara falta de comunicación o participación en la vida de los niños. Si los niños parecen desatendidos, probablemente lo estén, y esto se puede identificar, por ejemplo, si no saben o no pueden llegar a casa de la escuela, si no tienen comida en la escuela o si tienden a no bañarse porque no hay nadie que los bañe.
¿Cómo superar las dinámicas familiares tóxicas?
Puede resultar confuso y muy difícil crecer en una familia con una dinámica tóxica, pero la buena noticia es que es posible superar la experiencia y lograr una mejor vida, así como brindar una mejor experiencia a la familia que construyas y a los hijos que críes. A continuación, se ofrecen algunos consejos para ayudarte a superar lo que has vivido en tu familia y prevenir dinámicas familiares tóxicas en la familia que establezcas:
- Reconoce el problema a tiempo, especialmente si existe dentro de ti, y ya puedes hacer algo para cambiar la situación.
- Sé consciente de las interacciones que tienes con tu familia extendida e intenta ver cómo te afectan a ti y a los miembros de tu familia.
- Establece límites con tus padres o hermanos y asegúrate de que no los crucen.
- Sé asertivo, pero ten cuidado de no desarrollar una actitud pasivo-agresiva. No tengas miedo de expresar lo que quieres transmitir con tu mensaje.
- Cuéntales a tus familiares cómo te sientes acerca de su comportamiento o inacción, y pídeles que corrijan su comportamiento problemático. Prepárate para la posibilidad de que no puedan o no quieran hacerlo.
- Busca un sistema de apoyo que te ayude a sentirte seguro y a tomar mejores decisiones. Esto incluye a tu cónyuge, amigos, colegas, vecinos, etc.
- Busca terapia con un especialista que pueda ayudarle a manejar mejor la situación. Puede ayudarte a lidiar con pensamientos y conductas negativas derivadas de su situación familiar, mejorar sus habilidades de comunicación y ayudarle a resolver asuntos que aún no ha podido resolver.
En algunos casos, puede que tengas que limitar tu contacto con miembros de la familia que te hicieron daño o incluso cortar el contacto con ellos por completo. En otros casos, sin embargo, tendrás que aprender a perdonar, aunque cabe destacar que esto no significa que debas aceptar la conducta abusiva, sino simplemente dejar ir el resentimiento que guardas en tu interior.