En primer lugar, no reacciones de forma exagerada. "Nunca llames mentiroso a un niño, a ninguna edad", dice Jane Kostelak, experta en desarrollo infantil de la organización Parents as Teachers, con sede en St. Louis. Una respuesta enojada puede hacer que tu hijo se ponga a la defensiva, lo que podría llevar a seguir mintiendo para evitar que lo culpen. En cambio, concéntrate en lo que sucedió y di con calma, por ejemplo, "Veo que derramaste tu jugo", luego ofrece una solución: "Tomemos una toalla de papel y limpiemos esto juntos".
Si tu hijo inventa historias, intenta desafiarlo de una manera divertida y lúdica, sugiere la Dra. Wendy Gamble, científica conductual y profesora adjunta de estudios familiares y desarrollo humano en la Universidad de Arizona. Podrías preguntarle: "¿Es esta una historia real o una historia ficticia?" Lo más probable es que tu hijo admita que la inventó y ambos puedan reírse juntos. También puedes buscar libros sobre mentiras para niños, que pueden ayudarlos a aprender el valor de la honestidad y cómo admitir sus errores.
Trata de comprender los motivos de tus hijos para inventar mentiras y comienza por reflexionar sobre tus reacciones ante los errores que cometen. ¿Son tus expectativas demasiado altas? ¿O tu estilo de crianza es demasiado estricto? Si tu hijo está ansioso, es posible que mienta para evitar la culpa y el castigo. Comienza por tranquilizar a tu hijo reconociendo sus sentimientos. Puedes decir algo como: "Sé que tienes miedo/te avergüenzas cuando haces algo mal", y luego recuérdale que todos cometemos errores, incluso tú. Hazle saber que lo amas sin importar lo que haya hecho y que decir la verdad siempre es la mejor opción, incluso cuando es difícil.
Si tu hijo trae a casa un objeto desconocido, como un juguete robado de la casa de un amigo, evita exigir una confesión. En cambio, responde de manera neutral con una declaración como: "Veo que trajiste a casa un juguete nuevo. ¿Dónde lo encontraste?". Luego explícale por qué no está bien tomar cosas sin permiso. Después, orienta a tu hijo hacia una solución: "Llamemos a su amigo, pidamos disculpas y asegurémonos de que se lo comunique mañana en la escuela".
"Piensa en ti como un maestro, no como un policía", dice Kostelak. Evita los castigos que vayan más allá del alcance de la mentira, por ejemplo, si el niño miente sobre algo bastante rutinario, como apagar el televisor cuando no lo hizo, recuérdale con delicadeza tus expectativas en lugar de imponer consecuencias demasiado duras.
"No intentes tenderles trampas a tus hijos sabiendo que mentirán, ni hacerles preguntas cuyas respuestas ya conoces", dice Kostelak. En cambio, deja en claro que puedes saber cuándo están siendo sinceros o no. Podrías decir: "Eso no parece ser toda la verdad. ¿Quieres pensarlo un momento y contármelo de nuevo?" Además, evita los sermones sobre el tema. Es más probable que tu hijo admita la verdad si mantienes la calma y evitas los comentarios sarcásticos. Cuando confiesen algo, reconócelo y sigue adelante.
Si escuchas a tu hijo decir algo que no es cierto a sus amigos (por ejemplo, si les hablaste de un viaje al extranjero que nunca hiciste), no lo avergüences frente a sus compañeros. Espera hasta que estés en casa y explícales que no necesitan mentir para impresionar a los demás: a los verdaderos amigos les agradarán por lo que son. Por último, recuerda que tus hijos están creciendo y madurando, y merecen algo de privacidad. Si, por ejemplo, fisgoneas en sus mensajes telefónicos, es posible que mientan solo para obtener un poco de espacio de ti. Lo más importante es que centres tus esfuerzos en crear un entorno de apoyo y apertura en casa. Ya sea que tenga 6 o 16 años, es fundamental que sepa que puede hablar contigo sobre cualquier cosa, lo que reduce la probabilidad de que mienta.