Una mujer que se convierte en madre se convierte esencialmente en lo mejor y más importante en la vida de otra persona, su hijo o hija, y este papel conlleva una enorme responsabilidad. Si a eso le sumamos todas las demás tareas que muchas madres y mujeres enfrentan a diario en sus familias y vidas, obtenemos lo que se llama "carga mental" que conduce a un grave agotamiento. Si te sientes agotada y agotada, y en general, sientes que tienes que manejar mucho más de lo que una persona puede hacer por sí sola, es posible que estés sufriendo el síndrome de la madre quemada. A continuación, te mostraremos qué lo causa exactamente, 8 señales que aclararán si realmente es así y también qué debes hacer para volver a encaminarte y afrontarlo con éxito.
¿Qué causa el síndrome del burnout maternal?
Este síndrome no es un problema médico reconocido, sino más bien una condición en la que la madre se siente emocional, mental y físicamente agotada por las muchas exigencias que se le imponen debido a su papel como madre. Marisa Moore, terapeuta profesional de salud mental de Brooklyn, lo explica así: "Es la sensación de que te estás quedando sin energías, de que estás dando tanto de ti que no te queda nada. Puede aparecer de repente en un solo día, cuando te das cuenta de que has superado el cansancio habitual y las cosas que antes te traían alegría ahora parecen meras obligaciones".
Este síndrome es mucho más común hoy en día que antes, y hay varias razones para ello:
Expectativas sociales: la presión por ser la "mamá perfecta" frente a todas esas "mamás perfectas" en las redes sociales hace que muchas madres sientan que tienen que tener el control todo el tiempo, sin equivocarse nunca.
Presión de los padres: nuestros hijos requieren atención y cuidados diarios, y a menudo tenemos que adaptarnos a sus horarios o a los de sus actividades, asegurándonos de que crecen y se desarrollan adecuadamente: es mucha responsabilidad.
Falta de apoyo: muchas madres no reciben el apoyo diario que necesitan, ya sea de su pareja, familia o amigos. En el pasado, las madres dependían mucho de la familia y los vecinos, pero hoy en día es menos común.
Descuidar los hábitos saludables: si no descansas adecuadamente por la noche, todo será más difícil, ya que tanto el cerebro como el cuerpo necesitan recuperarse por completo de cada día. Además, el cuerpo necesita actividad física y una buena nutrición, y si no se las proporcionás, cada tarea física y mental se sentirá más difícil.
8 señales del burnout materno
Si te sientes muy agotada, es posible que notes que estás experimentando otros síntomas que lo acompañan, entre ellos:
1. Culpa: este es el signo más claro de este síndrome porque sientes que estás dando el 100% a tu familia pero aún así no logras hacer o lograr todo lo que intentas.
2. Agotamiento crónico: no importa cuánto duermas, sientes que siempre estás cansada y necesitas acostarte y descansar.
3. Dolor: puede incluir dolores de cabeza frecuentes o incluso dolor en otras áreas del cuerpo, que se origina del estrés. Cuanto más estresada estés, más frecuentemente te atacará el dolor.
4. Cambios en el apetito: es posible que hayas comenzado a comer más como una forma de lidiar con el estrés que estás experimentando o, por otro lado, hayas perdido casi por completo el apetito.
5. Tendencia a enfermarte: si te enfermas con más frecuencia es porque tu sistema inmunológico está debilitado por el cansancio y el estrés que estás experimentando.
6. Todo se siente más difícil: incluso las tareas más pequeñas se sienten gigantescas porque tu carga mental ya está desbordada.
7. Irritabilidad: es fácil que te enfades con tu pareja o tus hijos porque estás emocionalmente agotado y te cuesta mantener la calma.
8. Desapego emocional: a veces puedes sentirte emocionalmente desconectada de tu pareja, tus hijos o incluso de ti misma. Esto es cuando tu carga emocional se vuelve tan alta que crea una especie de cortocircuito en tus emociones, y estas se apagan por completo.
¿Cómo te afecta el síndrome del burnout materno?
Es importante entender que, si bien no es un síndrome médico reconocido, como la depresión o la ansiedad, tiene consecuencias reales para tu salud y bienestar mental. Si no se trata, puede derivar en depresión y ansiedad. Además, como ya habrás notado, puede afectar tu salud física. Además, cuando estás agotada, es más difícil estar presente en tus relaciones y en tu familia, lo que puede generar problemas en la dinámica familiar y en el hogar. También puede afectar tu capacidad para ser una madre completamente comprometida, ya que es más fácil convertirte en una "madre zombi", tumbada en la cama y mirando el teléfono inteligente en lugar de participar activamente en la vida de tus hijos.
¿Cómo lidiar con el síndrome de la madre agotada?
En primer lugar, no te sientas mal por cómo has reaccionado y lidiado con el problema hasta ahora, o incluso por el hecho de que estás experimentando agotamiento. Por el contrario, debes sentirte bien contigo mismo porque eso solo significa que realmente estás haciendo todo lo que puedes y trabajando tan duro como puedes por tu familia y tus hijos. Para seguir haciéndolo sin hacerte daño, aquí tienes algunos consejos que debes recordar y poner en práctica:
Tómate tiempo para ti
Encuentra tiempo cada día para el cuidado personal y date al menos 15 minutos cada día, por la mañana o por la noche, antes de que los niños se despierten o después de que se vayan a dormir. Incluso podría ser tomarte una taza de café tranquilamente o leer un libro que has querido leer durante mucho tiempo pero que no has sentido que tenías tiempo para hacerlo. Esto no es un capricho, te lo debes a ti mismo.
Pide ayuda
Si todavía no has recurrido a tu cónyuge para pedirle ayuda con las tareas del hogar o con los niños, ahora es el momento. Esto es especialmente cierto si trabajas a tiempo completo porque no puedes hacer todo sola, y los niños y la casa no deberían recaer únicamente sobre tus hombros. Si esto no es posible por una razón u otra, pide ayuda a otro miembro de la familia que pueda asistirte.
Establece límites
Recuerda que está perfectamente bien decir "no" y que no tienes que hacer todo por todos. Deja de lado la idea de ser una "madre perfecta", no existe tal cosa. Hay cosas de las que puedes prescindir incluso en la crianza de los hijos, y eso no te convertirá en una peor madre. Solo te convertirá en una madre más sana y completa, y eso es lo que tus hijos realmente necesitan.
Busca terapia
A veces, lo más útil es hablar sobre los sentimientos que estás experimentando y los problemas que enfrentas, y puede sanar el alma si lo haces con la persona adecuada. Un terapeuta profesional puede ayudarte a comprender tus emociones, lidiar con los sentimientos de culpa y agotamiento, y brindarte técnicas para neutralizar los síntomas que estás experimentando.
Habla con otras mamás
Te sorprendería saber lo común que es tu problema y que muchas otras madres están experimentando exactamente lo mismo. Una vez que te das cuenta de esto, todo cambia, ya que todo se vuelve más fácil cuando no te sientes sola. Así que únete a un grupo de mamás en Facebook o habla con otras mamás que conozcas, y podrás intercambiar consejos que te ayudarán a lidiar con el agotamiento que experimentas a diario.
Prueba técnicas de mindfulness y relajación
Incluso en pequeñas dosis, las técnicas de relajación y mindfulness pueden ayudar a aliviar la carga emocional y mental que llevas. Si sientes que tu corazón está a punto de estallar, prueba ejercicios de respiración para ayudar a recuperar el equilibrio que necesitas, y si simplemente ya no te sientes tú misma, prueba a escribir tus sentimientos y convertir tus emociones en palabras: te ayudará a entenderte mucho mejor.