El conflicto entre Israel y Hamás ha puesto de relieve un aspecto a menudo difícil de la crianza de los hijos: hablar de la guerra con los niños. Mientras los adultos luchan por captar los matices, los niños no están aislados de la avalancha de noticias y opiniones. Escuchan fragmentos de conversaciones de adultos, redes sociales e incluso dentro de sus entornos educativos. Como padres, tutores o cuidadores, ¿cómo deben navegar por estas aguas turbias? Aquí hay una guía que se basa en opiniones de expertos e investigaciones para ayudar.
El primer paso es evaluar lo que tus hijos ya saben. A menudo han oído más de lo que crees. Inicie la conversación haciendo preguntas abiertas como: "¿Qué has oído sobre lo que está sucediendo en Israel?" Esto establece un tono de respeto mutuo y les da espacio para expresar sus pensamientos y sentimientos iniciales.
Los niños tienen preocupaciones únicas que pueden no resultarte inmediatamente obvias. Validar sus sentimientos es crucial. Esta no es una conversación única sino un diálogo continuo. A medida que el conflicto evoluciona o las preguntas de tu hijo se multiplican, los controles frecuentes le asegurarán que puede confiar en usted para obtener apoyo emocional e información.
Antes de profundizar en explicaciones, averigüa qué conceptos erróneos pueden tener tus hijos. Por ejemplo, pueden pensar que el conflicto está mucho más cerca de casa de lo que en realidad está. Aclarar las distancias geográficas puede ser un primer paso hacia la tranquilidad.
Analiza la variedad de perspectivas y cómo las narrativas de los medios pueden diferir, incluido lo que podría estar experimentando la familia en la región. Los niños mayores, especialmente, deberían comprender que la guerra y sus implicaciones son complejas. Si tienen acceso a las redes sociales, es probable que estén expuestos a varios puntos de vista que pueden necesitar aclaración o desacreditación.
Los niños más pequeños podrían estar preocupados principalmente por su seguridad inmediata. Utiliza un lenguaje sencillo para hacerles saber que tu comunidad está segura. Los adolescentes y los niños mayores pueden tener preguntas más complejas sobre las implicaciones políticas, el concepto de reclutamiento o incluso unirse al ejército. Aborda estas preguntas con la información y el apoyo emocional que requieren.
Otro aspecto importante es ayudarlos a reconocer estereotipos o suposiciones que puedan estar haciendo sobre las personas en función de su nacionalidad o idioma. Este puede ser un momento vital de enseñanza sobre los prejuicios y la tolerancia.
Sé consciente de lo que discute en presencia de niños más pequeños, quienes pueden malinterpretar lo que escuchan. Tu tono y actitud pueden afectarlos profundamente. Trata de mantener una actitud tranquila mientras hablas del conflicto y ten cuidado de no expresar tus propias frustraciones y ansiedades en su presencia. Si cometes un error y dejas escapar algo, no te pongas ansioso por ello y no "regañes" a tu pareja delante de los niños.
Los niños son muy sensibles al incumplimiento de las reglas y esto puede provocarles más ansiedad. Lo mejor es cambiar suavemente de tema. Si los niños preguntan al respecto, no seas evasivo sino suaviza lo dicho por error sin mentirles.
En tiempos de crisis global, fomentar la resiliencia se vuelve crucial. Fomenta un sentido de conexión pasando tiempo de calidad juntos como familia. Resalta ejemplos de cómo las personas están trabajando para mitigar el sufrimiento causado por el conflicto.
Si tu hijo expresa el deseo de ayudar, explora vías apropiadas, como contribuir a organizaciones benéficas o iniciativas educativas relevantes. Mantener las rutinas lo más normales posible también puede resultar reconfortante para los niños.
Ofrece paciencia y comprensión adicionales, reconociendo que el estrés puede manifestarse en desafíos académicos o de comportamiento. El cuidado personal es igualmente importante, mientras cuidas más a tus hijos, recuerda tener la misma paciencia contigo mismo.
La era digital actual significa que los niños de todas las edades probablemente estén expuestos a la cobertura mediática del conflicto. Los estudios indican que cuanto más tiempo pasan los niños consumiendo esas noticias, más ansiosos pueden sentirse. Sé proactivo para limitar esta exposición. Para niños mayores y adolescentes, considera ver informes de noticias juntos, para que puedan responder preguntas y aclarar malentendidos en tiempo real.
Preescolar hasta los 8 años: cíñete a datos sencillos y objetivos. Si un niño pregunta por qué se producen los enfrentamientos, podría decirle: "La gente no está de acuerdo sobre quién debería estar a cargo, pero eso está muy lejos de nosotros".
De 8 a 10 años: mantén tus mensajes concisos, pero comienza a introducir valores que se alineen con tu espíritu familiar. Si plantean preguntas desafiantes y no estás preparado para responder, asegúrales que volverás a abordar el tema después de reflexionar más.
Secundaria: comienza con tus conocimientos existentes y aborda sus consultas específicas. Aprovecha esta oportunidad para corregir cualquier falacia y guiarlos hacia fuentes de información confiables.
Bachillerato: lo más conveniente es involucrarlos en un diálogo maduro sobre el conflicto. Los adolescentes están interesados en comprender las perspectivas de los adultos y al mismo tiempo formular sus propios puntos de vista. Examina sus fuentes de información y promover el pensamiento crítico.
Discutir el conflicto entre Israel y Hamas y sus repercusiones globales requiere abordar problemas serios con nuestros hijos, un aspecto ineludible de la crianza de los hijos. Los diálogos abiertos y apropiados para su edad no solo les brindan información objetiva, sino que también les inculcan habilidades esenciales para la vida como la empatía, el pensamiento crítico y la resiliencia.
Al adoptar un enfoque equilibrado e informado, empoderas a tus hijos para que desarrollen una comprensión matizada del mundo, preparándolos así para un compromiso de por vida con problemas globales apremiantes.