Esta red de vasos y nodos linfáticos actúa como un sistema gigante de drenaje y filtración para el cuerpo y, al igual que la tubería de tu hogar, debe permanecer sin obstrucciones y fluyendo bien para que funcione correctamente. No tiene una bomba que lo mueva, como el sistema circulatorio, se aprovecha de los movimientos musculares cotidianos y circula mucho más lento. Cuando se estanca y se congestiona, los desechos y las toxinas comienzan a acumularse, lo que lleva a una inmunidad débil y una amplia variedad de problemas de salud. Cuando los vasos linfáticos están congestionados, puedes experimentar:
Descongestiona tu sistema linfático para reequilibrar tu cuerpo
Por lo tanto, si experimentas alguno de los síntomas anteriores, descongestionar tu sistema linfático puede ser la clave para rejuvenecer y reequilibrar tu cuerpo. Aquí hay seis maneras de reequilibrar tu cuerpo:
1. Mantente hidratado
La linfa se compone de un 95% de agua. Por esta razón, es necesaria una hidratación adecuada para que fluya libremente. Mantente bien hidratado bebiendo agua tibia y purificada, que puedes tomar durante todo el día para mantenerte hidratado. También puedes agregar limón recién exprimido a tu agua a primera hora de la mañana. Esto ayudará a eliminar las toxinas. Además, evita los refrescos, los jugos procesados, las bebidas deportivas y el alcohol, todo lo cual agrega una carga metabólica adicional al cuerpo. Mantente alejado de excesos de cafeína también (no más de dos o tres tazas diarias).
2. Cura tus intestinos
Un tracto digestivo lento también puede contribuir a la congestión dentro del sistema linfático. Por esta razón, la buena salud intestinal es fundamental. La curación y el mantenimiento de un intestino sano requieren eliminar los factores que causan irritación y desequilibrio, reparar el revestimiento intestinal y equilibrar el microbioma dentro del intestino. Sigue una dieta antiinflamatoria densa en nutrientes que se individualice para tus necesidades y sensibilidades únicas. Asegúrate de incluir ácidos grasos omega-3, vegetales de hoja verde, vitaminas A y D, y probióticos balanceados, que pueden ayudar a curar las paredes intestinales, reducir la inflamación y proporcionar una variedad diversa de bacterias beneficiosas, lo que hace además que el tracto digestivo sea más resistente al impacto del estrés.
Según el ayurveda, los alimentos naturalmente rojos como las granadas, las cerezas, los arándanos y las remolachas ayudan a que la linfa circule libremente. Las enzimas, los antioxidantes y los bioflavonoides en estas frutas y verduras crudas ayudan a descomponer la acumulación tóxica y a combatir los radicales libres, mientras que la fibra en el producto promueve la eliminación regular y la limpieza de las vellosidades intestinales, asegurando un sistema linfático intestinal saludable. Las remolachas han demostrado ser especialmente prometedoras para reducir la inflamación. Prueba un jugo fresco de remolacha cruda y añade remolacha cruda rallada a tus ensaladas.
4. Viste ropa cómoda
Debido a que la linfa no tiene una bomba mecánica para impulsarla a través del cuerpo, depende del flujo sin restricciones y del movimiento muscular natural para su circulación. Una forma sencilla de prevenir la restricción del flujo linfático es evitar la ropa ajustada. El hecho de llevar cualquier cosa ajustada o ceñida como un sostén con aros, o incluso calzones ajustados o pantalones vaqueros puede restringir el drenaje de los fluidos linfáticos de los tejidos circundantes. Opta por ropa más holgada.
Puedes estimular el movimiento natural del líquido linfático con actividad física y masaje. El líquido tiende a acumularse en las piernas, que pueden hincharse cuando permaneces sentado durante largos períodos de tiempo. Esto se debe al estancamiento del flujo de la linfa y puede prevenirse con movimientos frecuentes, masajes y estiramientos. La tensión rítmica y relajación de los músculos que alternan durante el movimiento físico comprime los tejidos para impulsar el fluido a través de los canales linfáticos. Prueba el cepillado en seco que ayudará a mantener un flujo linfático saludable en el tejido linfático asociado con la piel. Las cerdas de un cepillo seco estimulan el movimiento de la linfa y la sangre en los tejidos subyacentes, lo que ayuda a aumentar la circulación y expulsar las toxinas acumuladas. Trata de cepillar o masajear suavemente el cuerpo durante 10 minutos cada mañana, con movimientos hacia el corazón.
6. Respira y permanece atento
El estrés físico y emocional contribuye a la congestión de la linfa, por lo que es importante tener una rutina efectiva para ayudarte a manejar el estrés diario. Dos formas de relajarse y aumentar el flujo linfático son la risa y la respiración profunda. La respiración lenta y profunda ayuda a aliviar la tensión y la ansiedad y mueve el diafragma y los músculos abdominales para empujar la linfa a través de los vasos. Además de la respiración profunda, también puedes practicar la meditación y el yoga, tai chi, o pasar tiempo en la naturaleza.
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