Para sorpresa de muchos, la artritis no es una enfermedad que afecta solo a los adultos mayores. De acuerdo con la Fundación para la artritis, casi dos tercios de los individuos con esta condición son menores de 65 años. Además de alterar la salud, la artritis también afecta las capacidades físicas, el tiempo, y la independencia de millones de individuos en todo el mundo.
En la actualidad, existen cerca de 100 tipos de artritis que pueden causar dolor y afectar la movilidad de la estructura ósea. Debido a que cada uno de ellos tiene diferentes causas y tratamientos, para combatir esta enfermedad de forma efectiva, es importante obtener un diagnóstico específico del tipo de artritis que está afectando tu cuerpo.
Osteoartritis
La Fundación para la Artritis estima que la osteoartritis afecta a 1 de cada 100 adultos en Latinoamérica, convirtiéndose así en la forma más común de artritis. Esta condición se caracteriza por el deterioro o ruptura de la capa superior del cartílago, el tejido elástico que cubre los extremos de los huesos y permite que éstos se deslicen suavemente. Como consecuencia, los huesos que antes estaban protegidos comienzan a rozarse entre ellos y las articulaciones, causando inflamación.
El dolor de huesos, la rigidez articular, y la falta de coordinación son algunos de los síntomas más comunes de la osteoartritis. Para diagnosticar esta enfermedad, lo más probable es que tu médico de cabecera solicite tu historia clínica y una radiografía. En estos casos, los planes de tratamiento incluyen una combinación de fármacos, descanso, actividad física, protección de las articulaciones, uso de calor o frío para reducir el dolor y terapia física.
Artritis autoinmune: Artritis reumatoide
En el caso de la artritis autoinmune, el cuerpo ataca el tejido articular saludable, causando dolor, irritación, e inflamación. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 30% de la población mundial se ve afectado por la artritis reumatoide, un tipo de artritis causado por una enfermedad autoinmune. Según las estadísticas, el 70% de las personas afectadas por esta condición son mujeres.
Los primeros síntomas incluyen rigidez y dolor articular, que luego pueden evolucionar hasta causar deformaciones de diferentes grados en las articulaciones. Muchos pacientes con artritis reumatoide también pueden desarrollar el Síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune sistémica que puede causar sequedad ocular y bucal, lesiones en las glándulas salivales, entre otros síntomas.
Aunque no existe un examen específico para diagnosticar esta condición, lo más probable es que tu médico solicite radiografías, y análisis de sangre, para detectar la presencia de un anticuerpo llamado factor reumatoide, o los niveles de proteína C reactiva (PCR), que cuales indican presencia de inflamación.
Artritis autoinmune: Artritis Juvenil
La artritis juvenil es una condición inflamatoria que afecta a jóvenes menores de 16 años. A pesar de ser el nombre más conocido, el término “artritis juvenil” hace referencia a diversos tipos de artritis que afectan la salud de los niños. La forma más común es la artritis idiopática, una enfermedad de tipo autoinmune que produce síntomas como rigidez, hinchazón, enrojecimiento, calor o dolor en la articulación afectada, etc. Sin embargo, debido a que esta condición afecta a cada niño de forma diferente, no siempre es posible observar todos estos síntomas.
Los tratamientos más comunes para estos casos incluyen el consumo de ciertas medicaciones, ejercicio terapéutico, y actividades recreativas.
Artritis autoinmune: Espondiloartropatía
La espondiloartropatía es una enfermedad autoinmune que ataca los puntos donde los tendones y ligamentos se unen con el hueso. Aunque los primeros síntomas de esta enfermedad incluyen dolor y rigidez, especialmente en la zona de la espalda baja y columna, con el correr del tiempo el paciente puede desarrollar una deformación ósea que puede resultar en deformaciones en la columna vertebral, y mal funcionamiento de los hombros y caderas.
Este grupo de artritis es hereditario, ya que la mayoría de las personas que padecen esta enfermedad son portadoras del gen HLA-B27, que es más común en personas de origen caucásico. Además, la espondiloartropatía suele desarrollarse hacia el final de la adolescencia, y es tres veces más común en hombres que en mujeres. Para estos casos, los especialistas recomiendan un tratamiento con ejercicios que promuevan la elongación espinal y la movilidad, acompañado del suministro de ciertas mediaciones.
Artritis autoinmune: Lupus eritematoso sistémico
El lupus eritematoso sistémico es otra enfermedad crónica y autoinmune que afecta las articulaciones, y otros tipos de tejido conectivo. Debido a que esta condición puede afectar cualquier parte del cuerpo, muchos pacientes también sufren daños en la piel, riñones, cerebro, y otros órganos. De acuerdo con las estadísticas, esta enfermedad es más común en mujeres, y en personas de origen Africano o Asiático.
Aunque la inflamación y el dolor articular son los síntomas más comunes, las personas que padecen lupus eritematoso sistémico también pueden manifestar fiebre, fatiga, pérdida de cabello, erupciones cutáneas, sensibilidad a la luz, inflamación en los nódulo linfáticos, entre otros síntomas. Además del tratamiento con fármacos, como corticoides o antiinflamatorios no esteroideos, los profesionales de la salud recomiendan realizar ajustes en la alimentación, practicar ejercicio a diario, y utilizar protección solar de forma regular.
Gota
La gota es un tipo de artritis causado por la acumulación de cristales en las articulaciones. La presencia de niveles elevados de ácido úrico en la sangre es uno de los principales factores de riesgo de esta condición. De acuerdo con el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos, 64 de cada 1.000 personas padecen esta condición, que suele ser más frecuente en hombres que en mujeres. Por otro lado, la edad, la alimentación, el consumo de alcohol, y la historia médica familiar también constituyen factores de riesgo.
Por lo general, la gota es sumamente dolorosa, y suele ser acompañada por otros síntomas que incluyen enrojecimiento, irritación, e inflamación. Los ataques agudos de gota pueden durar de 12 a 24 horas, y prolongar el dolor durante varias semanas. La falta de tratamiento puede empeorar el cuadro hasta afectar múltiples articulaciones.
Artritis infecciosa
La presencia de una infección dentro de una articulación, causada por la propagación de una bacteria, virus u hongo, puede resultar en graves episodios de dolor e inflamación. Al tratarse de una infección, este tipo de artritis suele manifestarse con fiebre, escalofríos, y hasta dolor de cabeza.
La artritis reactiva, un tipo de artritis infecciosa, ocurre cuando el organismo “reacciona” a una infección en cualquier otra parte del cuerpo, provocando un impacto en ciertas articulaciones. Para diagnosticar esta enfermedad, es necesario practicar pruebas de sangre, orina y líquido de la articulación.
Otras condiciones
Existen muchos otros tipos de artritis y otras condiciones que afectan las articulaciones. Estos son algunos ejemplos:
• Fibromialgia – El cerebro procesa el dolor muscular y articular de forma diferente, agravando la sensación.
• Artritis psoriásica – Dolor en pies y manos asociado a la psoriasis.
• Esclerodermia – Endurecimiento del tejido conectivo, y daño en los vasos sanguíneos que luego causan episodios de dolor.
Artículo original: Healthline
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