Podría ser un progenitor o un hermano que simplemente "vomita sus emociones" sobre los miembros de la familia, descargando sus frustraciones en ellos. Es posible que algo en su vida los esté afectando negativamente y esté causando este comportamiento, como problemas relacionados con el trabajo, pero esa no es razón para descargar sus sentimientos negativos en las personas que se supone que deben amar. Por lo general, esta persona actúa de manera diferente en público, lo que en realidad puede ser parte de la solución.
En lugar de cortar completamente los lazos, opta por encontrarte con este familiar solo en lugares públicos, como un café, o ir juntos al cine, de esta manera, sabrás que se "comportará". Además, si notas que esta persona tiende a tratarte mal solo en determinadas situaciones, intenta evitarla. Por ejemplo, si se trata de un hermano que a menudo se burla de ti en las reuniones familiares, intenta mantener la distancia en los eventos y encuéntralo por separado en entornos más respetuosos.
Quizás creciste con un progenitor que cree que solo uno de sus hijos es perfecto y que sus hermanos deberían esforzarse por ser más como él. Si no eres ese "hijo perfecto", puedes sentirte mal contigo mismo. Este hijo favorecido puede incluso recibir privilegios que tú no tienes, como ayuda con los pagos de la vivienda, mientras que a ti te dicen que busques un mejor trabajo para pagarla tú mismo.
Lamentablemente, no es posible cambiar la opinión de tus progenitores así y los expertos generalmente recomiendan aceptar la situación y seguir adelante. Mientras tanto, si aún no lo has hecho, es importante que aprendas a ser independiente y, lo más importante, a no buscar la aprobación de tus padres. En cambio, rodéate de personas que te quieran, te apoyen y te aprecien por quién eres. Seguir buscando la validación de un padre que te compara constantemente con un hermano solo te llevará a la decepción.
Chismorrear es desagradable porque hace que los demás piensen ciertas cosas sobre ti, no basándose en tus palabras o acciones, sino en lo que han escuchado de alguien con sus propias opiniones. Además, es posible que ni siquiera sepas que están chismeando sobre ti, y es inquietante descubrir que otros conocen secretos que nunca quisiste compartir.
Hay varias formas de lidiar con los chismosos, pero la más sencilla es no compartir nada con ellos. Sé educado, participa en conversaciones triviales, pero mantén fuera de la conversación lo que es importante para ti o lo que está sucediendo en tu vida. No les des “munición” para sus discusiones con los demás.
Ya sea maltrato físico o psicológico o de cualquier tipo, eso nunca es aceptable, ya que reduce tu autoestima y provoca sentimientos negativos como ira, miedo, confusión e incluso depresión. Para este tipo de personas, suele ser necesario establecer límites e incluso evitarlos, aunque esto puede ser extremadamente difícil, especialmente si son familiares cercanos.
Si no puedes enfrentarlos o si hacerlo causaría demasiado drama familiar, se recomienda verlos solo en eventos familiares grandes donde no tengas que interactuar directamente y evitar reuniones más pequeñas e íntimas como cenas familiares. Sin embargo, si el maltrato es grave, es posible que debas cortar los lazos por completo. En cualquier caso, buscar ayuda de un terapeuta profesional puede ser beneficioso para afrontar esta situación.
No se trata de un conflicto, sino más bien de la falta de relación, apoyo o amor dentro de la familia. Si creciste sintiéndote como un inquilino en lugar de un miembro de la familia, es una señal de que tus padres esperaban que te criaras a ti mismo. Puede que te hayan alimentado y vestido, pero cuando necesitabas a alguien con quien hablar, no estaban allí, y puede que ese sea todavía el caso.
El mejor consejo para ti es simplemente centrarte en ti mismo, ya que no puedes cambiar la infancia que tuviste ni es probable que puedas hacer que tus padres se preocupen genuinamente por ti. Puedes empezar a escribir un diario para expresar tus sentimientos y lo que estás atravesando o hablar con un terapeuta profesional para que te ayude a reconocer y comprender cómo te criaron y el impacto que tuvo en ti. Incluso una mascota puede ayudar a quienes sienten que han sufrido negligencia.
Esperamos un amor incondicional de nuestra familia, especialmente de nuestros padres: que pase lo que pase, nos amarán y nos apoyarán. Sin embargo, en algunas familias, el amor es condicional y, si creciste en un entorno así, es posible que hayas llegado a creer que debes "ganarte" el amor haciendo o mostrando ciertas cosas. Esto crea una especie de personalidad dividida: un yo falso que intenta cumplir con el ideal de los padres y un yo verdadero que simplemente quiere ser auténtico.
Es hora de dejar atrás tu falso yo y la sensación de que la felicidad de otra persona depende de ti, o que tu felicidad depende de ella. Algunos describen este proceso como el renacimiento de su verdadero yo, y a lo largo de este viaje, debes darte todo el amor que te negaron hasta ahora. Redescubrir y perseguir tus pasiones te será de gran ayuda.
En las familias y entre las personas en general, los límites se pueden establecer de diversas formas: financiera, emocional, psicológica e incluso física. Por ejemplo, podría tratarse de un familiar que te pide dinero prestado repetidamente sin devolverlo. Otro ejemplo podría ser un familiar que siempre espera que organices las cenas navideñas, lo que te agota, o alguien que te llama constantemente mientras trabajas y espera que respondas. Los problemas suelen surgir cuando en realidad no establecemos límites, o cuando creemos que lo hemos hecho pero no hemos sido lo suficientemente claros.
En primer lugar, debes establecer límites muy claros y no dar por sentado que la otra persona ya los entiende. En segundo lugar, debes ser coherente y repetir estos límites cada vez que se crucen. Por ejemplo, según los escenarios mencionados, podrías decir que ya no vas a prestar dinero, que no vas a recibir a nadie este año y, a alguien que llama durante el horario de trabajo, podrías decirle que no estás disponible durante el día y que puedes hablar después de las 6:00 p. m. Todo lo que se necesitas es establecer reglas, cumplirlas y asegurarte de que la persona que no respeta los límites las cumpla. Si no es así, siéntete libre de expresar tus sentimientos al respecto y actuar como quieras.