Nuestros queridos compañeros caninos traen mucha alegría a nuestras vidas. Pero, al igual que nosotros, pueden enfrentar desafíos de salud, siendo el cáncer una preocupación cada vez mayor. Se estima que uno de cada cuatro perros desarrollará cáncer a lo largo de su vida, y este número aumenta significativamente cuando alcanzan los 10 años o más.
El cáncer en perros ocurre cuando las células crecen sin control, dañando el tejido sano. Esta enfermedad altera el orden natural del cuerpo y puede causar varios problemas de salud.
Los expertos no están exactamente seguros de por qué el cáncer se está volviendo más común en los perros. Podría ser una combinación de cosas: los perros viven más tiempo hoy en día, las prácticas de cría podrían influir y los factores ambientales podrían influir. Quizás también se deba a que hemos mejorado en la detección del cáncer en las mascotas.
La buena noticia es que detectarlo a tiempo le da a su perro muchas más posibilidades de vencerlo y vivir una vida larga y saludable. ¿El reto? Los perros no pueden decirnos cuando se sienten mal, por lo que depende de nosotros estar atentos a las señales de advertencia para garantizar una intervención oportuna.
Comprender estos signos puede marcar una diferencia significativa en la salud y la calidad de vida de tu perro. Aquí hay nueve señales clave de advertencia temprana de cáncer en perros que todo dueño de una mascota debe conocer.
Esto puede parecer obvio, pero es importante revisar periódicamente a tu perro para detectar nuevos bultos o protuberancias. Si bien los perros mayores suelen tener crecimientos inofensivos, siempre es mejor prevenir que lamentar. El American Kennel Club advierte que los nuevos bultos que son firmes, de forma extraña o que cambian rápidamente de tamaño, textura o color podrían ser un signo de cáncer. No dudes en llevar a tu perro al veterinario si aparecen nuevos bultos o protuberancias. La detección temprana es clave y un veterinario puede diagnosticar si el crecimiento es inofensivo o algo más grave.
Los expertos advierten que muchos perros con cáncer empezarán a actuar de manera diferente. Estos cambios pueden ser sutiles y es posible que solo los note alguien familiarizado con la rutina de tu perro. Por ejemplo, tu amigo peludo, que normalmente te pide un bocadillo durante tu ritual de café matutino, podría perder de repente el interés.
Otros signos incluyen saltarse el desayuno, dormir más de lo habitual o evitar jugar con la familia. También puede notar que tu perro se detiene cuando camina o parece más cansado de lo normal.
Estos cambios, ya sean leves o graves, que ocurren de forma rápida o gradual, podrían indicar dolor. El cáncer a menudo causa inflamación en todo el cuerpo, lo que puede hacer que tu perro se sienta mal, de manera similar a cómo tú podrías sentirte dolorido, cansado y menos interesado en actividades cuando tienes gripe.
¿Tu perro ha estado perdiendo peso a pesar de comer la misma cantidad y hacer ejercicio con regularidad? Esto podría ser una señal de advertencia de cáncer. El cáncer puede hacer que el cuerpo queme más energía para combatir la enfermedad, lo que provoca una pérdida de peso inexplicable. Los oncólogos veterinarios también explican que los tumores en el sistema digestivo pueden dificultar que los perros absorban nutrientes, lo que lleva a la pérdida de peso.
También debes comprobar si tu perro está perdiendo repentinamente el interés por la comida junto con la pérdida de peso. Esto podría deberse a cambios en el metabolismo causados por el cáncer, que les hacen tener menos hambre, o podría deberse a dolor o malestar al comer causado por tumores en la boca, garganta o estómago.
Un signo de cáncer en perros puede ser un cambio repentino en la sed. Es posible que notes que tu perro lame agua con más frecuencia de lo habitual y que su recipiente de agua necesita ser rellenado con frecuencia. Esto puede deberse a que algunos cánceres afectan los niveles de calcio del cuerpo, lo que hace que tu perro tenga más sed. Otros cánceres pueden afectar los riñones y provocar una micción más frecuente. La hemorragia interna, otra posible consecuencia del cáncer, también puede provocar un aumento de la sed.
Los tumores de huesos y articulaciones pueden ser una preocupación, especialmente en perros más grandes como el gran danés o el mastín. Estos tumores pueden dificultarles el desplazamiento.
Esté atento a signos como cojera repentina que no desaparece, negativa a poner peso sobre una pierna o hinchazón en una sola extremidad. Si tu perro muestra alguno de estos signos, una visita al veterinario es fundamental. Las radiografías pueden ayudar a determinar si se trata de un tumor o de algo menos grave, como un desgarro muscular.
Debes estar atento a la tos persistente de tu perro, ya que podría ser un signo de un tumor. Uno de los cánceres más frecuentes en perros afecta a la faringe (garganta) o laringe. Estos tumores pueden crecer rápidamente y provocar tos, dificultades respiratorias y pérdida de peso. Los grumos repentinos en la garganta de su perro podrían ser otra pista. Si notas alguno de estos síntomas, lleva a tu perro al veterinario inmediatamente.
Cuidado con las heridas que no sanan. Normalmente, los cortes y rasguños en los perros mejoran con el tiempo, con costras y eventualmente con un nuevo crecimiento del pelaje. Si tu mascota tiene una llaga, lesión o cualquier tipo de herida que no sana a pesar del tiempo, es importante acudir al veterinario. Estas heridas persistentes podrían ser un signo de cáncer u otro problema de salud grave. La detección temprana es clave, así que no dudes en programar un chequeo para tu amigo peludo.
La secreción o sangrado inusual en cualquier parte del cuerpo de su perro es un motivo para visitar al veterinario, especialmente alrededor de la cara. Una secreción ocular desagradable o un sangrado nasal inesperado pueden indicar la presencia de cáncer de ojo o de piel. Estos tipos de cáncer pueden ser difíciles de detectar porque están en la cara.
De manera similar, las llagas y el sangrado en la boca pueden ser un signo de tumores. A veces las personas pueden confundir la secreción y el olor con signos normales de envejecimiento, pero los olores, la secreción o el sangrado inusuales definitivamente son motivo de preocupación. Aunque el mal aliento es común en los perros mayores, cualquier cosa fuera de lo común vale la pena consultar con un veterinario.
Como dueño de una mascota, estás familiarizado con la rutina de defecar de tu perro. Por lo general, se puede detectar la diferencia entre unas heces saludables, una indiscreción dietética ocasional y algo más preocupante. Presta atención a cualquier cambio duradero, como diarrea frecuente, heces duras o esfuerzo para caminar. Estos podrían ser signos de cáncer.
Si te preocupa la caca de tu perro, no dudes en llamar al veterinario. Las heces negras y alquitranadas merecen especial atención, ya que pueden indicar úlceras, que pueden estar relacionadas con tumores de mastocitos. Vigilar los hábitos de defecación de tu perro y actuar con rapidez puede marcar una gran diferencia en su salud.
El cáncer en perros es una preocupación grave, pero no tiene por qué ser una fuente de temor constante. Los perros modernos viven vidas mucho más largas que sus ancestros salvajes. El hecho de que los cachorros a menudo vivan más de diez años es un testimonio del progreso logrado en el cuidado de las mascotas y la medicina veterinaria.
Además, los tratamientos para el cáncer canino han mejorado drásticamente. Los dueños de mascotas ahora tienen opciones como cirugía, quimioterapia y radioterapia. Conocer las primeras señales de advertencia del cáncer en perros puede marcar una gran diferencia, permitiéndole a tu amigo peludo el tratamiento que necesita más rápido. Vigila la salud de tu perro y visita al veterinario si tú o su cuidador notan algo fuera de lo normal. Lo más importante es que aprecies cada momento con tu mejor amigo de cuatro patas.
Fuentes: American Veterinary Medical Association, WebMD, Blue Cross, Food and Drug Administration, Morris Animal Foundation, Vetic