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El Vínculo Entre El Parkinson y El Intestino

El Redactor: Jessica Q. R.

Los investigadores sospechan desde hace tiempo que el vínculo entre nuestro intestino y nuestro cerebro desempeña un papel en el desarrollo de la enfermedad de Parkinson. Un estudio reciente identificó microbios intestinales probablemente involucrados y los vinculó con una disminución de riboflavina (vitamina B2) y biotina (vitamina B7), lo que sugiere un tratamiento potencial: las vitaminas B.

"Es probable que la suplementación con riboflavina y/o biotina sea beneficiosa en un subconjunto de pacientes con enfermedad de Parkinson, en los que la disbiosis intestinal desempeña un papel fundamental", escriben el investigador médico de la Universidad de Nagoya, Hiroshi Nishiwaki, y sus colegas en su artículo publicado.

La enfermedad neurodegenerativa afecta a casi 10 millones de personas en todo el mundo, y las terapias destinadas a ralentizar y aliviar los síntomas son la mejor esperanza.

Los síntomas a menudo comienzan con estreñimiento y problemas para dormir hasta 20 años antes de progresar a demencia y pérdida debilitante del control muscular.

Investigaciones anteriores encontraron que las personas con enfermedad de Parkinson experimentan cambios en su microbioma mucho antes de que aparezcan otros signos. El equipo de Nishiwaki analizó muestras fecales de 94 pacientes de Parkinson y 73 controles sanos en Japón, comparando sus resultados con datos de China, Taiwán, Alemania y Estados Unidos.

El Vínculo Entre El Parkinson y El Intestino

Si bien en cada país participaron diferentes bacterias, todas influyeron en las vías que sintetizan las vitaminas B en el cuerpo. Los investigadores encontraron que los cambios en las comunidades de bacterias intestinales se asociaban con una disminución de riboflavina y biotina en pacientes con Parkinson.

Nishiwaki y sus colegas también vincularon esta falta de vitamina B con la disminución de los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y las poliaminas, moléculas cruciales para una capa mucosa intestinal saludable.

"Las deficiencias de poliaminas y SCFA podrían provocar un adelgazamiento de la capa mucosa intestinal, aumentando la permeabilidad intestinal, ambos fenómenos se han observado en la enfermedad de Parkinson", explica Nishiwaki.

La capa protectora debilitada puede exponer el sistema nervioso intestinal a más toxinas, incluidos productos químicos de limpieza, pesticidas y herbicidas, lo que puede provocar una sobreproducción de fibrillas de α-sinucleína y un aumento de la inflamación del sistema nervioso. Estos cambios eventualmente resultan en los síntomas motores y de demencia del Parkinson.

Un estudio de 2003 encontró que altas dosis de riboflavina pueden ayudar a recuperar algunas funciones motoras en pacientes que eliminaron la carne roja de su dieta. Las dosis altas de vitamina B pueden prevenir algunos daños, sugieren Nishiwaki y su equipo.

El Vínculo Entre El Parkinson y El Intestino

Esto implica que garantizar que los pacientes tengan microbiomas intestinales sanos también puede ser protector, al igual que reducir las toxinas ambientales.

Dado que la enfermedad de Parkinson implica una cadena compleja de eventos, no todos los pacientes experimentan las mismas causas. Es necesario evaluar a cada individuo.

"Podríamos realizar análisis de la microbiota intestinal de los pacientes o realizar análisis de metabolitos fecales", explica Nishiwaki. "Utilizando estos hallazgos, pudimos identificar individuos con deficiencias específicas y administrar suplementos orales de riboflavina y biotina a aquellos con niveles reducidos, creando potencialmente un tratamiento eficaz".

Esta investigación fue publicada en npj Parkinson's Disease.

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