El matrimonio es un compromiso serio que requiere esfuerzo y dedicación de ambos cónyuges. A lo largo del tiempo se han establecido diversos conceptos sobre cómo lograr la felicidad en un matrimonio y cómo hacerlo perfecto. Sin embargo, estos 11 mitos demuestran por qué un matrimonio perfecto no es realista. No obstante, se puede lograr un matrimonio feliz, y este artículo brinda formas de evitar caer en la trampa de las falsas creencias.
Es posible mantener un matrimonio feliz y al mismo tiempo tener una vida social satisfactoria fuera de la relación. Algunas parejas creen que deben ser los mejores amigos del otro, pero esto no es necesario para un matrimonio exitoso. De hecho, tener un espacio personal y círculos de amigos separados puede incluso fortalecer la relación. Es un error pensar que no ser el mejor amigo del otro tendrá consecuencias negativas.
Es un error común pensar que el matrimonio puede cambiar los hábitos molestos de tu pareja. En realidad, los hábitos y rasgos de personalidad de las personas están profundamente arraigados y son difíciles de cambiar. El matrimonio es un viaje que requiere esfuerzo, paciencia y comprensión por parte de ambos cónyuges.
Es importante concentrarse en nutrir la relación y encontrar formas de superar cualquier dificultad que pueda surgir. Al mantener un matrimonio saludable y feliz, las parejas pueden disfrutar de los beneficios de su arduo trabajo y superar cualquier obstáculo que se les presente.
Las parejas casadas pueden experimentar cambios menores en el comportamiento o la percepción, pero es poco probable que estos cambios alteren drásticamente la dinámica de la relación. No es realista esperar que tu pareja cambie por completo quién es, y esta expectativa puede crear tensión y resentimiento. +
El mejor enfoque es aceptar las imperfecciones de los demás y mostrar tolerancia hacia los demás. El matrimonio se trata de encontrar un compromiso y trabajar juntos para superar los desafíos.
Los psicólogos dicen que las parejas tienen diferentes expectativas, necesidades y preocupaciones cuando entran en la vida matrimonial. Por lo tanto, es natural que se produzcan discusiones y es imposible evitarlas por completo. Un cónyuge que siempre se compromete por el otro puede dañar el equilibrio que es crucial para un matrimonio saludable.
Sin embargo, establecer límites razonables y mostrar respeto mutuo puede fortalecer la relación y asegurar su estabilidad. En situaciones en las que no hay compromiso, es necesario encontrar otra solución y aceptar el hecho de que no todo se puede resolver a través del compromiso.
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Los psicólogos descartan la idea de que casarse signifique el fin de la vida sexual. Sostienen que los desacuerdos y las disputas tienen que ocurrir en cualquier relación, dado que las parejas tienen diferentes expectativas, necesidades y preocupaciones. No es saludable que una pareja comprometa siempre sus deseos o necesidades a expensas de la otra.
El Dr. John Guttman, autor de "Los Siete Principios para el Éxito Matrimonial", advierte que comparar tu vida sexual con la de los demás solo generará sentimientos negativos. Cada pareja es diferente, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Creer el mito de que el matrimonio arruina el sexo puede dañar tu relación y generar sentimientos de insatisfacción. En cambio, las parejas deben comunicarse entre sí para identificar áreas de mejora y trabajar juntos para encontrar soluciones.
Por el contrario, los límites establecidos y el respeto mutuo contribuyen en gran medida a construir una relación estable y sólida. En algunos casos, puede ser necesario aceptar que el compromiso es imposible y buscar soluciones alternativas.
Existe una idea errónea común de que ambos cónyuges en un matrimonio contribuyen por igual a todos los aspectos de la relación, como el manejo del hogar y las obligaciones financieras. Sin embargo, este no es siempre el caso. A veces, uno de los cónyuges invierte más tiempo y esfuerzo que el otro. No es productivo hacer un seguimiento de quién hace más.
En cambio, es mejor que cada socio aporte sus cualidades y habilidades únicas a la relación y contribuya de la mejor manera que pueda. Tratar de competir o imitar a su cónyuge no es un enfoque saludable.
Muchas parejas creen que no tienen que compartir todos sus sentimientos y pensamientos entre sí. Piensan que pedir algo explícitamente puede indicar una relación débil. Pero esto no es cierto.
La comunicación con tu pareja es fundamental para mantener una relación sana y feliz. No puede esperar que su cónyuge lea su mente. La buena comunicación es la clave para la satisfacción mutua y la felicidad. Sin embargo, si desea fortalecer su relación, tener hijos no es necesariamente la solución.
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Mucha gente cree que formar una familia acercará automáticamente a la pareja, pero este es un mito común que no siempre es cierto. Según el Dr. John Gutman, mencionado anteriormente, tú y tu pareja ya son una familia incluso antes de tener hijos. Si bien tener hijos puede ser algo maravilloso, no garantiza que resolverá los problemas preexistentes en la relación.
De hecho, el Dr. Gutman advierte que usar a un niño como una forma de salvar un matrimonio en dificultades puede generar problemas emocionales para el niño más adelante en la vida.
Sin duda, es cierto que la opción ideal es encontrar una solución a un problema. Sin embargo, ¿es realista esperar encontrar una solución en un estado de confusión emocional? Es muy probable que la situación solo empeore, y el mejor curso de acción sería dejarlo ir y llegar a un acuerdo mutuo para revisar el problema en un momento posterior. Al hacerlo, pueden obtener una nueva perspectiva de la situación y encontrar un terreno común una vez que las emociones se hayan asentado.
Por lo tanto, si se encuentran pasando noches sin dormir discutiendo temas dolorosos y estresantes, es mejor ignorar el mito y dar un paso atrás.
Es innegable que expresar nuestras emociones y gratitud hacia nuestros seres queridos puede tener un impacto significativo. Por ejemplo, recibir un mensaje de texto de nuestro cónyuge diciendo "Te amo" en un día difícil puede levantarnos el ánimo. Sin embargo, es importante reconocer que esto por sí solo no puede resolver todos los problemas en una relación.
Las acciones hablan más que las palabras, y los pequeños gestos como lavar los platos, preparar una buena comida o lavar la ropa pueden hacer que tu pareja se sienta amada y apreciada. Estas acciones pueden contribuir a un ambiente positivo y armonioso en el hogar, lo cual es esencial para un matrimonio feliz y estable. Vale la pena señalar que tanto hombres como mujeres pueden contribuir por igual a un matrimonio exitoso.
La mayoría de la gente ha llegado a la idea de que los hombres se inclinan naturalmente hacia la poligamia mientras que las mujeres no. Sin embargo, esto es un mito que se puede disipar. La noción puede haberse originado a partir de la tendencia evolutiva de los machos a procrear con múltiples parejas y las hembras a criar y cuidar a sus crías.
Sin embargo, según la Dra. Annette Lawson de la Universidad de Berkeley, el engaño no es el resultado de diferencias de género sino más bien de la disponibilidad de parejas potenciales.