ALa espirina tiene propiedades anticoagulantes y puede ser recetada por el médico para deshacer los coágulos de sangre. Sin embargo, las mismas cualidades anticoagulantes pueden empeorar el resultado de los pacientes que han sufrido un ictus hemorrágico, que es el tipo que se produce cuando la rotura de un vaso sanguíneo provoca el ictus.
Como dijo el Dr. Padmanabhan a Baystate Health, "la aspirina podría ser perjudicial si la persona sufre un ictus causado por una hemorragia cerebral. Si se sospecha que alguien está sufriendo un ictus, lo mejor es omitir la aspirina y llevarlo al hospital inmediatamente." Dar aspirina a alguien que está sufriendo un ictus hemorrágico puede provocar más hemorragias y más daños en el tejido cerebral.
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Mito 3: El ictus sólo afecta a las personas mayores
Dependiendo de la parte del cerebro afectada por el ictus, los síntomas pueden variar, pero eso no significa que un ictus sea difícil de reconocer. De hecho, hay síntomas específicos que se pueden buscar. Estos síntomas pueden recordarse fácilmente con el acrónimo BE FAST, que significa
Recuerda este acrónimo y comprende que una de las cosas clave que hay que tener en cuenta al tratar de reconocer los síntomas del ictus es su aparición repentina e inesperada. Así que si sientes o un ser querido experimenta una pérdida repentina de equilibrio, mareos o problemas para hablar, no lo dudes y llama a una ambulancia.
Mito 5: Los accidentes cerebrovasculares no son hereditarios
Este mito concreto tiene cierta base científica, pero las investigaciones no han podido demostrar que tomar vitaminas pueda ayudar a prevenir un ictus. El mito proviene del hecho de que los pacientes con ictus tienen niveles elevados de homocisteína, una sustancia química que ayuda a descomponer las proteínas del organismo.
La homocisteína suele ser disuelta por las vitaminas B6 y B12, por lo que algunas personas han sugerido que tomar altas dosis de vitaminas podría ayudar a mantener bajos los niveles de homocisteína. Desgraciadamente, las investigaciones experimentales demuestran que los suplementos vitamínicos no son capaces de prevenir el ictus.
Dicho esto, hay varias formas útiles de prevenir un ictus. Lo más importante es controlar los factores de riesgo, como las enfermedades cardíacas, la diabetes, la hipertensión y el colesterol alto. También es muy eficaz dejar de lado hábitos nocivos como el consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo.
Mito 7: No hay tratamiento para el ictus
Los tratamientos del ictus existen, y además son muy eficaces. El tratamiento de urgencia de un ictus isquémico, o del tipo que está causado por coágulos de sangre, es especialmente útil, pero es el más eficaz cuando se administra durante las tres primeras horas tras la aparición de los síntomas del ictus. Este tratamiento disuelve el coágulo mediante medicación o un procedimiento quirúrgico. Por eso es tan importante llevar a un paciente con sospecha de ictus a urgencias lo antes posible.
Asimismo, hay una serie de procedimientos que también detienen los ictus hemorrágicos. El objetivo de todos estos tratamientos es restablecer el flujo sanguíneo al cerebro y salvar la mayor parte posible del tejido cerebral dañado. La fisioterapia también es muy útil para la recuperación del ictus.
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Un accidente isquémico transitorio (AIT), también conocido como miniaccidente cerebrovascular, y un accidente cerebrovascular isquémico son dos caras de la misma moneda. La única diferencia real entre un mini-ictus y un ictus completo es el tiempo. En un mini-ictus, la obstrucción del vaso sanguíneo del cerebro es lo suficientemente breve como para no causar daños duraderos en el tejido cerebral. En un ictus, el flujo sanguíneo se interrumpe el tiempo suficiente para que se produzcan esos daños.
Ahora bien, el término "mini-ictus" puede hacer creer que la afección no es grave, pero no es así. De hecho, los expertos afirman que un mini-ictus debe tratarse siempre como un ictus, ya que sólo un médico puede distinguir entre ambas afecciones. Además, un AIT es a menudo un signo de un accidente cerebrovascular inminente. Así que asegúrese de acudir a los servicios sanitarios de urgencia inmediatamente si ha experimentado los signos de advertencia de un ictus.
El ictus es una emergencia médica extremadamente grave y a menudo mortal. Los expertos señalan que el ictus es una de las principales causas de discapacidad prolongada. Sin embargo, eso no significa que todas las personas que han sufrido un ictus experimenten debilidad o parálisis. La gravedad de los efectos a largo plazo dependerá del grado de daño cerebral y de la zona específica del cerebro afectada por el ictus.
Los daños en el hemisferio izquierdo pueden provocar parálisis y debilidad en el lado derecho de la cara y el cuerpo, problemas de memoria, problemas de habla, etc. Cuando el hemisferio cerebral derecho se ha visto afectado, puede observarse parálisis y debilidad en el lado izquierdo de la cara y el cuerpo, así como problemas de memoria y visión. Estos síntomas pueden persistir o desaparecer con el tiempo.
Mito 10: La recuperación de un ictus es muy rápida
La recuperación del ictus es un tema muy complicado. Aunque la mayoría de las investigaciones sugieren que los pacientes ven los mayores efectos de la rehabilitación de la movilidad en el plazo de 2 a 3 meses después del ictus, la recuperación gradual persiste durante muchos más meses o incluso años. Esto se debe a que las conexiones neuronales tardan mucho tiempo en restablecerse.
¿Cuál es el grado de recuperación esperado? La Asociación Americana de Accidentes Cerebrovasculares recoge las siguientes estadísticas:
En general, las perspectivas de los pacientes con ictus mejoran cada año. Pero recuerda que un diagnóstico a tiempo y un tratamiento rápido son la clave para una recuperación completa.