1- Entender y aceptar que todos somos diferentes
La mayoría de nosotros creamos nuestros propios problemas cuando interferimos demasiado en los asuntos de otras personas. Esto sucede porque de alguna manera estamos convencidos de que nuestra forma es la mejor, que nuestra lógica es perfecta y que aquellos que no actúen de acuerdo con nuestra forma de pensar deben ser criticados y orientados hacia la dirección correcta, la nuestra. No existen dos seres humanos que piensen y actúen de la misma manera, es simplemente algo imposible. Por eso, no te preocupes por las decisiones de los demás, piensa que así como tú tienes tus razones, ellos también tienen las suyas. La tolerancia es un principio básico de la convivencia.
2- Perdona y olvida
Este es un factor fundamental cuando se trata de paz mental. Por lo general, cuando alguien nos ofende o nos lastima, en nuestro interior creamos un sentimiento de rencor hacia esa persona que se traslada a nuestro organismo, generando estrés, falta de sueño, úlceras estomacales y presión alta. Si los insultos o las ofensas se recuerdan constantemente, lo único que logramos es alimentar el odio y el rencor. Recuerda que la vida es demasiado corta para invertir nuestro tiempo recordando las cosas o las personas que nos hirieron. El amor y el perdón dos claves para alcanzar la paz mental.
3- No esperes reconocimiento
Si eres el único que intenta cambiar el ambiente lo más probable es que no lo logres. Por eso, la mejor opción es aprender a adaptarte. Si lo intentas, verás que lo que te parecía un ambiente tenso y poco amigable se convertirá en algo mucho más agradable en armonía con tus objetivos.
6- Acepta que hay cosas que no puedes cambiar
Esta es la mejor forma de convertir las desventajas en ventajas. Día a día experimentamos inconvenientes, accidentes u otros problemas que están fuera de nuestro alcance. Si no podemos controlarlos o cambiarlos, es mejor aprender a vivir con ellos. Con paciencia y una actitud positiva, no hay nada que no puedas manejar.
7- No mastiques más de lo que puedes tragar
Tenemos que tener esta máxima presente todo el tiempo. Frecuentemente, tomamos más responsabilidades o tareas de las que somos capaces de sobrellevar. Si sabemos nuestras limitaciones… ¿por qué agregar más carga que puede generar más preocupaciones? Cuanto más preocupada esté la mente, más difícil será alcanzar la paz. Reduce tus compromisos y responsabilidades, y comienza a invertir un poco más de tiempo en ti y las cosas que te hacen bien. Esto ayudará a que tu cabeza no esté llena de preocupaciones que impiden el descanso de tu mente.
8- Medita de forma regular
Una mente desocupada es el taller del diablo. Mantén tu mente ocupada en cosas positivas, cosas que valgan la pena. Adopta un pasatiempo o alguna actividad de tu interés. En estos casos, hay que decidir qué es lo que vale más: el dinero o la paz mental. Tus pasatiempos, actividades, o trabajo social no siempre te darán satisfacciones económicas, pero seguro te darán una satisfacción personal inmensa.
10- No dudes y nunca te arrepientas
No pierdas el tiempo preguntándote si deberías hacer o no hacer algo. En este debate mental se pueden desperdician horas, días, meses y hasta años. Lamentablemente, nunca podrás planear las cosas en un 100%, ya que no hay manera de anticipar todas las eventualidades futuras. Aprecia tu tiempo y haz lo que se debe hacer en el momento indicado. Sentarse a pensar y analizar todas y cada una de las consecuencias de nuestros actos no nos llevará a nada más que al estrés mental y la pérdida de oportunidades. Equivocarse es parte de la naturaleza humana, pero lo importante es aprender de los errores, porque lamentarse del pasado no es una opción en el presente.
¡NO TE ARREPIENTAS, y recuerda que todo lo que sucede es porque el destino así lo quiso!