¿A quién no le gusta un jardín y una casa radiantes y coloridos? Pero, ¿qué mal se siente cuando un día te despiertas y descubres que tus plantas favoritas, las que cuidabas y cuidabas con esmero, se han marchitado y muerto? Para ayudarte a evitar esta situación, hemos preparado una guía con 6 de las causas más comunes de muerte de plantas de interior, en la que también te explicaremos cómo puedes identificarlas a tiempo y cómo puedes salvar tu planta antes de que sea demasiado tarde. Lee atentamente esta guía, sigue las instrucciones al pie de la letra y conseguirás que tus plantas de interior florezcan durante todo el año.
El riego insuficiente puede ser tan malo como el riego excesivo. Uno de los errores más comunes que cometen los dueños de plantas es regarlas demasiado al principio y luego abandonarlas por completo y hacer exactamente lo contrario, pensando "ya la he regado lo suficiente". Esto, por supuesto, es un grave error. Lo dijimos en la sección anterior y lo diremos nuevamente: la clave para cultivar plantas con éxito es asegurar un riego adecuado, de forma continua y a intervalos regulares.
Reconocer y solucionar: cuando la planta sufre de escasez de agua, sus hojas se vuelven amarillas y luego se oscurecen hasta volverse marrones, y la textura del suelo se vuelve seca y desmenuzable. Si bien no es fácil salvar una planta que se está marchitando debido a la falta de riego, ciertamente es posible. Primero, averigüa cuánta agua necesita tu planta: cada tipo de planta requiere diferentes cantidades de agua para prosperar. Luego, debes ser constante con el riego adecuado y ordenado durante varias semanas. Asegúrate de que la planta reciba la cantidad de agua que necesita y de que los orificios de drenaje en el fondo de la maceta estén secos. Este método podría devolverle la vida a tu planta moribunda.
Independientemente de lo bien que reguemos o cuidemos nuestras plantas, una gran cantidad de parásitos y plagas pueden dañarlas y destruirlas. Si tienes varias plantas en tu casa una al lado de la otra, basta con una sola planta infectada para infectar al resto del grupo y causar un completo caos. Por lo tanto, si notas que una planta ha sido infectada, aíslala del resto rápidamente.
Reconocer y solucionar: hay muchos signos comunes que pueden ayudarte a identificar las plagas. Los ácaros, por ejemplo, son pequeños parásitos que tejen redes de seda alrededor de la planta. Los pulgones, otro tipo de plaga pequeña, son de color oscuro y se adhieren a las hojas y los tallos de las plantas. Del mismo modo, las larvas de polilla, que son blancas y se esconden debajo de las hojas, pueden causar un daño extenso a las hojas.
Si notas plagas en tu planta, aísla la planta infectada de otras plantas y sigue el siguiente método: diluye un poco de alcohol isopropílico con agua (2 tazas de agua por una cucharadita de alcohol para plantas pequeñas a medianas) y aplica el alcohol diluido a las hojas y al tallo con un paño. Repite este tratamiento diariamente durante aproximadamente 3 semanas. Una vez completado el tratamiento, asegúrate de que los parásitos se hayan erradicado por completo antes de volver a colocar la planta en su lugar. Otro método de eliminación de plagas es rociar ligeramente agua mezclada con aceite de Neem sobre la planta.
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Todas las plantas, casi sin excepción, necesitan luz para existir, pero la cantidad de luz que necesitan varía. Las plantas de interior, como el aloe vera, el cactus, el helecho espada de Boston y más, requieren mucha luz para crecer, mientras que plantas como la monstera, la begonia y el epiphyllum necesitan muy poca luz para florecer y prosperar. Colocar la planta en un rincón inadecuado, donde no reciba la cantidad de luz que necesita, puede provocar sin duda un marchitamiento rápido y una muerte prematura.
Reconocer y solucionar: cuando se trata de luz solar, las plantas tienden a "expresar" su descontento por la falta de ella muy rápidamente. Cuando la planta recibe demasiada luz, sus hojas cambian de color y se vuelven marrones y quedan completamente quemadas por el sol. Por otro lado, si notas que tu planta ha comenzado a producir hojas más pequeñas y pálidas y parece inclinarse hacia la fuente de luz, es una señal de que no está recibiendo suficiente luz solar. Cuando notes que tu planta reacciona de una u otra manera, la mejor solución es trasladarla a otro lugar de tu casa o jardín, uno que sea más luminoso o más sombreado, según los síntomas.
En cuanto a la temperatura que las rodea, debes saber que las plantas tienden a preferir un clima similar al que nos gusta a los humanos: ni demasiado caliente ni demasiado frío, alrededor de 18-21 grados C. Si colocas tu planta en una ventana o cerca de ella, debes saber que los cambios de estación y los picos o caídas de temperatura pueden afectar negativamente a tus plantas e incluso causar su muerte. La mayor causa de daño relacionado con el clima que sufren muchas plantas es cuando el aire que las rodea es demasiado seco durante demasiado tiempo.
Reconocer y solucionar: si la planta se ve completamente seca, o las hojas no están frescas y tú mismo sientes que el aire es seco e incómodo, probablemente ese sea el problema. Para solucionarlo, primero, asegúrate de colocar la planta en un entorno donde no experimente cambios climáticos tan extremos. Además, si la planta está seca, puedes agregar humedad rociando agua sobre sus hojas o colocando un humidificador a su lado. También puedes crear una "bandeja de humedad" que proporcione a la planta la humedad necesaria: consigue una bandeja pequeña sobre la que puedas colocar tu planta, llénala con piedras y un poco de agua y coloca la planta encima.
Compraste una planta nueva, la llevaste a casa fresca y hermosa, la pusiste en un lugar luminoso con una temperatura agradable, la regaste, la cuidaste y la mantuviste alejada de las plagas exactamente como te habían indicado, pero después de un tiempo, la encuentras completamente marchita. Probablemente hayas olvidado algo muy importante: cambiar la tierra. La tierra de la maceta contiene una larga lista de nutrientes esenciales para el crecimiento y la salud de la planta, pero después de que la planta utiliza todos los nutrientes, la tierra queda completamente seca, lo que hace que la planta muera lentamente.
Reconocer y solucionar: cuando la tierra carece de nutrientes, las hojas de tu planta se verán "cansadas", es decir, completamente marchitas, y la tierra en sí se verá seca y de baja calidad. Para solucionar este problema, simplemente compra tierra fresca para macetas en un vivero o una tienda de suministros de jardinería y agrega una capa fina a la maceta, ya sea encima o debajo de la planta (después de levantarla con cuidado). Antes de comprar la mezcla de tierra para macetas, averigüa cuál es la mezcla recomendada para las necesidades de tu planta: algunas necesitan tierra densa y espesa, y otras necesitan tierra con drenaje rápido con mucha arena y fertilizante. Asegúrate de reemplazar y renovar la tierra de tu planta cada uno o dos años.