En determinados momentos, podemos experimentar una mayor prevalencia de enfermedades en comparación con otros momentos. Si una persona enferma en casa o en la oficina, existe la posibilidad de transmitir la infección a otras personas, lo que da lugar a una reacción en cadena que afecta a todos. Sin embargo, no siempre es un individuo el responsable de la enfermedad generalizada dentro de un edificio; en ocasiones puede atribuirse a lo que se conoce como "síndrome del edificio enfermo".
Este término abarca diversas situaciones en las que los ocupantes de un edificio sufren efectos adversos para la salud durante el tiempo que pasan allí sin poder identificar una enfermedad o factor específico como causa.
Según el informe de la Organizaciónn Mundial de la Salud, aproximadamente el 30% de todos los edificios recién construidos y renovados en todo el mundo experimentan quejas relacionadas con este síndrome. El principal factor que contribuye suele ser la mala calidad del aire; sin embargo, esta no es la única causa. Con frecuencia, las personas experimentan síntomas parecidos a los del resfriado o enfermedades similares a la gripe mientras permanecen en estos edificios problemáticos. Sin embargo, sorprendentemente estos síntomas tienden a desaparecer o mejorar al salir y reaparecer al volver a entrar.
Este término se utiliza cuando resulta difícil identificar la causa de su enfermedad y los síntomas asociados. Su médico puede asociar estos síntomas con varios factores, pero todos provienen de una condición particular presente en el edificio donde pasa la mayor parte del día. Algunos factores contribuyentes bien conocidos incluyen:
- La circulación de aire insuficiente es un problema común en varios tipos de establecimientos como escuelas, oficinas y áreas públicas.
- Los niveles excesivos de polvo pueden contribuir a este problema. Si fumas en interiores, el humo del cigarrillo puede empeorar aún más la calidad del aire.
- Además, las habitaciones con iluminación inadecuada pueden tener un impacto en el ambiente general. La presencia de moho dentro de la estructura del edificio es otro factor que puede afectar negativamente a la calidad del aire interior.
- La formalina, que se encuentra habitualmente en los muebles de madera y en los suelos de parquet, así como el amianto de los edificios más antiguos, también son fuentes potenciales de contaminantes. Los productos químicos de los productos de limpieza o los pesticidas utilizados en espacios cerrados también pueden contribuir a la mala calidad del aire interior. Incluso las impresoras láser emiten gas ozono y óxido de nitrógeno durante los procesos de impresión, lo que afecta a la atmósfera circundante.
- Además, los altos niveles de estrés en los lugares de trabajo podrían influir potencialmente en la salud debido a su impacto en el bienestar general.
- Un entorno de trabajo ruidoso no sólo puede distraer, sino que también puede contribuir a sentimientos de incomodidad o malestar entre las personas que ocupan dichos espacios.
- Por último, la presencia de plagas en grandes cantidades puede provocar una contaminación a través de sus excrementos que afecta negativamente a la calidad del aire que se respira en dichos lugares.
Para abordar eficazmente los síntomas del síndrome del edificio enfermo, puedes considerar tomar medicamentos antialérgicos. Sin embargo, es fundamental comprender que esto sólo proporciona un alivio temporal y no resuelve el problema subyacente. Si tienes estos problemas en casa, es esencial identificar y tratar la causa raíz. Por otro lado, si te encuentras con estos problemas en una oficina, es recomendable conversar con tu jefe al respecto.
Luego, tu jefe puede comunicarse con los profesionales que trabajan en el edificio o invitar a expertos que se especialicen en resolver este tipo de problemas.
1. Opta por productos de limpieza ecológicos que no emitan olores fuertes ni liberen vapores excesivos al aire.
2. Asegúrate de aspirar periódicamente para minimizar la acumulación de polvo.
3. Limpia y mantén los filtros de tu aire acondicionado con regularidad.
4. Mantén los niveles de humedad dentro del rango recomendado de 40 a 70 % en todo su espacio habitable o de trabajo.
5. Aborda rápidamente cualquier problema de moho en las paredes buscando métodos de tratamiento adecuados.
6. Compra bombillas o accesorios de iluminación de mayor calidad para obtener mejores condiciones de iluminación interior.
Si sigues estas medidas, puedes ayudar a prevenir que se produzca el síndrome del edificio enfermo y mejorar la calidad general del aire interior para lograr un ambiente más saludable tanto en el hogar como en los espacios de oficina.
Lamentablemente, es posible que no sea posible erradicar completamente el problema mejorando la calidad del aire dentro del edificio. Sin embargo, todavía existen diversas medidas que puedes tomar a nivel individual para mitigar los síntomas asociados a este síndrome:
1. Toma descansos frecuentes y prolongados, saliendo del edificio para inhalar aire fresco. Por ejemplo, opta por almorzar al aire libre en lugar de en el interior.
2. Abre las ventanas para permitir que entre aire limpio en las instalaciones, a menos que haya un alto nivel de contaminación del aire afuera.
3. Si pasas muchas horas trabajando frente a la pantalla de una computadora, busca algunas técnicas para controlar el síndrome de visión por computadora.
4. Minimiza el uso de pesticidas o productos de limpieza fuertes como blanqueador.
Por último, ten en cuenta que es posible que estas acciones no eliminarán por completo los problemas causados por la mala calidad del aire interior, pero pueden ayudar a aliviar significativamente los síntomas asociados con ella.