1. Tu hijo expresa algo descortés a otra persona abiertamente
"¡Mamá, míralo! ¡Ese hombre tiene la cabeza totalmente calva!" tu retoño grita de entusiasmo, señalando al calvo que escuchó su comentario sobre su cabello. Este escenario es ciertamente incómodo, y es fundamental que lo manejes con astucia, al igual que otras instancias, especialmente cuando estás en un lugar público.
¿Lo que debe hacerse?
Según la Dra. Gail Gross, psicóloga experimentada en el ámbito de las relaciones y la dinámica familiar, es fundamental mantener la compostura en una situación así. Después de eso, debes llevar a tu hijo a un lugar privado y no regañarlo frente a todos, lo cual es una reacción común. Hazle saber a la persona afectada que lo sientes y lleva a tu hijo a un lugar tranquilo. Explícale que no es apropiado decir lo que se le ocurra. La Dra. Gross continúa diciendo que si tu hijo comprende la lección, pídele que se disculpe con la persona en cuestión para demostrar que este incidente no debe tomarse a la ligera.
2. Tu hijo es grosero con sus amigos o colegas
Cuando sales con tus amigos, el comportamiento de tu hijo puede ser una fuente de vergüenza. Puede ser realmente incómodo cuando expresan su desaprobación por la comida que los anfitriones prepararon con tanto esfuerzo. Es importante no simplemente ignorarlo y tomar las medidas necesarias para asegurarse de que una situación tan incómoda no vuelva a ocurrir.
¿Lo que debe hacerse?
Cuando los niños se encuentran en un entorno desconocido, a veces pueden actuar de manera grosera. Sin embargo, no es una buena idea gritarle o regañarle delante de otras personas, ya que eso solo harás que se sienta avergonzado y enojado. Según la Drs. Gross, es mejor llevarlos a un lado y preguntarles si algo les está causando angustia. Si es así, trabajen juntos para encontrar una solución para que el problema no cambie su comportamiento. Incluso si no hay una causa clara del disgusto, trata de hacerles entender que sus acciones han herido los sentimientos de los anfitriones. Es una gran oportunidad para crear empatía en tu hijo y enseñarle a corregirse. Cuando todos se hayan calmado, regresen a la mesa y anima a tu hijo a ser agradable con quienes lo rodean.
3. Tu hijo entra en la habitación mientras estás teniendo relaciones con tu pareja
Es una experiencia que toma a todos con la guardia baja, especialmente a los niños, cuando los padres se encuentran con una situación así. Por la noche, cuando existe la posibilidad de estar juntos con nuestra pareja y nuestro hijo entra inesperadamente en la habitación mientras estamos en medio de ella, no es posible retroceder en el tiempo, y tal vez eso sea algo bueno.
¿Lo que debe hacerse?
Si tu hijo de 2 o 3 años es testigo de una situación incómoda, no hay necesidad de entrar en detalles sobre lo que ocurrió; lo más probable es que lo olvide. Sin embargo, para niños de 3 años en adelante, es importante ofrecer alguna explicación. Mantenerlo breve es lo mejor; puedes decir algo como "¡A veces, a los papás y las mamás les gusta darse fuertes abrazos!". Ignorar el incidente solo causará más confusión a largo plazo, por lo que la Dra. Gross aconseja explicar el evento de acuerdo con su edad y comprensión.
4. Tu hijo tiene una rabieta en un lugar público
Cuando los niños comienzan a tener un colapso total en un lugar público y comienzan a gritar, es una situación bastante difícil para los padres y, a menudo, reciben miradas de reproche de las personas que los rodean. Es comprensible sentirte avergonzado en estos momentos, pero al igual que con cualquier otro escenario incómodo, hay formas de manejarlo.
¿Lo que debe hacerse?
Es fundamental no reaccionar ante una rabieta de la misma manera que lo hace tu hijo y empezar a gritar. Tómate unos minutos para desestresarte, inhala profundamente, luego habla con tu pequeño a la altura de los ojos para que te comprenda. Asegúrate de que te mire y escuche tus palabras e infórmale con firmeza que deben cesar en esta conducta. Aunque pueda ser difícil, no lo reprendas hasta que se calme. Cuando tu pequeño tiene una crisis nerviosa, lo mejor es brindarle el tiempo y el espacio para manejar sus emociones. Una vez que se hayan calmado, aprovecha la oportunidad para hablar con él y preguntarle qué causó su reacción. Mantener el diálogo es imperativo dadas las circunstancias, incluso si es incómodo, así que trata de usar preguntas que hagan pensar para lograrlo. Si hay un problema que le preocupa, colabora con él para resolverlo, pero si sucede sin una buena razón, utiliza nueve consejos prácticos para controlar las rabietas de tu hijo.
5. Tu hijo dice malas palabras
Las palabras son una herramienta poderosa que expresa nuestros sentimientos a las personas que nos rodean y, desafortunadamente, esto incluye el uso de blasfemias para expresar nuestra insatisfacción. A menudo sucede que un padre puede decir una mala palabra cerca de su hijo, y luego la tomará y la usará en otras situaciones, en las que no puede controlar lo que se dice.
¿Lo que debe hacerse?
Cuando se trata de las malas palabras, es esencial que los padres, den un buen ejemplo. Pide disculpas por cualquier ataque de blasfemia y déjale claro a tu hijo que no es aceptable. Si logras mantener la compostura pero tu hijo todavía usa un lenguaje obsceno, explícale que está mal y que hay una forma adecuada de expresarse sin recurrir a malas palabras. Si tu hijo es pequeño, ten una charla amistosa con él sobre el uso del lenguaje y cómo es una herramienta poderosa, y enfatiza que las malas palabras no son parte de esa herramienta.
Cuando tu pequeño dice malas palabras, es fundamental que mantengas la calma y no sonrías ni te rías como respuesta. Hacerlo solo lo motivará a seguir haciéndolo. Si persiste, advierte a tu hijo con severidad que cualquier uso adicional de malas palabras resultará en medidas disciplinarias. Cada vez que vuelvas a escuchar una mala palabra de tu hijo, recuérdale la advertencia y establece consecuencias como no permitirle ver la televisión o quitarle el teléfono durante un tiempo para dejar en claro que ese lenguaje no es tolerado.
6. Tu hijo revela algo privado sobre ti en público
Nadie quiere que sus asuntos familiares privados se vuelvan de conocimiento público, pero los niños no siempre tienen la capacidad de guardar secretos. Desafortunadamente, puede haber momentos en que tu hijo revele información que preferirías no haber compartido con otros. Afortunadamente, hay una forma inteligente de abordar este problema.
¿Lo que debe hacerse?
Puede ser mortificante cuando tu hijo divulga inesperadamente algo confidencial. Según la Dra. Gross, debes mantener una actitud saludable en estas situaciones. No te lo tomes demasiado en serio y ríete bien. Luego lleva a tu hijo a otro sitio y explícale por qué no se debe hablar del tema en público. Hazle saber que lo que sucede en la familia debe permanecer en la familia y que no está bien compartirlo en otros lugares. Al hacerlo, también es importante asegurarte de que tu hijo sepa que puede acudir a ti con cualquier cosa sin temor a ser juzgado, al mismo tiempo que comprende que ciertas cosas deben guardarse para sí mismo.