La infección dental o absceso es uno de los dolores más fuertes que podemos experimentar en la vida diaria. Por lo general, estos problemas son causados por bacterias que se multiplican dentro del diente, causando un absceso en el mismo dienten en en sus alrededores.
Esta infección viene acompañada por síntomas dolorosos y molestos, difíciles de erradicar. En esta guía, tratamos de contarte en qué consiste exactamente esta dolencia, además de cómo prevenirla y tratarla con algunos remedios naturales.
ÍNDICE
2.1 Qué es un absceso dental: tipos y síntomas comunes
6.2 Solución salina (agua salada)
El absceso generalmente proviene de una infección bacteriana, a menudo una que se ha acumulado en las encías o en el tejido dental más blando. Las bacterias existen en la placa, y son un subproducto de los alimentos y la saliva, que se adhiere a los dientes y los daña.
Si la placa no se elimina con un cepillado y uso de hilo dental regulares y adecuados, las bacterias pueden diseminarse dentro del tejido blando del diente o las encías.
El absceso dental, cuando existe un pequeño espacio entre los dientes, está asociado a su deterioro, que puede deberse a las siguientes causas:
1- Lesión en el diente: si un diente roto o astillado no recibe el tratamiento adecuado, el cuadro podría derivar en un absceso.
2- Las rupturas en el esmalte dental son el acceso perfecto para las bacterias que terminarán propagándose e infectando el centro del diente.
3- Una infección puede comenzar por la raíz del diente o los huesos de la mandíbula, y propagarse al interior del diente a través del nervio
4- Si el pus se acumula dentro del diente, el paciente puede presentar hinchazón en el tejido interno, lo cual es una de las causas de infección.
1.1 Factores de riesgo
Estos factores pueden aumentar el riesgo de un absceso dental:
- Mala higiene dental. No cuidar adecuadamente los dientes y encías, al igual que no cepillarse los dientes dos veces al día y no usar hilo dental, puede aumentar el riesgo de caries, enfermedad de las encías, absceso dental y otras complicaciones dentales y bucales.
- Una dieta alta en azúcar. Con frecuencia, comer y beber alimentos ricos en azúcar, como dulces y refrescos, puede contribuir a las caries dentales y convertirse en un absceso dental.
2.1 Qué es un absceso dental: tipos y síntomas comunes
En detalle, ¿qué es exactamente un absceso dental provocado por una infección?
Un absceso es una hinchazón llena de pus altamente alcalina por naturaleza. Está compuesto de glóbulos blancos que se han sacrificado para capturar material muerto con el fin de expulsarlo fuera del torrente sanguíneo. La inflamación en la encía es el resultado de que el mecanismo de protección del cuerpo funciona bien. Aunque no se recomienda dejar un absceso sin tratar, si el pus está drenando bien y no se está agrandando, significa que el cuerpo se está protegiendo a sí mismo. Eso sí, el hueso alrededor de la infección puede estar deteriorándose lentamente. El mecanismo de protección del pus está capturando los desechos que ingresan en el cuerpo desde la boca a través del diente o la encía y luego los atrapa y la inflamación protege al cuerpo de los desechos que ingresan al torrente sanguíneo. A continuación, la hinchazón de pus expulsa los restos en la boca a través de la ampolla llena de pus.
Hay dos tipos de abscesos. Uno es un absceso que es puramente una enfermedad de las encías. Bolsas de encías profundas o una lesión en las encías que causan hinchazón llena de pus. El otro tipo es un absceso dental apical también conocido como un absceso periapical y se trata una respuesta inflamatoria del cuerpo donde se forma un absceso alrededor de la raíz del diente. Este caso es bastante más grave y puede requerir cirugía.
Estas son algunas cosas que puedes hacer para aliviar los síntomas en caso de padecerlos:
- Tome analgésicos de venta libre como ibuprofeno, aspirina o naproxeno para el malestar
- No comas ni bebas nada demasiado caliente o demasiado frío
- Trata de masticar del lado de tu boca que esté más lejos del diente afectado
- Cuando te cepilles los dientes, usa un cepillo de dientes con cerdas suaves
2. 4 Analgésicos
Los analgésicos de venta libre pueden ayudar a reducir el dolor mientras esperas tratamiento profesional. Es importante seguir la información en el prospecto con cuidado y recuera que los analgésicos solo sirven para reducir el dolor y no pueden reemplazar una visita a un dentista.
La aspirina, el ibuprofeno o el Tylenol (paracetamol) son analgésicos efectivos. Sin embargo, algunos no son adecuados para ciertos tipos de pacientes:
- Ibuprofeno y asma: si eres asmático, no tomes ibuprofeno.
- Ibuprofeno y úlceras estomacales: no tomes ibuprofeno si tienes o alguna vez has tenido úlceras estomacales.
- Aspirina y niños: No le des aspirina a niños menores de 16 años.
- Aspirina con embarazo y lactancia: no tomes aspirina si estás embarazada o amamantando.
En la gran mayoría de los casos, las complicaciones solo ocurren si el absceso no se trata. Sin embargo, pueden ocurrir complicaciones, incluso después de un tratamiento aparentemente efectivo, pero esto sucede en raras ocasiones. Las posibles complicaciones incluyen:
Quistes dentales: una cavidad llena de líquido puede desarrollarse en la parte inferior de la raíz del diente si el absceso no se trata. Esto se llama un quiste dental. Existe un riesgo significativo de que el quiste se infecte. Si esto sucede, el paciente necesitará antibióticos y posiblemente cirugía.
Osteomielitis: la bacteria en el absceso ingresa al torrente sanguíneo e infecta el hueso. El paciente experimentará una temperatura corporal elevada, dolor severo en el hueso afectado y posiblemente náuseas. Típicamente, el hueso afectado estará cerca del sitio del absceso. Sin embargo, como puede haberse diseminado al torrente sanguíneo, cualquier hueso del cuerpo puede verse afectado. El tratamiento consiste en antibióticos orales o intravenosos.
Trombosis del seno cavernoso: es una diseminación de las bacterias hace que se forme un coágulo sanguíneo en el seno cavernoso, una gran vena en la base del cerebro. La trombosis del seno cavernoso se trata con antibióticos y, a veces, con cirugía para drenar el seno. En algunos casos, la condición puede ser fatal. Esta es una complicación que sucede muy rara vez.
Angina de Ludwig: se trata de una infección de la base de la boca cuando las bacterias del absceso dental se diseminan. Hay hinchazón y dolor intenso debajo de la lengua y en el cuello. En casos severos, el paciente puede tener dificultades para respirar. La angina de Ludwig es una condición potencialmente fatal. Los pacientes son tratados con antibióticos. Las personas con angina grave de Ludwig pueden necesitar un procedimiento para abrir las vías respiratorias si hay problemas respiratorios.
Sinusitis maxilar: la bacteria se disemina a espacios pequeños detrás de los pómulos, llamados senos maxilares. Esta no es una afección grave, pero puede ser dolorosa. El paciente puede desarrollar fiebre y tener las mejillas sensibles. Algunas veces la condición se resuelve por sí misma. Dependiendo de la gravedad, el médico puede recetar antibióticos.
Unos buenos hábitos dentales pueden ayudar a mantener tus dientes y encías saludables:
- Cepilla con pasta dental con flúor dos veces al día durante al menos 2 minutos cada vez.
- No te enjuagues la boca con enjuague bucal o agua inmediatamente después del cepillado, eso puede quitar la pasta de dientes protectora de los dientes.
- Usa hilo dental por lo menos una vez al día para limpiar entre los dientes y debajo de las encías.
5.1 Antibióticos
La amoxicilina es un antibiótico común recetado para las infecciones dentales, tiende a funcionar mejor para tratar un absceso, y los dentistas o los médicos afirman que es la única forma de curar una infección dental. Sin embargo, hay otros expertos en materia dental que afirman que hay que evitar los antibióticos a toda costa a menos que sea una emergencia. El dentista Hal Huggins en su libro, "Consentimiento uniformado", está de acuerdo con esta teoría, que establece que los antibióticos utilizados para las infecciones dentales harán que las bacterias colonicen otro lugar, en una ubicación más grave. Los antibióticos funcionan envenenando el cuerpo. Esto obliga al cuerpo a detener su actividad de eliminación de pus. Debido a que los antibióticos son tóxicos, las personas desarrollan una resistencia al trabajo de los antibióticos. Además los antibióticos parecen deshacerse de las infecciones solo en algunos casos. Sería interesante ver algunos estudios científicos sobre antibióticos y su efectividad tanto a corto como a largo plazo...
5.2 Cuándo acudir al dentista
Visita a un dentista tan pronto como descubras si tienes cualquier signo o síntoma de un absceso dental.
Si sufres de fiebre e hinchazón en la cara y no puedes comunicarte con un dentista, acude a la sala de emergencias de un hospital. Acude también a la sala de emergencias si tienes problemas para respirar o tragar. Estos síntomas pueden indicar que la infección se ha extendido más profundamente en la mandíbula y el tejido circundante o incluso en otras áreas del cuerpo.
Si tienes un diente con absceso, tu dentista puede recomendarte uno de los siguientes tratamientos, según la gravedad del absceso:
- Si tienes un absceso simple, el dentista hacer un tratamiento de conducto para deshacerse de la infección y salvar el diente.
- Si el absceso es grande, es posible que deba drenarse primero antes de realizar un tratamiento de conducto. El dentista o endodoncista hará un pequeño corte en la encía para que salga el pus y luego enjuagará el área con solución salina (agua salada).
Después de volver a sellar el diente, el dentista puede ponerle una tapa o una corona como capa superior para proteger al diente y asegurarse de no aparecerá otro absceso.
Si el diente no puede salvarse, el dentista podría verse obligado a extraerlo, para posteriormente drenar el absceso y así eliminar la infección.
Como hemos comentado anteriormente, un diente infectado deber ser revisado por un odontólogo o un dentista. Sin embargo, si por algún motivo no puedes conseguir turno o tienes una emergencia, puedes recurrir a estas alternativas caseras y naturales:
Los ambientes cálidos son los más propicios para el crecimiento y propagación de bacterias. Por eso, cuando tengas una infección, evita el consumo de bebidas o comidas calientes.
6.2 Solución salina (agua salada)
El agua salada funciona bien para muchos problemas orales, ya que eleva temporalmente los niveles de pH en la boca. Al elevar los niveles de pH, se crea un ambiente alcalino hostil a las bacterias.
Cómo proceder:
- Combina media cucharadita de sal y 1 vaso de agua tibia y revuelve la mezcla.
- Haz gárgaras con el agua salada durante unos 30 segundos y escupe.
- Repite hasta terminar el vaso de agua salada.
- Este remedio se puede hacer 3 veces al día. Puedes usar sal del himalaya, sal marina o sal de mesa.
La alicina es un potente agente antibacteriano del ajo, que lo convierte en un excelente remedio casero para los abscesos de las encías.
Cómo proceder:
- Aplasta unos dientes de ajo para extraer el jugo
- Usando una bola de algodón, aplica el jugo de ajo directamente sobre la infección dental.
6.4 Bicarbonato de sodio
Al igual que la sal, el bicarbonato de sodio elevará temporalmente los niveles de pH dentro de la boca y creará un ambiente alcalino en el que las bacterias no podrán sobrevivir.
Cómo proceder:
- Combina media cucharadita de bicarbonato y media cucharadita de sal
- Humedece una bola de algodón con agua purificada y sumérgela en bicarbonato de sodio y sal.
- Coloca la bola de algodón en el absceso de las encías y deja actuar durante 40-60 minutos.
6.5 Aceite de clavo
El aceite de clavo tiene fuertes propiedades analgésicas y antibacterianas debido a su ingrediente activo, el eugenol. No se recomienda poner aceite de clavo sin mezclar directamente sobre el absceso de las encías debido a su sabor extremadamente fuerte.
Cómo proceder:
- Combina 2-3 gotas de aceite de clavo con una cucharada de aceite de oliva.
- Usando una bola de algodón, aplica la mezcla al absceso de la encía durante 10-20 minutos.
- El dolor debería desaparecer en 30 minutos.
El aceite de menta tiene propiedades antiinflamatorias y antisépticas, y es ideal para aliviar el dolor asociado con los abscesos de las encías.
Cómo proceder:
- Agrega 3-4 gotas de aceite de menta a una bola de algodón y colócala directamente sobre el absceso de la encía.
- Mantén durante 3-4 minutos y masajea suavemente.
Las gárgaras de aceite son un gran remedio para múltiples problemas orales como el mal aliento, los dolores de muelas, las caries y los abscesos de las encías. También blanquea los dientes como beneficio adicional.
Los mejores aceites para usar en este remedio son el aceite de coco orgánico, el aceite de sésamo orgánico y el aceite de oliva virgen extra. El aceite más común es el aceite de coco orgánico, porque tiene el mejor sabor de los tres.
Cómo proceder:
- Toma 1 cucharada del aceite que prefieras.
- Haz gárgaras durante unos 5-10 minutos y escupe.
- Si lo deseas, puedes enjuagar con agua después.
La cúrcuma tiene fuertes propiedades antiinflamatorias y también se puede aprovechar para alivar las infecciones dentales.
Cómo proceder:
- Combina cúrcuma en polvo y agua para hacer una pasta.
- Aplica la pasta al absceso de las encías y déjala actuar durante 10-15 minutos.
- Enjuaga con agua tibia. Puedes hacerlo dos veces al día.
6.9 Salvia
Esta hierba tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias que pueden ayudar a calmar un diente dolorido. También se usa para tratar encías inflamadas o sangrantes (gingivitis). Se cree que el alcanfor y un compuesto conocido como 1,8-cineol que están presentes en la salvia son responsables de su efecto antiinflamatorio
Cómo proceder:
- Mezcla una cucharadita de salvia triturada seca y sal en un vaso de agua y haz gárgaras.
- Haz gárgaras con la mezcla durante al menos cinco minutos y repite el procedimiento 2 o 3 veces al día hasta que se alivie el dolor.
Debido a que el vinagre es famoso por su capacidad para tratar infecciones, lo más probable es que ya conozcas esta opción. Al igual que con los aceites, aplica una pequeña cantidad de vinagre sobre un pedacito de algodón y utilízalo para realizar una aplicación tópica sobre la zona afectada.
Tanto el jengibre como el pimiento picante (o chiles) son analgésicos naturales y se pueden usar por separado para aliviar el dolor. El jengibre tiene componentes que reducen el dolor y disminuyen la inflamación y la capsaicina que se encuentra en el pimiento picante bloquea las señales de dolor en el cerebro.
Cómo proceder:
- Mezcla partes iguales de ambas especias en agua.
- Haz una pasta y aplica sobre el diente afectado con un bastoncillo de algodón para conseguir alivio. Eso sí, asegúrate de mantenerlo alejado de las encías para evitar irritarlas.
6.12 Semillas de sésamo
Este es un remedio chino muy antiguo. Los estudios han encontrado que el aceite de sésamo tiene efectos analgésicos y muestra actividad antibacteriana contra S. mutans y L. acidophilus que se sabe causan infecciones dentales.
Cómo proceder:
- Hierve las semillas en el doble de la cantidad de agua hasta que el agua se reduzca a la mitad.
- Espera a que la pasta se enfríe y colócala en la zona afectada para tratar el dolor.
El alcohol es uno de los antisépticos más populares. Para tratar este problema, puedes beber un trago de whisky u otra bebida con alto porcentaje de alcohol, y mantener el trago en la boca por unos segundos. No es necesario beberlo, ya que lo importante es utilizarlo como enjuague bucal.
6.14 Té negro
El té negro también tiene propiedades antiinflamatorias. Remoja una bolsa de té y aplícala a la parte afectada. También puedes preparar un poco de té negro fuerte, hacer gárgaras en la boca por un rato y escupirlo.
El cilantro tiene propiedades antiinflamatorias y se ha encontrado que tiene actividad antibacteriana contra los organismos que causan los transportes dentales.
Cómo proceder:
- Hierve 10 gramos de semillas de cilantro en cuatro litros de agua hasta que el agua se reduzca a un litro.
- Después de que la solución se enfríe, mantén la mezcla en la boca por alrededor de un minuto. Deberías notar algo de alivio en el dolor.