Tener problemas en nuestra espalda puede ser bastante molesto, y además costoso a la hora de conseguir medicamentos y herramientas para tratarlo. Con razón, muchos de los problemas de espalda que se asocian con la salud de los huesos son a menudo difíciles de ignorar ya que la columna vertebral es una parte fundamental de nuestro cuerpo. Pero lamentablemente, condiciones tales como la artritis pueden llevar a otras complicaciones que podrían no ser detectadas a tiempo. Un ejemplo son los espolones óseos. |
Los espolones óseos (también conocido como osteofitos) surgen como consecuencia de un exceso de presión sobre las articulaciones y se desarrollan como un "hueso adicional", producido por el cuerpo en respuesta a esta presión. Aparte de aparecer en la columna vertebral, pueden aparecer en otras partes del cuerpo, como las rodillas, las caderas, los hombros y los dedos. A pesar de que sus síntomas no siempre son evidentes, a veces pueden causar dolor y pérdida de movimiento en las articulaciones. Pueden ser tratados por un médico, a menos que en algún caso concreto no requieran tratamiento alguno. Vamos a echarle un vistazo a los síntomas, causas, tratamientos y prevención de esta enfermedad.
Un espolón óseo es un hueso adicional que se forma en las áreas del cuerpo donde los huesos se encuentran, por ejemplo, en las articulaciones y en la columna vertebral. Cuando estas áreas experimentan cantidades inusuales de presión y tensión, el cuerpo reacciona de forma natural mediante la formación de espolones óseos con el fin de reducir el exceso de presión. Por desgracia, esto no siempre es útil, y en algunos casos, las espuelas pueden empeorar la situación. |
Por encima de todo, no son causas importantes que dependen de la presencia de otras condiciones óseas. Dos de las más comunes son las enfermedades degenerativas de las articulaciones (como la artritis) y la inflexibilidad de un tendón. En ambos casos, el cuerpo trata de reforzar el área débil con más huesos en un lugar que no debe ser, lo que da resultado a los espolones óseos. Estos llegan a ser muy doloroso cuando no hay más espacio para que el hueso crezca, por lo que asoma en el tejido circundante, o tira de un tendón demasiado ajustado para acomodarlo.
Como resultado del contacto de los espolones óseos con el tejido que los rodea, el cuerpo puede sufrir irritación e inflamación en las zonas afectadas. Puede aparecer como inflamación que causa un dolor agudo. He aquí cómo se presentan los síntomas en áreas específicas:
Si experimentas uno o más de los síntomas mencionados anteriormente, o tienes dificultad para mover una o más articulaciones alrededor de tu cuerpo, pide una cita con tu médico de cabecera inmediatamente, para que pueda detectar el problema tan pronto como sea posible. El tratamiento temprano ayuda a prevenir un mayor daño en las articulaciones. ¿Cómo se pueden tratar? Tu médico puede recomendarte algún medicamento de venta libre yo medicamentos anti-inflamatorios si tus espolones óseos están causándote dolor o inflamación, pero también hay otros remedios ampliamente conocidos para tratar el problema. Algunas personas encuentran que la aplicación de calor húmedo, compresas frías o masajes con hielo pueden ser calmante. Otros sugieren el uso de hierbas, especialmente de manzanilla, tiene propiedades anti-inflamatorias y analgésicas. Algunas terapias de fármacos, modalidades de estiramientos, e inyecciones pueden trabajar muy bien, siempre y cuando sean bajo supervisión médica. Si los síntomas persisten o empeoran, podría ser necesaria una intervención quirúrgica para extraer el hueso extra, alargar el tendón afectado, o sustituir una articulación. En general, el enfoque principal de la cura debe centrarse en solucionar los problemas de los huesos subyacentes, tales como la enfermedad degenerativa o la contractura del tendón y la inflexibilidad. Si esto no se hace, el espolón óseo podría volverse a desarrollar, incluso si se ha extraído quirúrgicamente.
¿Cómo podemos prevenir los espolones óseos? Para reducir el riesgo a desarrollarlos, debes tratar de participar en un programa de reducción de peso a través del estiramiento y / o, así como un programa de ejercicios de mantenimiento de bajo impacto para fortalecer tu núcleo y estirar los tendones sensibles, incluyendo las pantorrillas, los isquiotibiales y los cuádriceps. Trata de caminar (zapatos con apoyo), nadar, hacer yoga, ciclismo, o realizar cualquier tipo de ejercicio, ya que es una gran manera de mantenerte en forma sin crear presión sobre las articulaciones y los tendones. |
H/T: mayoclinic | baltimoresun |