Los niños, especialmente a una edad temprana, comienzan a experimentar una sensación de separación de sus padres y desarrollan su independencia y personalidad, que son una parte importante del proceso natural de desarrollo. Intentan tomar el control de tantas cosas como sea posible. Cualquier tarea que les impongamos, especialmente una que ellos perciban como obligatoria, puede hacerles sentir, incluso inconscientemente, que alguien está tratando de controlarlos, lo que lleva a una resistencia inmediata. Cuando te acerques a tu hijo, intenta no sonar autoritario, como: "¡Cálmate!" o "¡Siéntate bien!" o "¿Qué parte de la oración no entendiste?" porque lo más probable es que el niño simplemente te ignore y continúe con lo que está haciendo. Las órdenes tampoco nos sientan bien a los adultos.
Cambia tu enfoque a uno que sea instructivo y explicativo, y di, por ejemplo: "La comida es algo que comemos, no con lo que jugamos", y ya entenderá lo que se espera de él. Establece límites firmes pero respetuosos, porque en última instancia el objetivo es que cumpla tu pedido o cambie su comportamiento a través de la cooperación y de una manera agradable.
Muchas veces, les pedimos a nuestros hijos que hagan algo mientras estamos ocupados con sus hermanos menores o con los correos electrónicos del trabajo. Los niños no siempre se dan cuenta de que nos estamos dirigiendo a ellos o no entienden lo que se espera de ellos, lo que genera frustración en ambas partes y se convierte en una lucha de poder.
Cuando hables con tu hijo, míralo directamente a los ojos y capta su atención. De esta manera, sabrá que escuchó lo que le has dicho y entendió lo que le estás pidiendo. El contacto visual crea una comunicación mejor y más efectiva, reemplazando las órdenes lanzadas al aire mientras está haciendo varias tareas a la vez, que a menudo caen en oídos sordos. Te sorprenderás al ver cómo el contacto visual mejora de inmediato y significativamente su atención y ejecución.
Como padres, a menudo usamos palabras como "no", "no lo hagas" o "prohibido". Cuanto más decimos estas palabras, más probabilidades hay de que hagan lo contrario. Además, cuando un niño escucha una palabra negativa, suele desencadenar una reacción defensiva o agresiva y deja de escuchar. A los niños les resulta difícil comprender la prohibición, porque deben comprender simultáneamente lo que está prohibido y lo que se espera de ellos.
Por lo tanto, en lugar de decir: "No dejes los juguetes en el suelo", pídeles: "Por favor, devuelve los juguetes a su lugar". En lugar de decir: "No corras por la calle", di: "Es peligroso correr por la callel, pero puedes correr por la acera". Intenta hablar en términos de reglas generales en lugar de centrarte directamente en ellas. Por ejemplo, en lugar de decir: "No golpees", di: "En nuestra casa, usamos palabras, no manos".
También puedes convertir la petición en un juego para que sea más interesante. En lugar de amenazarles con que no verán la televisión hasta que recojan los bloques, divídanse en equipos y digan: "Mamá y Juan recogerán todos los bloques verdes y azules, y Ernesto recogerá solo los bloques rojos. ¡Veamos quién termina primero!". De esta manera, la tarea se vuelve divertida y agradable.
Lo que es importante saber es que los niños necesitan nuestros límites, combinados con amor y respeto, que les brinden una sensación de seguridad y la sensación de que pueden confiar en nosotros para guiarlos. Elige tus batallas. Deja de lado el "no" en áreas que no sean tus líneas rojas. Si los corriges en cada pequeña cosa, dejarán de escuchar y cooperar. Si estableces un límite o haces una declaración, cumple con tus palabras, porque las palabras que no están respaldadas por acciones no funcionarán la próxima vez.
La crianza empoderadora permite que todo se ponga sobre la mesa y se discuta abiertamente desde una edad temprana, de una manera accesible y apropiada para la edad. Cuando acostumbramos a nuestros hijos a conversaciones emocionales donde todo es discutible, cooperarán más, se sentirán más seguros y confiarán en que nosotros, como padres, estaremos allí para ellos y los guiaremos.