¿Tu hijo tiene dificultades para administrar su tiempo de manera eficiente y, a menudo, deja la tarea para el último minuto? ¿Hace rabietas cuando no se le permite jugar su juego favorito? Para prevenir estas situaciones, es crucial educarlos desde pequeños y dotarlos de las habilidades y herramientas necesarias para llevar una vida exitosa.
Un enfoque efectivo es ayudarlos a desarrollar funciones ejecutivas, que son críticas para su éxito futuro. Estas funciones incluyen distracción adecuada, inicio y finalización de tareas, programación, automotivación, autocontrol, toma de decisiones, flexibilidad mental, autoestima, memoria y recuperación de información. Esta guía te proporcionará la información que necesitas para ayudar a tu hijo a desarrollar estas funciones esenciales.
¿Qué SON las funciones ejecutivas?
Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades cognitivas que controlan y regulan otras habilidades y comportamientos. Son cruciales para una adaptación y un desempeño exitosos en situaciones de la vida real. Estas funciones incluyen la capacidad de iniciar y detener acciones, monitorear y cambiar el comportamiento según sea necesario y planificar el comportamiento futuro cuando se enfrente a tareas y situaciones nuevas.
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Inhibición: la capacidad de detener el propio comportamiento en el momento adecuado, incluida la detención de acciones y pensamientos.
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Cambio: la capacidad de moverse libremente de una situación a otra y de pensar con flexibilidad para responder adecuadamente a la situación.
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Control Emocional: la capacidad de modular las respuestas emocionales haciendo que el pensamiento racional influya en los sentimientos.
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Memoria de trabajo: la capacidad de retener información en la mente con el propósito de completar una tarea.
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Planificación/Organización: la capacidad de gestionar las demandas de tareas actuales y futuras.
Los niños necesitan funciones ejecutivas fuertes por varias razones. Estas habilidades los ayudan a mantenerse enfocados, recordar información, comprender diferentes puntos de vista, participar en dinámicas de grupo y hacer planes, todo lo cual es fundamental para el éxito en la escuela y en situaciones sociales, incluso antes de que nuestro mundo se volviera tan complicado tecnológicamente.
También sienta las bases para su vida adulta, ya que las funciones ejecutivas sólidas son vitales para lograr objetivos, mantener relaciones y administrar las tareas cotidianas de manera efectiva.
¿Cómo ayudamos a los niños a desarrollar funciones ejecutivas?
Si deseas ayudar a tu hijo a desarrollar funciones ejecutivas, aquí hay siete formas de hacerlo:
1. Establece una rutina constante
Establecer una rutina regular es tan importante para los niños como para los adultos. Para ayudar a tu hijo a mantener una rutina, puedes crear dos rituales: uno para comenzar el día y otro para terminarlo. El ritual de la mañana puede incluir tareas como vestirse, cepillarse los dientes, peinarse, preparar una bolsa y tomar un desayuno nutritivo. El ritual de la noche puede incluir ordenar la habitación antes de acostarse.
Para que a tu hijo le resulte más fácil recordar estas tareas, puedes crear un horario visual en una página o pizarra magnética. A los niños mayores se les puedes enseñar a usar un diario o calendario para planificar su propio día, semana o mes para ser más eficientes en sus actividades diarias.
2. Dar tiempo para la tarea
No es raro que los niños se demoren en hacer su tarea una vez que llegan a casa. Sin embargo, si tu hijo se encuentra entre los pocos que inmediatamente comienzan a hacer sus tareas, entonces te has ganado el premio mayor. Si tu hijo sigue procrastinando, es esencial enseñarle y recordarle desde una edad temprana que priorice la tarea.
Para empezar, debes establecer un período de tiempo específico dentro del cual tu hijo debe completar su tarea, digamos entre las 3:00 p. m. y las 6:00 p. m. Házle saber que solo puede jugar después de terminar sus tareas escolares. Este hábito le ayudará a apreciar el valor del tiempo libre y a planificar eficazmente su día a largo plazo.
3. Hacer reglas y ser muy claro sobre las consecuencias
Las reglas son esenciales tanto para el hogar como para el exterior, y juegan un papel vital para guiar a los niños sobre cómo comportarse apropiadamente. Para asegurarte de que tu hijo comprenda las reglas, los expertos recomiendan que establezcas lugares permanentes para sus pertenencias y establezcas límites claros para actividades como el uso de la computadora y el tiempo de recreación.
Escribir estas reglas las hace más accesibles y ayuda a crear un contrato familiar. También es crucial establecer consecuencias apropiadas para la edad por romper las reglas. Por ejemplo, no completar la tarea puede resultar en la pérdida de tiempo de juego durante dos días. Estas reglas y consecuencias pueden ayudar a tu hijo a desarrollar habilidades esenciales como la planificación, la organización, la programación y el autocontrol.
4. Dividir tareas grandes en tareas más pequeñas
Como adultos, a veces nos cuesta manejar tareas y proyectos grandes, y lo mismo puede ser cierto para los niños pequeños. Si a tu hijo le resulta difícil abordar una tarea particularmente exigente, puedes ayudarlo dividiéndola en tareas más pequeñas y manejables. Trátalo como un rompecabezas que necesita ser ensamblado en una hermosa imagen.
Por ejemplo, si tu hijo necesita preparar un trabajo de investigación, divídelo en varias etapas, como investigación de temas, recopilación de información y redacción. Decidan juntos cuánto tiempo asignar a cada tarea, anoten todas las decisiones y manténgalas a la vista. De esta manera, tu hijo podrá seguir su progreso y saber qué queda por hacer.
5. Mejorar la memoria a través de juegos
Jugar juegos de memoria es una forma muy conocida de mejorar la memoria y las habilidades de recuperación, lo que los convierte en una excelente opción para los padres que desean ayudar a sus hijos en esta área. Aparte de estos, hay otros juegos que los niños disfrutan y pueden mejorar su memoria, como jugar al escondite o arreglar cosas según dibujos o tamaños.
Aprender a tocar un instrumento o memorizar letras de canciones son otras actividades que pueden enriquecer mucho la memoria de los niños.
6. Organizar el hogar
Aprender a organizarse, llevar un registro de sus pertenencias y seguir un horario puede ser un desafío para los niños, especialmente cuando viven en una casa desordenada. Si tu hijo tiene dificultades para mantenerse concentrado, puede ser útil involucrarlo en actividades domésticas como doblar la ropa, lavar los platos o ordenar su habitación. Una vez que entiendan dónde pertenece cada cosa en la casa, desde los juguetes hasta los cubiertos, será más fácil para ellos mantenerse organizados y completar tareas en otras áreas.
Además, un hogar ordenado facilita el mantenimiento de una rutina regular, lo que puede beneficiar tanto a los niños como a los adultos en el futuro.
7. Hacer preguntas para una mayor autoestima
Los niños que luchan con la baja autoestima pueden tener dificultades para hacer frente al fracaso y pueden reaccionar con ira. Por lo tanto, es crucial aumentar su autoestima desde una edad temprana. Si tu hijo está experimentando este problema, es esencial que le enseñes cómo manejar el fracaso de manera efectiva. En lugar de decirles que se merecían ganar, intenta hacerles preguntas que fomenten la autorreflexión y la mejora.
Por ejemplo, pregúntale cómo cree que se desempeñó, qué aprendió de la experiencia, cómo se siente con el resultado y si puede encontrar algo positivo en la situación. Al guiarlo para que llegue a sus respuestas, puede aprender a sobrellevar el fracaso y mejorar en el futuro. Estas técnicas le ayudarán a desarrollar resiliencia y lograr el éxito en la vida.