Considerando su tamaño, su fascinante historia y su gran diversidad de regiones, no es de extrañar que Francia sea uno de los principales destinos turísticos del mundo, y que se considere un destino de vacaciones y excursiones para muchos. Pero una de las maravillas de Francia trasciende a todas ellas, y se considera una joya de gracia que nunca pasa de moda, y es la Provenza. Esta zona meridional y soleada se asienta a orillas del mar Mediterráneo y es una atracción turística de primer orden, conocida por sus paisajes pastorales, su ambiente único, su excelente cocina y los buenos vinos que se exportan desde ella a todo el mundo. Para conocer mejor este magnífico destino de vacaciones, hemos recopilado información sobre 11 de las principales atracciones que hay que ver antes durante un magnífico viaje por la Provenza.
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Tu visita a Gordes, de la que ya hemos hablado, no estará completa si no sales del pueblo y recorres unos 5 km hasta el Monasterio de Sénanque, sobre todo si te encuentras en la zona durante los meses de verano, de junio a septiembre, cuando la floración de la lavanda en el campo que rodea el edificio está en su máximo esplendor.
El monasterio, construido en el siglo XI, presenta un estilo románico típico de la época de su construcción y constituye un espectáculo extraordinario. Otra característica única de este monasterio es que los monjes que viven aquí trabajan para ganarse la vida, fabricando esencia de lavanda y miel de abeja, y durante la visita podrás ser testigo de cómo participan en este trabajo.
Impresionantes vistas del mar Mediterráneo rodeadas de impresionantes acantilados blancos, entre los que se interponen pequeñas entradas de mar con encanto: esto es lo que se verá ante tus ojos en la pequeña y tranquila ciudad pesquera de Cassis, situada a sólo 20 kilómetros al este de Marsella.
En Cassis, no sólo podrás disfrutar de las maravillosas vistas al mar, sino también del pintoresco puerto de la ciudad, de la variedad de vinos que se producen en la zona y del ambiente relajado que domina las calles, así como de las numerosas plazas sombreadas y los pequeños cafés donde podrás sentarte a disfrutar del encanto de la zona.
Aviñón es una de las ciudades más importantes e interesantes de la Provenza, que se hizo "famosa" en el siglo XIV, cuando en 1309 el Papa Clemente V la eligió como sede, trasladando así a los papas de Roma a Aviñón hasta 1377. El testimonio de la reunión de no menos de 5 Papas en Aviñón se encuentra en el palacio papal, espléndidamente conservado, junto con las murallas construidas para protegerlo.
Aparte de su pasado religioso, Aviñón es también una ciudad animada y agradable de visitar, y si la visita se realiza durante el mes de julio, encontrarás un gran festival dedicado al arte del teatro, aunque también hay muchos espectáculos de danza y música.
Si alguna ves haz soñado con viajar en el tiempo a la Edad Media; a épocas de nobleza, majestuosos banquetes, elegantes edificios de piedra y un esplendor sin igual, entonces debe visitar Uzes, una pintoresca ciudad que conserva el espíritu de la época. Más allá del ambiente medieval de la "primera duquesa de Francia", como se llama a Uzes, encontrarás antiguos restos romanos muy bien conservados, como el Pont du Gard, un antiguo canal de agua que atraviesa la región cerca de la ciudad.
La catedral de Uzes es también un hito importante en un lugar que merece la pena visitar y se recomienda visitar la ciudad los domingos, cuando se abre uno de los mejores mercados de toda la Provenza.
Esta ciudad es una visita obligada para los amantes del arte porque en su territorio estuvo ingresado uno de los artistas más famosos del mundo, Vincent Van Gogh, que era conocido por sus trastornos mentales. Aquí Van Gogh pintó algunos de sus cuadros más famosos y queridos, como "Noche estrellada" y "Campos de trigo".
En Saint-Remy encontrarás el Sendero de Van Gogh, que recorre los distintos lugares de la ciudad pintados por el artista holandés, aunque se necesita un poco de imaginación para verlo porque en los últimos años han cambiado considerablemente. Además, encontrará la casa de otro famoso personaje histórico, el estimado astrólogo Nostradamus, así como mercados y cafés que sirven las mejores materias primas que ofrece la Provenza.
En la región de la Provenza no sólo se encuentran pintorescos pueblecitos, sino también algunos de los centros turísticos más grandes y destacados de Francia, como Niza, una de las ciudades más bellas y queridas del país, la segunda ciudad turística más importante de Francia después de París y la quinta en cuanto a número de habitantes.
Niza se encuentra a orillas del Mediterráneo, en la conocida Riviera francesa, y goza de un ambiente mágico que combina lo antiguo y lo moderno. Podrás pasear por el hermoso paseo marítimo, visitar los numerosos edificios históricos de la zona (como la iglesia de Notre-Dame de Niza), así como tomarte un descanso en uno de los acogedores cafés de esta ciudad, rica en entretenimiento, vida nocturna y ocio.
Una pequeña y agradable ciudad que no debea perderte en tu visita a la Provenza es Aix-en-Provence, especialmente si te gusta la arquitectura urbana y las fuentes, porque esta ciudad está llena de ellas, ¡incluso recibió el apodo de "Ciudad de las Mil Fuentes"! A lo largo de las numerosas calles de Aix-en-Provence, hay una gran cantidad de fuentes espectaculares y de diversos diseños, que pueden verse en un breve paseo por la ciudad.
Aquí hay muchas instituciones de arte, como el Museo Granet, donde se exponen obras de algunos de los más grandes artistas de la historia, como Rembrandt, Cezanne, Monet y Picasso.
No sólo las impresionantes vistas desde la cima de la colina en la que se encuentra el pueblo de Roussillon hacen que la experiencia de la visita sea inolvidable, sino también la abundancia de colores que se le revelarán al contemplar las casas y los alrededores del pueblo. Junto con Gordes, ya mencionado anteriormente, Roussillon se considera uno de los destinos más populares y bellos de esta parte de la Provenza.
El pueblo está situado en una cresta rocosa de ocre -una roca de color amarillo pardo-, de ahí los colores únicos de las casas y edificios del pueblo, que están recubiertos de una mezcla hecha con la roca y el yeso.
Si lo único que deseas es relajarte en una playa tranquila, tomar el sol bajo el cálido sol sin nada que hacer, debes dirigirte a Porquerolles, una cadena de cuatro islas en la costa de la provincia de Var, en la Provenza, donde sentirás que está en la costa del Caribe y no en el Mediterráneo.
El gobierno francés ha declarado las islas zona protegida desde los años 70 y se esfuerza por cuidar su belleza y preservar su entorno virgen y limpio. A lo largo de la costa hay muchos hoteles, restaurantes y cafés, por lo que sin duda podrá disfrutar de unas vacaciones decentes pero relajadas aquí, ya que las hordas de turistas aún no han descubierto el lugar.
La Provenza es famosa no sólo por sus paisajes y su agradable ambiente rural, sino también por su floreciente industria vinícola, que podrá ver y degustar en Châteauneuf-du-Pape, un pequeño pueblo medieval construido en 1317 y rodeado de viñedos.
También puedes visitar el museo del vino del pueblo, donde podrás conocer la historia de la zona y de los productores de vino de la misma. En un pasado lejano, las casas de los papas que vivían en Aviñón se encontraban en esta zona, y hoy en día el ambiente de libertad y tranquilidad se mantiene y le da una facilidad permanente.
