B12 ayuda en la creación de glóbulos rojos, reduce el letargo y el riesgo de anemia, y mejora los procesos de memoria vital. Un estudio reciente encontró que la deficiencia de vitamina B12 puede provocar memoria errática. La investigación encontró que B12 funciona como una capa protectora para la mielina, la sustancia que recubre nuestros nervios. Cuando no hay suficiente B12 en tu sistema, la capa no es lo suficientemente gruesa y se daña. Este daño ralentiza los impulsos nerviosos, lo que también puede provocar lapsos de memoria.
La deficiencia de vitamina B12 puede ser causada por la vejez: a medida que envejecemos, nuestro estómago segrega menos ácido, lo que dificulta que nuestros cuerpos absorban los nutrientes de los alimentos. Otra causa puede ser una dieta poco saludable, la anemia y la enfermedad de Crohn. La B12 es más común en pescado, carne y productos lácteos, así que consulte a tu médico sobre la mejor fuente de B12 para ti.
Si estás cansado, estás subiendo de peso, te sientes deprimido y tu memoria está frágil, puedes estar sufriendo de hipotiroidismo. Esto ocurre a menudo lenta y gradualmente, disminuyendo los niveles de la hormona tiroxina (T4), que tiene un papel fundamental en la producción de energía de nuestro cuerpo. La baja T4 provoca un metabolismo más lento y funciones cognitivas más lentas, lo que provoca fallas en la memoria.
Las causas comunes de hipotiroidismo pueden ser enfermedades autoinmunes como la de Hashimoto, donde el cuerpo se ataca a sí mismo. Alternativamente, las infecciones virales e incluso el abuso de antibióticos también pueden inducir hipotiroidismo.
Si tiene menos de 45 años y tiendes a ser "olvidadizo", es posible que desee evaluar tu presión arterial. En una investigación realizada en la Universidad de Alabama, se descubrió que las personas que tienen presión arterial más alta tienden a sufrir lapsos meméticos, así como una disminución en las habilidades cognitivas, en comparación con las personas con presión arterial normal.
La presión arterial alta daña las paredes internas de las arterias, haciéndolas desgarrar y formar tejido cicatricial, lo que endurece las arterias. Las arterias más duras permiten que pase menos sangre a través de ellas, lo que reduce la cantidad necesaria para que el cerebro funcione correctamente y puede provocar problemas de memoria. La buena noticia es que una dieta saludable, ejercicio físico y pérdida de peso pueden ayudar a reducir el riesgo de tal endurecimiento arterial.
4. Menopausia
Recientemente se corroboró una teoría común que establece la conexión entre el olvido y la menopausia con las mujeres. La investigación realizada por la Universidad de California confirma que a medida que disminuyen los niveles de estrógeno, tienden a ocurrir lapsos de memoria. El estrógeno protege a los neurotransmisores y, sin él, se vuelven menos eficientes. Tales casos pueden ser tratados con HRT.
5. Migrañas
Si sufres de migrañas, puedes estar en riesgo de sufrir de Amnesia Global Transitoria (TGA) en sus cincuenta años. TGA es un estado en el que una persona no puede recordar eventos del día anterior, no puede recordar dónde están o cómo llegaron allí, mientras aún recuerda quiénes son y quiénes son otras personas.
Es habitual ver este tipo de amnesia como resultado de una falla genética, que conduce a una propagación de los impulsos nerviosos en el cerebro. La TGA puede paralizar temporalmente la memoria y, al igual que las migrañas, puede desencadenarse por una inmersión repentina en agua caliente o fría, angustia emocional extrema o incluso relaciones sexuales. Afortunadamente, la TGA no es muy común, rara vez ocurre más de una vez en la vida y es reversible.
Los vuelos largos pueden dejarnos agotados y cansados. Estos síntomas generalmente son causados por patrones de sueño inconsistentes, así como por el desfase horario.
La investigación realizada en la Universidad de California mostró que la sensación de somnolencia, la falta de memoria y la dificultad para procesar la información pueden extenderse durante bastante tiempo después del vuelo, e incluso después de que hayan pasado los sentimientos de desfase horario. Cuando dormimos, nuestro hipocampo procesa nuestros recuerdos, por lo que no dormir lo suficiente puede causar lapsos de memoria.
7. Embarazo
Las mujeres embarazadas a menudo son estigmatizadas por tener mala memoria, y en una investigación reciente realizada en Australia, los investigadores compararon el desempeño de las mujeres embarazadas con las no embarazadas. Los resultados fueron concluyentes: las mujeres embarazadas obtuvieron un rendimiento inferior en tareas relacionadas con la memoria en comparación con sus contrapartes no embarazadas. Los investigadores plantearon la hipótesis de que las razones son los cambios en el estilo de vida y la dieta.
8. Quimioterapia
Otro efecto secundario desagradable de la quimioterapia es la pérdida de memoria, que los pacientes suelen denominar quimiocerebro. La quimioterapia puede afectar la forma en que funcionan las células cerebrales, como se muestra en un estudio de la Universidad de Stanford que mostró cómo las mujeres que se someten a quimioterapia para el cáncer de seno también sufrieron fallas de memoria en comparación con aquellas que no participaron en la quimioterapia.
Esta suele ser una situación reversible, y las funciones de memoria vuelven a la normalidad una vez que finaliza la quimioterapia, pero en algunos casos la mejora lleva años. Tomar aspirina, que aumenta el flujo de sangre al cerebro, puede ser una buena manera de prevenir o tratar el "cerebro de quimioterapia", pero primero debe consultar con su oncólogo.
9. Anestesia
Al someterse a operaciones importantes, la anestesia es a menudo la única forma en que un paciente puede pasar por el procedimiento sin sufrir un trauma mayor. La desventaja es la posible pérdida de memoria y la reducción de las funciones cognitivas en los días posteriores a la operación. La Universidad de Florida descubrió que aproximadamente el 40% de los pacientes que tenían más de 60 años, sufrían pérdida de memoria después de una operación, y el 12,7% sufrían problemas cognitivos graves en los siguientes 3 meses.
10. Epilepsia
La epilepsia es un tipo de "cortocircuito" en el cerebro que causa convulsiones y afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo. Durante un episodio, los impulsos eléctricos en el cerebro se redirigen, lo que lleva a problemas como la pérdida temporal de las habilidades motoras, la pérdida de la función cognitiva y la pérdida de memoria.
11. Medicamentos para la artritis y el asma
Los corticosteroides son esteroides que produce el cuerpo y se pueden tomar como tratamiento para el asma y la artritis. La ingesta de dosis altas durante seis meses o más puede provocar problemas de memoria. A pesar de ser una ocurrencia rara, los corticosteroides pueden matar células cerebrales y causar atrofia cerebral en el hipocampo, en particular. Cambiar la dosis puede ayudar, pero se debe consultar a tu médico con respecto a otros posibles efectos secundarios.
12. Depresión
La depresión está asociada con bajos niveles de químicos en el cerebro, como la serotonina o la noradrenalina. Estas sustancias químicas pueden afectar los procesos relacionados con la memoria en el cerebro. Los antidepresivos y / o el tratamiento psicológico pueden ayudar con los problemas de memoria.
13. Consumo excesivo de alcohol
Mientras más alcohol consumas, menos capaz será tu cerebro de almacenar recuerdos a corto plazo. El alcohol afecta el hipocampo, reduciendo tus funciones, incluida la formación de nuevos recuerdos, por lo que a veces olvidamos lo que hicimos después de beber.
El abuso de alcohol a largo plazo puede conducir al síndrome de Korsakoff, donde se pierde la capacidad de formar recuerdos a corto plazo, lo que dificulta recordar información reciente. Una rehabilitación lenta y controlada puede detener el proceso de pérdida de memoria para al menos el 25% de los pacientes.