Es posible que no pienses mucho en tu postura, pero la forma en que te sientas, te paras y te mueves puede tener un gran impacto en tu salud general. Con el tiempo, una mala postura puede provocar dolor de espalda, tensión en el cuello e incluso dolores de cabeza. El problema es que muchos de nosotros somos culpables de cometer errores sutiles de postura a lo largo del día sin siquiera darnos cuenta.
¿La buena noticia? La mayoría de estos hábitos se pueden corregir con unos pocos ajustes sencillos. Veamos más de cerca algunos de los errores de postura más comunes que probablemente estés cometiendo y cómo puedes solucionarlos para sentirte mejor.
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Al conducir, es fácil olvidarte de la postura y terminar inclinándote hacia adelante o encorvarte. Asegúrate de que tu asiento esté ubicado de manera que tus rodillas estén ligeramente más bajas que tus caderas. Mantén la espalda recta contra el asiento y ajusta los espejos para no tener que estirar el cuello. Un cojín de asiento cómodo también puede ayudarte a mantener esa postura agradable y erguida. ¡La seguridad es lo primero!
A medida que envejecemos, nuestros hombros tienden a encorvarse hacia adelante, especialmente si pasamos mucho tiempo sentados o usando dispositivos. Esta postura acorta los músculos del pecho y debilita la espalda. Para contrarrestar esto, practica mover los hombros hacia abajo y hacia atrás, abriendo el pecho. Los ejercicios de estiramiento, como un simple estiramiento del pecho contra el marco de una puerta, pueden ayudar a aflojar los músculos tensos. Concéntrate en fortalecer la parte superior de la espalda con ejercicios como remos para evitar que te encorves aún más.
Muchas personas, especialmente aquellas que sufren rigidez o debilidad, tienden a inclinarse hacia adelante al caminar. Esto puede tensar el cuello, la espalda y las caderas. Para corregirlo, intenta pararte erguido, con la cabeza alineada sobre los hombros y la mirada fija al frente.
Activa el centro del cuerpo y da pasos más cortos y deliberados. Si caminar durante períodos prolongados te causa incomodidad, tomar descansos regulares o usar bastones para caminar puede ayudarte a mantener una postura saludable sin esforzarte demasiado.
Los músculos abdominales débiles pueden contribuir a una mala postura al no brindar apoyo a la espalda. Con el tiempo, esto puede provocar dolor o lesiones, especialmente durante las actividades cotidianas. Fortalecer estos músculos con ejercicios como planchas o yoga suave puede ayudar. Ejercitar el área abdominal al sentarte y al estar de pie también ayuda a la columna vertebral. El simple hecho de ser consciente de cómo te comportas a diario marca una gran diferencia en cómo se siente tu espalda al final del día.
Sentarte o permanecer de pie en la misma posición durante períodos prolongados puede provocar rigidez y malestar. Establece recordatorios para cambiar de posición cada 30 minutos. Prueba hacer algunos estiramientos suaves o a caminar un poco, aunque sea solo para rellenar su vaso de agua. Esto mantiene la circulación sanguínea y puede marcar una gran diferencia en cómo se siente a lo largo del día.
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IEs fácil caer en el hábito de mirar hacia el suelo al caminar, especialmente porque el equilibrio y la visión cambian con la edad. Sin embargo, esto puede desalinear la columna y el cuello. Concéntrate en mantener la mirada hacia adelante y el mentón paralelo al suelo. Esto no solo ayuda a tu postura, sino que también mejora el equilibrio, lo que reduce el riesgo de tropiezos o caídas. Intenta caminar con la cabeza en alto y notarás una diferencia en cómo se sienten tu cuello y hombros.