En los últimos años, ha habido una tendencia creciente hacia las dietas basadas en plantas, impulsada por la creencia de que son más saludables tanto para las personas como para el planeta. Muchas personas han recurrido a estilos de vida vegetarianos o veganos, o simplemente han incorporado más sustitutos de la carne a sus comidas, con la esperanza de mejorar su salud.
Pero, ¿estos sustitutos de la carne de origen vegetal ofrecen realmente los mismos beneficios para la salud que una dieta rica en alimentos vegetales integrales? Un nuevo estudio realizado por investigadores en Singapur se propuso explorar esta misma cuestión.
Centrándose en personas con alto riesgo de diabetes tipo 2, el estudio comparó los efectos de una dieta que incluía carne con una que incluía sustitutos de la carne de origen vegetal durante un período de ocho semanas. Los sorprendentes hallazgos ofrecen nuevos conocimientos sobre la compleja relación entre la dieta y la salud, desafiando algunas suposiciones comunes sobre las alternativas a la carne de origen vegetal.
Un estudio realizado por investigadores en Singapur comparó los efectos de una dieta que incluye carne con una que contiene sustitutos de la carne de origen vegetal. El estudio involucró a 89 participantes con alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y duró ocho semanas. Los investigadores pretendían determinar si sustituir la carne por sustitutos de origen vegetal podría mejorar la salud del corazón y reducir el riesgo de enfermedades crónicas.
Los participantes en el estudio se dividieron en dos grupos distintos. Un grupo siguió una dieta que incluía carne, mientras que el otro grupo consumió sustitutos de la carne de origen vegetal. En el transcurso de ocho semanas, los investigadores monitorearon meticulosamente varios indicadores de salud para evaluar el impacto de estas elecciones dietéticas en la salud del corazón y el bienestar general.
Niveles de colesterol: a pesar de las expectativas, el estudio no encontró diferencias significativas en los niveles de colesterol entre los dos grupos. Este fue un hallazgo notable, ya que el colesterol es un marcador crítico del riesgo de enfermedad cardíaca. Ambas dietas, ya sea que incluyan carne o se basen en sustitutos de plantas, parecieron tener un efecto neutral sobre los niveles de colesterol de los participantes. Esto sugiere que los sustitutos de la carne de origen vegetal no necesariamente ofrecen un beneficio para reducir el colesterol en comparación con la carne tradicional.
Niveles de azúcar en sangre: ambos enfoques dietéticos mostraron una conexión con mejores niveles de azúcar en sangre entre los participantes. Esta mejora es particularmente significativa para las personas con alto riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, ya que mantener niveles estables de azúcar en sangre es crucial para prevenir la aparición de la enfermedad. Los resultados indican que incorporar sustitutos de la carne de origen vegetal a la dieta puede ser tan eficaz como una dieta que incluya carne para controlar los niveles de azúcar en sangre.
Presión arterial y otros indicadores: los investigadores también midieron otros marcadores de salud importantes, como la presión arterial. Curiosamente, si bien los hallazgos generales no mostraron una preferencia clara por una dieta sobre la otra, un pequeño subconjunto de participantes en el grupo que consumía carne exhibió niveles de azúcar en sangre y lecturas de presión arterial ligeramente mejores. Esta pequeña diferencia podría atribuirse a varios factores, incluido el mayor contenido de proteínas y la menor ingesta de carbohidratos en la dieta cárnica, que pueden influir positivamente en estos parámetros de salud.
Un pequeño subconjunto de participantes que consumieron carne mostró mejoras ligeramente mejores en los niveles de azúcar en sangre y la presión arterial. Estos resultados indican que los sustitutos de la carne de origen vegetal pueden no ofrecer los beneficios esperados para la salud, posiblemente debido a su naturaleza procesada en comparación con los vegetales enteros.
El análisis nutricional mostró claras diferencias entre las dos dietas. La dieta que incluía carne proporcionó a los participantes más proteínas, mientras que los sustitutos de origen vegetal ofrecieron mayores cantidades de sodio, potasio y calcio. Los investigadores plantearon la hipótesis de que los niveles estables de azúcar en sangre en el grupo que comía carne podrían atribuirse a una mayor ingesta de proteínas y una menor ingesta de carbohidratos. También sugirieron que el cuerpo podría tener dificultades para absorber proteínas de fuentes vegetales, lo que afecta los niveles de insulina y hormonas de manera diferente.
La dietista Kelsey Costa señaló que los resultados no son sorprendentes dada la naturaleza procesada de los sustitutos de la carne de origen vegetal. A pesar de ser de origen vegetal, estos sustitutos no pertenecen a la misma categoría nutricional que las plantas enteras. Costa enfatizó que los alimentos procesados, incluidos los sustitutos de la carne de origen vegetal con alto contenido de sodio y los aceites de semillas recalentados, podrían afectar negativamente la salud metabólica debido al estrés oxidativo y el alto contenido de sodio. Los consumidores deben tener cuidado al depender de los alimentos procesados para obtener proteínas, incluso si son de origen vegetal.
Hailey Bischoff, otra nutricionista, enfatizó la importancia de minimizar el consumo de alimentos procesados, sin importar si son de origen vegetal o cárnicos. Recomendó centrarse en alimentos integrales para obtener proteínas de fuentes tanto vegetales como animales. Una dieta saludable para el corazón debe incluir más fibra, ácidos grasos omega-3 y antioxidantes.
Bischoff destacó que no todas las dietas basadas en plantas son saludables y destacó la importancia de consumir alimentos mínimamente procesados. Elegir más opciones de origen vegetal puede ser beneficioso, pero es crucial priorizar los alimentos integrales que se someten a un procesamiento mínimo. Para adoptar una dieta más saludable y proteger la salud del corazón, es fundamental tener en cuenta la preparación de los alimentos y limitar la ingesta de alimentos procesados, ya sean cárnicos o sustitutos de origen vegetal.