La ansiedad, si bien es un sentimiento común, es una compañera desagradable. Si tuvieran la opción, la mayoría de la gente preferiría evitarla. Ya sea que tenga sus raíces en la genética, el trauma infantil o la química cerebral, la ansiedad es una condición difícil de tratar. Quienes sufren de ansiedad a menudo adoptan hábitos destructivos que les impiden controlar eficazmente los síntomas asociados a ella.
Sin darte cuenta, puedes estar empeorando tu ansiedad. El camino para curar la ansiedad para siempre requiere mantenerse alejado de los hábitos destructivos comunes y optimizar sus habilidades de afrontamiento. Sólo rompiendo estos hábitos poco saludables podrás empezar a sentirte mejor con respecto a tu ansiedad. A continuación presentamos algunos pensamientos, comportamientos y hábitos comunes que aumentan tu ansiedad.
Los psicólogos dicen que la evitación es el factor principal que alimenta la ansiedad. Cuando nos enfrentamos a personas o situaciones que causan ansiedad, el impulso de evitarlas puede parecer sensato. Sin embargo, muchas personas no se dan cuenta de que dichas conductas de evitación promueven e intensifican la ansiedad.
La terapia de exposición (TE), que implica dividir gradualmente las circunstancias que provocan ansiedad en preocupaciones más pequeñas bajo la supervisión de un terapeuta, puede resultar útil. El objetivo es afrontar cada situación, empezando por la que menos ansiedad provoca y permaneciendo en ella hasta que el miedo desaparezca.
Varios estudios han descubierto que un entorno de vida desordenado está relacionado con un mayor estrés, ansiedad, depresión y procrastinación. El entorno desordenado presenta señales no deseadas al cerebro, lo que provoca una irritación continua cuando se buscan objetos que se pierden con regularidad, como las llaves del coche. El desorden también promueve sentimientos de culpa, molestia y vergüenza.
Desvía tu atención de las posesiones y gastos materiales y, en su lugar, prioriza sumergirte en experiencias significativas y fomentar conexiones con los demás. Disfruta de la naturaleza y participa en conversaciones sinceras con tus seres queridos. Estos momentos invaluables son gratuitos, no agregan desorden físico y tienen la capacidad de reducir la ansiedad mientras mejoran tu calidad de vida.
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El hábito de buscar continuamente comentarios de las personas o confiar en búsquedas de salud en Internet puede aumentar la sensación de ansiedad. Estos comportamientos se denominan búsqueda de tranquilidad. Los terapeutas explican que, si bien la seguridad en uno mismo proporciona una solución momentánea a las preocupaciones mentales, también inicia un ciclo de retroalimentación negativa a largo plazo que requiere tranquilidad continua para lograr una sensación de normalidad.
En pocas palabras, confiar en la tranquilidad proporciona un alivio temporal, pero hace poco para abordar las causas subyacentes de la ansiedad persistente. Se debe evitar la búsqueda excesiva de tranquilidad porque tiende a aumentar la ansiedad con el tiempo.
No se puede subestimar el papel del ejercicio en el manejo de la ansiedad, y el aumento de las tasas de ansiedad en las últimas décadas está estrechamente relacionado con la falta de actividad física. Cada vez más, las personas llevan estilos de vida sedentarios, y con ese exceso y energía desviada viene un aumento del estrés.
La dificultad radica en el hecho de que la ansiedad a menudo conduce a una tendencia a la inactividad. Sin embargo, es imperativo encontrar una solución, ya que la falta de ejercicio no sólo intensifica la ansiedad sino que también compromete significativamente la capacidad de afrontar la situación.
¿Alguna vez te ha preocupado que tu ansiedad te haga desmayarte sin nadie cerca que te ayude? ¿Y alguna vez has pensado que si no te recuperas rápidamente de este procedimiento, nunca mejorarás? Los psicólogos dicen que este tipo de pensamiento se conoce como catastrófico, en el que las personas se fijan en las peores situaciones y honestamente sienten que son las más probables que ocurran. No sorprende que el catastrofismo aumente la ansiedad.
Según la terapia cognitivo-conductual, la ansiedad suele ser causada por sobreestimar la importancia de un problema y subestimar nuestra capacidad para afrontarlo.
Para contrarrestar eficazmente los pensamientos del peor de los casos, es útil introducir una perspectiva positiva preguntando: "¿Qué pasa si todo va bien?". La ansiedad tiende a centrarse en lo negativo, descuidando a menudo la posibilidad de un resultado positivo.
Además, puede resultar beneficioso investigar estrategias eficaces para afrontar situaciones desagradables. Te sugerimos hacerte la siguiente pregunta: "Si ocurriera el peor de los casos, ¿qué fortalezas tienes para afrontar lo que podrías subestimar en ese momento?" Esencialmente, si te desmayaras, ¿no habría nadie para ayudarte? ¿Podrías informar a tus seres queridos sobre esta posibilidad para que estén preparados para intervenir?
Buscar constantemente la aprobación de los demás puede generar ansiedad. Cuando priorizas constantemente las necesidades y opiniones de los demás sobre las tuyas, genera malestar y fomenta la ansiedad en tu interior. Además, promueve una sensación de abandono del propio bienestar, lo que empeora la ansiedad.
Muchas personas están condicionadas a priorizar a los demás, lo que dificulta liberarse de este patrón de comportamiento. El hábito crea un ciclo de autodescuido al anteponer constantemente los deseos y necesidades de los demás a los suyos propios, lo que a menudo resulta en límites débiles. Además, relacionar su autoestima con los demás y sus acciones hacia ellos contribuye de manera importante a la ansiedad.
Los psicólogos explican que sentirte inadecuado o anticipar resultados desfavorables genera ansiedad más allá de la mera negatividad. Muchas personas desconocen cómo se hablan a sí mismas durante sus actividades diarias. Muchos de nosotros tenemos una tendencia a hablarnos internamente de manera negativa, lo que a menudo excede las palabras afectuosas que usamos cuando conversamos con amigos o familiares.
Los expertos dicen que las personas deberían examinar deliberadamente su diálogo interno, enfatizando que el primer paso es tomar conciencia de estos patrones en lugar de cambiarlos de inmediato.
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Simplemente ignorar los errores inducidos por la ansiedad no curará milagrosamente tu ansiedad. Sin embargo, continuar con estos hábitos nocivos dificulta significativamente el proceso de rehabilitación de la ansiedad. Incluso las terapias más exitosas del mundo no pueden alcanzar su máximo potencial si no se duerme lo suficiente, se evita el ejercicio y se muestra falta de dedicación para superar la ansiedad. Liberarte de estos hábitos te permite realizar cambios importantes en tu vida.
Fuentes: Northwestern Medicine, HelpGuide, Yale School of Medicine, Change Counseling