El uso del humor puede servir como una herramienta útil para aligerar el ánimo y desviar consejos no solicitados sin ofender a nadie. Un comentario divertido en el momento adecuado puede cambiar la conversación y aliviar el estrés.
Si alguien te ofrece consejos dietéticos no solicitados, puedes reaccionar con una sonrisa y decir: "¡Estoy siguiendo una dieta de veo comida y me la como!". Si bien mantienes una actitud cordial y amistosa, usar el humor puede indicar que no te estás tomando el consejo demasiado en serio.
Hazles saber que está examinando diferentes posibilidades. También puede ser cortés en tu respuesta dando la impresión de que considerarás su punto de vista al seleccionar tus opciones. Menciona que actualmente estás explorando varias opciones. Al hacerlo, comunica tu voluntad de considerar varias sugerencias sin comprometerte con una elección final. Esta estrategia resulta particularmente útil cuando un consejo no solicitado coincide con una solicitud de una decisión inmediata.
Puedes decir algo como “No había considerado eso o déjame pensar en esto un poco más”. Luego tómate todo el tiempo que necesites mientras decides si realmente necesitas darle a esta persona en particular una respuesta específica.
Los consejos no deseados a menudo provienen de un lugar de buena voluntad, incluso si no se alinean con sus propias decisiones. En estas situaciones, un agradecimiento cortés le permite mantener sus planes originales sin revelar su decisión de no seguir sus consejos.
Los consejos no deseados pueden ser implacables o invasivos en algunos casos. Al tratar con personas que constantemente te dan consejos que no quieres escuchar, es necesario establecer límites corteses pero firmes.
Está bien decir: "Aprecio tu preocupación y tus consejos, pero ya tomé una decisión sobre este asunto". o "Valoro tu opinión, pero preferiría no hablar más de este tema". Establecer límites garantiza que se respeten tus juicios y autonomía, y puede ayudar a evitar consejos no deseados en el futuro.
Muchas personas ofrecen consejos innecesarios para imponer sus propios puntos de vista sobre lo que es correcto o más eficiente, sin reconocer a menudo lo que es realmente apropiado para los directamente afectados.
Este comportamiento es una característica definitoria de las personas críticas: ofrecen consejos no solicitados sobre cómo se pueden hacer las cosas de manera diferente, insisten en que su manera es superior e instan a otros a seguir su ejemplo.
En tales casos, es apropiado afirmar que has manejado el asunto de una manera coherente con tus valores. Si deseas ser más cordial, expresar gratitud por su opinión y expresar tu apertura para explorar su método en circunstancias similares puede ser una respuesta reflexiva.
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