Muchos todavía cometen el error de pensar que la dislexia es una discapacidad de aprendizaje que resulta de una baja inteligencia, pero nada más lejos de la realidad. De hecho, las personas con dislexia suelen tener una excelente orientación espacial, la capacidad de pensar fuera de la caja y una alta inteligencia emocional, pero este es un problema que debe abordarse en los niños, entre otras cosas porque puede tener un efecto negativo en los logros académicos y el sentimiento del niño hacia sí mismo.
Por lo tanto, todos los padres debemos conocer este tema más allá del nivel superficial, y también aprender a identificar la dislexia en nuestros hijos y qué debemos hacer para ayudarlos a tener éxito en la escuela y en la vida a pesar de la dificultad que plantea la discapacidad.
Los 4 tipos principales de dislexia
La dislexia es una dificultad de aprendizaje que tiene diferentes matices, y los niños que la padecen pueden tener dificultades en la comprensión lectora, ortografía, escritura, etc. Se estima que un 5-10% de la población sufre dislexia de un tipo u otro, con algunos incluso afirman que hasta un 17% de la población sufre esta dificultad de aprendizaje. No existe una división oficial sobre la que la comunidad investigadora haya llegado a un acuerdo absoluto, pero la siguiente división es la más aceptada hoy en día y se basa en los síntomas de la discapacidad y sus posibles explicaciones:
1. Dislexia fonológica
Este tipo de dislexia aparece en una etapa muy temprana, incluso cuando el niño es pequeño, y se manifiesta en dificultades con el habla, la formulación verbal y un vocabulario limitado. A una edad más avanzada, esto ya se manifiesta en la dificultad para descifrar los sonidos y utilizar las habilidades de lectura y ortografía ya adquiridas, o también en las dificultades para la ortografía en general o para crear formulaciones engorrosas.
El problema aquí es la ineficiencia de los procesos de procesamiento fonológico en el cerebro cuando hay dificultad para reconocer los sonidos que se reproducen rápidamente uno tras otro, lo que dificulta la comprensión del lenguaje hablado. Es posible que no veas la dificultad en una conversación uno a uno, pero la verás cuando el niño intente tener una conversación en un ambiente ruidoso.
2. Dislexia léxica
Este tipo se manifiesta en la dificultad de convertir una nueva palabra escrita en una palabra comprensible y dificultad para recordar la ortografía, que a menudo también se expresa en la disgrafía. El problema aquí está en los procesos léxicos, que requieren que el lector reconozca la palabra en su totalidad sin intentar pronunciar cada letra por separado, basándose en la familiaridad con la palabra. Esta desventaja se hace aún más evidente cuando el niño se encuentra con palabras que conoce pero no comprende el contexto en el que fueron escritas, por lo que tendrá dificultades para reconocerlas.
3. Dislexia visual
Esta dislexia tiene sus raíces en la idea de que leer un texto es un proceso que se basa en la exploración visual: mirar las palabras y movimientos cortos de los ojos a la siguiente línea. A una edad temprana, esto se manifestará, entre otras cosas, en la dificultad para distinguir las letras y el fondo detrás de ellas, dificultades para enfocar la mirada en un punto específico y recordar la apariencia general de las palabras, enfocándose en cada letra al leer una palabra nueva y confusión entre letras similares que tienen solo una diferencia visual direccional (como las letras b y d en español).
Leer requiere mucho esfuerzo, y el lector puede incluso sufrir una migraña en la parte posterior del cerebro debido a ese esfuerzo, debido a la expansión de los vasos sanguíneos alrededor del lóbulo óptico.
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4. Dislexia combinada
Es la dislexia que combina dos o más de los otros tipos, con los diferentes tipos de dislexia influyéndose entre sí y dependiendo unos de otros. La razón por la cual la clasificación de la dislexia en 4 tipos no es aceptada por todos los investigadores es que la existencia independiente de la dislexia visual no está clara y algunos especulan que cada persona que sufre de dislexia visual también sufre de dislexia fonológica.
Explican esto con dificultad en el procesamiento rápido de datos, lo que conduce a una comprensión superficial de las partes del discurso y las sílabas, y esto también puede manifestarse en los procesos de procesamiento de información visual o incluso motora. El refuerzo que se le da a esta explicación es la dificultad para estimar el tiempo que padecen muchos de los que se ocupan de la dislexia.
Cómo identificar la dislexia en los niños
Esta discapacidad es congénita y su origen es neurológico, pero también puede surgir por daño cerebral (accidente, ictus, etc.). Puede pasar a través de los genes, como resultado de un parto prematuro, bajo peso al nacer, infecciones durante el embarazo que dañaron el desarrollo cerebral del feto o exposición del feto a sustancias como la nicotina, el alcohol y las drogas.
Este problema empeora con el tiempo, pero la detección temprana puede ayudar a los niños a desarrollar diferentes métodos de aprendizaje e incluso mejorar su condición. Los síntomas los puedes ver desde la edad preescolar, y aunque no reconociste la discapacidad a tiempo, tiene signos adicionales en las etapas de edad escolar y secundaria:
Signos de dislexia en el jardín de niños:
- Retraso en el desarrollo del habla.
- Dificultad para recordar letras y colores.
- Usar palabras que no son correctas, invertir sonidos o confundir palabras de sonido similar.
Signos de dislexia en la edad escolar y secundaria:
- Dificultades del habla: el niño puede leer más lentamente que el resto de su clase.
- Dificultades para procesar información y recordar.
- Escritura lenta.
- Dificultad para pronunciar palabras nuevas o procesar palabras con sonidos similares.
- Evitar tareas que requieran lectura.
Signos de dislexia en el bachillerato y la edad adulta:
- Ejecución lenta de los procesos de elaboración y síntesis de material de lectura o escrito.
- Dificultades ortográficas y aprendizaje de nuevas palabras.
- Pronunciación incorrecta de palabras.
- Dificultad para recordar el texto.
- Dificultad para hacer ejercicios de matemáticas.
- Dificultad para leer en voz alta.
- Dificultad para contar una historia.
- La escritura a mano no es clara, legible u organizada.
- Notas escolares bajas.
¿Cómo ayudar a un niño que sufre de dislexia?
Lo primero y más importante es identificar el problema a tiempo, y ya ha recibido las herramientas para ayudarlo con esto, pero si sospechas que tu hijo sufre dicho problema de aprendizaje, se recomienda buscar un diagnóstico profesional. Si efectivamente hay un problema, deberás informar al personal educativo para que puedan crear un plan de estudios para él que se adapte a él y sus habilidades.
Pero todo esto puede no ser suficiente, y más allá de eso, también hay cosas que puedes hacer en casa y en la vida cotidiana que ayudarán a fortalecer la confianza de tu hijo en sí mismo y le mostrarán cómo luchar contra las dificultades que enfrenta. No es fácil, y debes mantener una rutina regular de hacer las tareas escolares en casa y encontrar herramientas que ayuden a tu hijo para que pueda prepararlo para el éxito, pero no olvides que también tendrás que mostrar mucho amor, apoyo y paciencia.
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1. Formación lectora
Cada niño es diferente, y todos tienen diferentes formas de aprender. No existe una receta perfecta, pero siempre requiere mucho entrenamiento, rutina regular y apoyo. Es por eso que debe sentarte con su hijo y leer junto con él, ¡mucho! Hay muchas maneras de hacer esto, y tendrás que encontrar las que se adapten a tu hijo según sus fortalezas y debilidades:
- Cada niño es diferente, y todos tienen diferentes formas de aprender. No existe una receta perfecta, pero siempre requiere mucho entrenamiento, rutina regular y apoyo. Es por eso que debe sentarte con su hijo y leer junto con él, ¡mucho! Hay muchas maneras de hacer esto, y tendrás que encontrar las que se adapten a tu hijo según sus fortalezas y debilidades:
- Leerle a un niño o escuchar la lectura de libros mientras él también lee un libro, para que el niño lea junto con el narrador.
- Leer solo - en silencio y en voz alta. Incluso se recomienda que te sientes junto a tu hijo mientras haces esto y leas tu propio libro, o que leas libros así durante el día, para ser un modelo a seguir para él.
- Releyendo libros que tu hijo ha leído en el pasado, junto contigo. Puede que te aburra un poco después de un tiempo, pero es esencial para el niño.
- Leer en voz alta y tomar turnos, a veces tú ya veces tu hijo.
- Mientras lees puedes detenerte y hacer preguntas sobre la historia, por ejemplo: "¿Qué crees que hará el héroe ahora?"
- Incorpora a su rutina también historias gráficas, historietas y en general historias que emocionen e interesen a tu hijo.
2. Herramientas para hacer tareas escolares
No tengas miedo de permitir que tu hijo integre la tecnología que existe hoy en día en sus procesos de aprendizaje: estas son herramientas avanzadas que se vuelven cada vez más útiles a medida que el niño crece y aprende a usarlas para su beneficio con la ayuda de las aplicaciones y las opciones que ofrecen. Tablet, teléfono inteligente o computadora, todas las opciones son buenas, cuando tu hijo puede usar, entre otras cosas:
- Diccionarios en línea.
- Corrector ortográfico en software de procesamiento de texto (Word, Google Docs).
- Software que lee texto escrito en voz alta.
- Software que convierte el habla en texto - muchos niños que sufren de dislexia tienen una habilidad mucho mejor cuando se expresan en el habla.
Todo esto y más ayudará a tu hijo a hacer las tareas escolares y aprender a superar las dificultades que enfrenta.
3. Apoyo emocional durante todo el proceso
Como muchos otros desafíos de la crianza, aquí también tendrás que ser firme, pero paciente y positivo. No olvide permitir que tu hijo participe en otras actividades que no estén relacionadas con la lectura y los estudios, ya que el entrenamiento mental lo desgastará con el tiempo. Además, no querrás que tu hijo sienta que su dislexia es lo que lo define y que es inteligente y talentoso en muchos sentidos. Aquí hay algunos consejos adicionales para tener en cuenta:
- Celebra los pequeños éxitos. Por ejemplo, si terminó de leer un libro relativamente largo o después de que el niño pasó una prueba para la que se había estado preparando durante mucho tiempo.
- No esperes la perfecciónmuchas veces la lectura que es "suficientemente buena" es un gran éxito para un niño que lucha con ese problema.
- Ayuda a tu hijo a comprender qué es la dislexia. Debe entender que no es su culpa y que tú puedes ayudarle a lidiar con eso, sentirse que no están solos.
- Permite que tu hijo participe en actividades que le gustan junto con la capacitación y las tareas escolares.
- Elogia los talentos y habilidades de tu hijo; no permitas que la lucha por el aprendizaje sea el enfoque principal.
- Recuérdale a tu hijo que muchas personas exitosas sufrieron de dislexia, incluidos Albert Einstein, Leonardo da Vinci, Pablo Picasso, Thomas Edison, Walt Disney y Steve Jobs.
- Puedes mostrarle a tu hijo que tú también cometes errores o luchas con diferentes cosas en tu vida, pero no permitas que eso lo detenga.
Lo más importante: recuérdale a tu hijo que lo amas a menudo. El proceso será un reto difícil tanto para él como para ti, pero debes mantener una actitud positiva y no contagiar al niño de una actitud negativa.