La Unión Soviética fue uno de los dos principales países que realizaron experimentos nucleares, el segundo fue Estados Unidos. Estos experimentos se llevaron a cabo en dos sitios principales: el sitio de pruebas de Semipalatinsk, en el actual Kazajistán, y el sitio de Novaya Zemlya, en Rusia.
Los informes de datos oficiales mencionan un total de 715 pruebas y 13 fracasos de pruebas con 969 dispositivos que se realizaron en la URSS entre 1949 y 1991.
Arriba puede verse el mapa del emplazamiento de Semipalatinsk, el primer emplazamiento nuclear de la URSS situado en la estepa kazaja que aceptó 456 pruebas. Tras la independencia de Kazajstán en 1991, el emplazamiento se transformó en un lugar de observación científica que explora los efectos medioambientales a largo plazo de la exposición nuclear.
En el recinto de Novaya Zemlya, situado en el Ártico (véase la imagen inferior), se realizaron 224 pruebas, sólo la mitad que en Semipalatinsk. Sin embargo, el lugar aceptó la mayor arma termonuclear del mundo en 1961, la Tsar Bomba que tenía un rendimiento de 50 megatones. A modo de comparación, el Fat Man lanzado sobre Hiroshima era más de 2.000 veces menos potente que la Tsar Bomba.
Los Estados Unidos
Al igual que Francia, el Reino Unido llevó a cabo sus pruebas nucleares fuera de sus fronteras, con un total de 24 pruebas realizadas en el Sitio de Pruebas de Nevada en colaboración con Estados Unidos, y otras 21 llevadas a cabo de forma independiente en Australia. El Reino Unido fue el tercer país en desarrollar armas nucleares después de Estados Unidos y la URSS.
Las pruebas australianas se llevaron a cabo en lugares remotos como Maralinga en el sur de Australia, Kiritimati en el Pacífico y otros entre los años 1952 y 1957.
India y Pakistán
Desde la década de 1990, la mayoría de los países se han abstenido de realizar pruebas nucleares. Una excepción es Corea del Norte: realizó la primera prueba nuclear en 2006, a la que siguieron 5 pruebas posteriores, todas subterráneas, en el Sitio de Pruebas Nucleares de Punggye-ri. La última y a la vez mayor prueba se realizó en 2017.
Los efectos medioambientales y sanitarios de todas estas pruebas nucleares han afectado negativamente a las zonas adyacentes y a la población local. Todavía no entendemos cómo estas explosiones afectarán a la Tierra y a los seres humanos a largo plazo, pero los picos de problemas de salud, las muertes repentinas y los daños ambientales devastadores ya son evidentes alrededor de todos estos sitios de prueba.
Si quieres ver un enfoque diferente para visualizar la línea de tiempo de las explosiones nucleares, haz clic en el botón de reproducción del siguiente vídeo.