Las almohadas desempeñan un papel importante en nuestro sueño. La almohada no se limita a elevar la cabeza, sino que debe sostener el cuello y la parte superior de la espalda mientras se duerme, aliviando la presión del cuerpo. Dormir con la almohada adecuada puede ayudarte a tener un sueño reparador y a sentirte renovado.
Al mismo tiempo, una mala almohada puede causar muchos problemas de salud. Según Spine Health, las almohadas son útiles para "aliviar o prevenir muchas formas comunes de dolor de espalda y cuello, así como de hombro, cadera y otras formas de dolor articular".
A continuación, compartimos algunos consejos útiles para ayudarte a elegir la almohada adecuada en función de tus hábitos de sueño y necesidades personales.
1. Encuentra una almohada acorde con tu posición para dormir
Antes de comprar una nueva almohada, es importante que tengas en cuenta tu posición para dormir, ya que las distintas posturas requieren diferentes niveles de apoyo. Puedes dormir de lado, boca abajo o incluso de espaldas.
Si duermes boca abajo: Los expertos dicen que los que duermen boca abajo deben elegir almohadas finas y casi planas. Puede que no sea necesario utilizar una almohada para la cabeza, pero tener una metida debajo del estómago le ayudará a evitar el dolor lumbar.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que dormir boca abajo no es lo ideal, ya que supone un gran esfuerzo para la zona lumbar. La Fundación Nacional del Sueño sugiere dormir de lado.
Si duermes de lado: Los que duermen de lado deben elegir almohadas más firmes y gruesas para ayudar a sostener el cuello. La almohada más firme ayudará a rellenar la distancia entre la oreja y la parte exterior del hombro, añadiendo un apoyo muy necesario para la cabeza y el cuello.
Incluso puedes probar a añadir una almohada entre las rodillas para mejorar la alineación de la columna vertebral.
Si duermes de espaldas: Las personas que duermen de espaldas están mejor con almohadas más finas. Las almohadas demasiado gruesas empujan la cabeza demasiado hacia delante. Si la almohada es demasiado blanda, la cabeza puede hundirse en el colchón. Una almohada de grosor medio, con un extra de altura en el tercio inferior, permitirá que tu cabeza descanse en una alineación normal.
La almohada de espuma viscoelástica puede ser una buena opción para los que duermen de espaldas, ya que se amolda a la forma del cuello y la cabeza. Si elige una almohada de espuma viscoelástica, busque una con gel refrigerante. El gel absorberá el calor de la nuca y la cabeza y lo dispersará por la almohada.
Muchos expertos en sueño recomiendan las almohadas de plumas o de plumón para un buen descanso nocturno. Las almohadas de plumas suelen estar rellenas de plumas de ala y espalda de gansos o patos. Las almohadas de plumón, en cambio, contienen fibra extraída de la parte inferior de un pato o ganso. Las almohadas de plumón son suaves y permiten mover el relleno para obtener el máximo apoyo. Además, son suaves pero lo suficientemente firmes como para darte el apoyo que necesitas. Con los cuidados adecuados, las almohadas de plumón duran mucho tiempo.
Los expertos sugieren una combinación de 50% de plumas y 50% de plumón para obtener los mejores resultados.
Aunque las almohadas de plumón son muy duraderas, algunas personas son alérgicas a las plumas. En ese caso, opta por almohadas de algodón o lana, que son hipoalergénicas y resisten el moho y los ácaros. Ambas almohadas son también bastante firmes. Así que, si no te sientes cómodo durmiendo sobre tu almohada blanda, estas almohadas de algodón o lana serán ideales para ti.
4. Las almohadas de látex también son una buena opción
Las almohadas de latex son firmes y resistentes al moho y a los ácaros del polvo, lo que las convierte en una buena opción para los alérgicos. Estas almohadas son elásticas y resistentes, ya que están hechas de la savia de los árboles de caucho. Otra ventaja de estas almohadas es que están disponibles en varias formas, tamaños y consistencias.
Las almohadas de látex se amoldan a las formas del cuello y la cabeza, pero no de forma rígida como la mayoría de las almohadas de espuma viscoelástica. También son más suaves que las almohadas de espuma con memoria y más frescas porque la espuma de látex generalmente tiene menos retención de calor.
5. Señales de que ha llegado el momento de sustituir la almohada
La vida de la mayoría de las almohadas es de 18 a 24 meses, dice la Fundación del Sueño. Cambiar la almohada cada dos años garantizará que esté limpia y libre de alérgenos, moho, células muertas de la piel y ácaros del polvo.
* Si notas bultos en tu almohada, no los ignores. Tanto si tienes una almohada de espuma como una tradicional, una almohada con bultos no te proporcionará el apoyo que necesitas y es probable que te resulte incómoda.
* Cuando tu almohada se vuelve tan plana que se puede doblar en dos, no es una buena señal. Una almohada debería volver a su forma original cuando la doblas, pero si se queda doblada por sí sola, es un claro indicio de que la almohada necesita ser cambiada.
* ¿Te despiertas con frecuencia estornudando? Eso puede deberse a una almohada cargada de ácaros. No deberías seguir usando una almohada así.
* Si tu almohada ha desarrollado un olor notable, es probable que se deba a la acumulación de piel, pelo y grasa corporal. Si ese olor persiste después de un lavado, es hora de buscar un reemplazo.
* ¿Acostumbras a ajustar tu almohada en mitad de la noche para intentar ponerte cómodo? Puede significar que tu almohada no te está dando el apoyo que necesitas.
Comparte este post con tus amigos y familiares...