Todos sabemos lo desalentador que puede ser tener que hablar con alguien que no nos está escuchando, puede hacer que nos sintamos irrespetados y frustrados. Ser un oyente activo puede ser el elemento más importante para tener una buena conversación, ya que no escuchar puede provocar interrupciones y otros errores más adelante. Entonces, ¿qué son las buenas habilidades para escuchar?
Trata de escuchar por curiosidad más que por generosidad. A menudo, escuchamos a otra persona "para ser educado". Puede que esto no sea intencional, pero puedes dañar la calidad de la conversación. Deja tu propia agenda a un lado y realmente crea que podría aprender algo nuevo de la otra persona. Esta mentalidad te ayudará a abrir los oídos y a escuchar de verdad. Si necesitas recordarte conscientemente que debes hacerlo primero, está bien.
El lenguaje corporal también es importante: haz contacto visual con el hablante, inclina tu cuerpo hacia él y no cruces los brazos. Por supuesto, su comportamiento debe ajustarse al peso del tema: si tu amigo le cuenta sobre un video gracioso de un gato, no es necesario que tenga el mismo nivel de participación que cuando le habla de un doloroso recuerdo de la infancia. La idea es parecer interesado y no como una caricatura de un terapeuta demasiado intencionado.
2. Interrumpir
Es tentador interrumpir a alguien cuando estás ansioso por transmitir tu punto de vista, pero es un hábito que debes evitar. Estar demasiado obsesionado con tu respuesta puede hacer que dejes de escuchar a alguien antes de que termine de hablar. Realmente asimilar lo que dijo la otra persona y tomarse unos segundos para procesar lo salvaje lo convierte en un mejor compañero de conversación. Eso también puede requerir un poco de perforación consciente al principio, pero eventualmente se convertirá en una segunda naturaleza.
3. Hacer preguntas personales demasiado pronto
Parte de conocer a alguien es aprender detalles sobre él, pero siempre debes respetar sus límites sobre lo que se siente cómodo compartiendo. "Las personas suelen estar felices de hablar de sí mismas y responderán a quienes estén interesados en ellas", dice la experta en comunicación Constance Dunn. "Sin embargo, no permitas que tus consultas se conviertan en una parrillada, especialmente si tus compañeros de mesa son desconocidos". Como regla general, las preguntas personales son las relacionadas con la edad, los ingresos, el empleo y la vida romántica de una persona. Si la otra persona menciona alguno de estos temas, está bien, pero siempre debes esperar hasta que lo menciones y le indiques que está feliz de hablar al respecto.
4. Multitarea
Puedes crees que puede dividir su atención de manera efectiva entre escuchar a tu amigo contar una historia y desplazarse por tus correos electrónicos. Los estudios, sin embargo, muestran hallazgos diferentes. "El cerebro humano no puede concentrarse en más de una tarea, y la investigación es bastante clara sobre nuestros intentos de realizar múltiples tareas", aseguran los estudios.
Sin mencionar que hará que la persona con la que está hablando se sienta significativamente más cómoda.
5. Dar consejos no solicitados
Incluso si sientes que tienes las mejores intenciones, insertar repetidamente tus opiniones e ideas cuando no se le ha pedido directamente puede parecer irrespetuoso y presuntivo. Los consejos no solicitados a menudo se sienten críticos en lugar de útiles, e incluso pueden evitar que una persona descubra qué es lo correcto para ellos, para resolver sus propios problemas.
Por supuesto, dar un consejo está perfectamente bien cuando alguien te pide directamente tu opinión. Sin embargo, a menudo, cuando los seres queridos o compañeros de trabajo comparten problemas, no necesariamente buscan soluciones, sino que quieren expresar cómo se sienten y recibir apoyo emocional.
6. Ser gracioso a expensas de los demás
Se cree que el acoso está reservado para el patio de la escuela, pero es más común en los círculos de adultos de lo que parece. La agresión se puede expresar de maneras sutiles durante la conversación, y es posible que ni siquiera seas consciente de afirmarla.
A veces hay espacio para las bromas amistosas, pero ten cuidado de no cruzar la línea y aprovecharte de lo que otros dicen para parecer gracioso. Si necesitas menospreciar a alguien por eso, este momento de gloria probablemente no valga la pena.
7. Tratando de forzar una dinámica
Hablando de ser gracioso, es importante no seguir presionando por una determinada dinámica en la conversación, por ejemplo, divertida y burlona o profunda y seria, si notas que la otra persona no es receptiva. Está bien intentar ver si puedes llevar la conversación en una dirección diferente o poner en marcha una nueva dinámica, pero no te dejes atrapar hasta el punto de no estar atento a tu pareja. Si no va a ninguna parte, déjelo.
8. Fingir saber algo que no sabes
Compartir un interés o una experiencia mutuos es una buena manera de conectarse, pero si ese interés no es real, no intente fingirlo, ni finja que está entusiasmado o informado acerca de algo cuando no es la verdad. “A menudo damos nuestras opiniones sobre temas complicados como problemas médicos y cuidado de mascotas y cuidado de niños, sin saber realmente de qué estamos hablando. Si no lo sabes, di que no lo sabes ", dijo Headlee.
Admitirlo te haría ver mucho mejor que estar expuesto diciendo algo incorrecto. Si se encuentra discutiendo algo fuera de su interés, sea auténtico y trate de cambiar el enfoque de la conversación hacia un verdadero interés compartido.
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