El color azul generalmente tiene asociaciones positivas y relajantes: cielos despejados, el mar, luz natural. Pero en los últimos años ha habido una entrada de luz azul proveniente de una fuente diferente, a la que todos estamos expuestos en diversos grados: los LED azules emitidos desde nuestros teléfonos, computadoras, tabletas y pantallas de TV. Es posible que hayas escuchado sobre los impactos negativos que el tiempo de exposición a la luz azul de nuestras pantallas tiene en el sueño y la fatiga (la falta de sueño en sí misma puede contribuir a la causa de otros problemas de salud como la obesidad, la diabetes, etc.).
Pero, ¿qué hay en esos lúmenes que podrían afectar nuestros cuerpos de esa manera? Principalmente tiene que ver con el reloj biológico del cuerpo o los ritmos circadianos. Existen diferentes teorías sobre cuán dañina es realmente la luz azul, y puede ser confusa. Este artículo desglosará qué es la luz azul, qué tipo de exposición es peor que otras, los efectos que tiene sobre el sueño y cómo cambiar sus hábitos para mejor.
La luz solar natural contiene una gama de rayos de luz roja, naranja, amarilla, verde y azul. Cada uno de estos colores tiene muchos tonos, dependiendo de la energía y la longitud de onda de los rayos individuales. Combinado, este espectro de rayos de luz de colores crea lo que llamamos "luz blanca" o luz solar. Sin entrar en la física compleja, existe una relación inversa entre la longitud de onda de los rayos de luz y la cantidad de energía que contienen. Los rayos de luz que tienen longitudes de onda relativamente largas contienen menos energía, y aquellos con longitudes de onda cortas tienen más energía. Los rayos en el espectro azul tienen longitudes de onda más cortas y, por lo tanto, más energía.
Por esa razón, los rayos de luz azul se consideran beneficiosos durante el día, porque aumentan la atención, el estado de ánimo y los tiempos de reacción. Es importante comprender que la luz azul en sí misma no es el problema, ya que está en todas partes y la fuente principal es la luz solar. Mirar la pantalla de una computadora es "trivial en comparación con mí caminando afuera y mirando al cielo, no al sol, solo al cielo", explica el Dr. John O'Hagan, del Centro de Salud Pública de Inglaterra para peligros de radiación, químicos y ambientales. Si la luz azul fuera perjudicial para nosotros, seríamos conscientes de ella mucho antes de que las pantallas dominaran nuestras vidas. Según expertos como O’Hagan, la causa de preocupación no es la luz en sí misma, sino el hecho de que gobierna nuestros ritmos circadianos, los ciclos naturales de sueño-vigilia que se repiten aproximadamente cada 24 horas.
Ya no nos acostamos con la puesta del sol, como solían hacerlo nuestros antepasados cazadores-recolectores. Revisamos las redes sociales y nuestro saldo bancario, lidiamos con el trabajo usando computadoras portátiles y computadoras, sin mencionar que vemos la televisión mucho después de que se haya puesto el sol. Estamos expuestos a cantidades significativas de luz azul que impiden el sueño y alteran los ritmos circadianos.
Gran parte de la investigación sobre la exposición nocturna a la luz es preliminar, pero un estudio reciente realizado en Harvard describió las conexiones a veces indirectas entre la exposición a la luz y los niveles de energía más bajos, la salud mental e incluso un mayor riesgo de cáncer: el efecto de la luz azul en la secreción de melatonina, una hormona con influencia significativa sobre el ritmo circadiano natural. Para probar esta teoría, los investigadores de Harvard compararon el efecto de 6.5 horas de exposición a la luz azul con la luz verde de igual brillo. Al probar los niveles de melatonina de los participantes, se descubrió que la luz azul suprimía la melatonina aproximadamente el doble que la luz verde y cambiaba los ritmos circadianos el doble: 3 horas frente a 1,5 horas.
Otro estudio, realizado en la Universidad de Toronto, comparó los niveles de melatonina de las personas expuestas a la luz interior brillante que usaban gafas de bloqueo de luz azul con las personas expuestas a la luz tenue regular sin usar gafas. Los niveles hormonales fueron casi iguales en los dos grupos, lo que indica que la luz azul es un potente supresor de la melatonina.
Cuando nuestro cuerpo no produce niveles suficientes de melatonina, estamos expuestos a todos los riesgos para la salud de la privación del sueño: sistema inmunitario debilitado, problemas para concentrarse, presión arterial alta, riesgo de enfermedad cardíaca y más.
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Aquí hay algunas medidas que puede tomar para minimizar su exposición a la luz azul para mejorar su rutina de sueño.