1. Definir el problema
Es importante que encuentres la causa real de un problema y lo definas, en lugar de simplemente observar los síntomas.
• Un ejemplo de esto es una habitación constantemente desordenada.
• Sé claro cuando intentes definir el problema. Puedes lograr esto siendo tan honesto contigo mismo como sea posible.
• ¿El problema es real o creado? ¿Es algo que necesitas resolver o es algo que quieres? Pon las cosas en perspectiva para navegar a través del proceso de resolución de problemas.
2. Toma decisiones importantes primero
Tomar decisiones puede ayudarte a avanzar en lo que respecta a la resolución, así que reconoce las que necesitas hacer y hazlas.
• Si tienes varios problemas, decide qué problema debes abordar primero y trata de resolver uno a la vez.
• No dudes de las decisiones que tomas. Solo tienes que hacerlas y seguir adelante en lugar de preguntarte qué habría sucedido si hubieras tomado una decisión de otra manera.
3. Simplifica el problema
Siempre trata de dividir un problema complejo en partes más pequeñas, y trata estas partes individualmente. Esto siempre te ayudará a dar sentido al problema general y, por lo tanto, a encontrar una solución adecuada.
• Si necesitas hacer muchas tareas para aprobar un examen, por ejemplo concéntrate en el número total y luego acércalas una a una.
• También puedes intentar combinar problemas y resolverlos juntos cuando sea posible. Intenta escuchar una conferencia grabada mientras caminas hacia la clase si te estás quedando sin tiempo para estudiar, o piensa en la cena del dia siguiente mientras esperas que la cena termine de cocinarse.
4. Escribe lo que sabes y lo que no sabes
Establece el conocimiento y la información que ya tienes para resolver el problema. Luego, busca el conocimiento y la información que no conoces y organízalo de una manera significativa.
5. Anticipar los resultados futuros
Siempre debes tener un Plan B para un problema en caso de que el Plan A no funcione. Piensa en cómo se desarrollaría cada opción y considera los posibles resultados, así como también cómo te afectarían a ti y a los que te rodean. Crea en tu cabeza el mejor y el peor escenario, y presta atención a cómo te hacen sentir.
6. Asigna tus recursos
Averigüa lo que necesitas para resolver el problema en términos de tiempo, dinero, esfuerzo, viajes, etc.
• Si tienes una fecha límite para terminar algo, puede ser una buena idea saltarse el gimnasio o cocinar la cena para asegurarse de llegar a ella.
• Reduce las tareas innecesarias, como encargar la compra on line en lugar de ir tienda tu mismo.
Método 2: Tomando un enfoque creativo
1. Lluvia de ideas diferentes soluciones
Piensa en diferentes formas de resolver tu problema y descubre que generalmente hay más de un enfoque para resolverlo. Decide qué solución es la más plausible y opta por ella.
• Escribe alternativas si es necesario. Hacer esto evitará que olvides tus opciones y te permitirá tachar soluciones que no son plausibles.
2. Prueba diferentes enfoques
Ciertos problemas son simples y se pueden resolver usando habilidades analíticas y lógicas, pero otros pueden requerir que dependas de tus emociones para guiarte. Otros problemas requieren una combinación de las tres cosas por resolver, y es posible que incluso tengas que confiar en tus instintos viscerales para resolverlos.
• Si obtienes una oferta de trabajo en todo el país que te ofrece un buen salario pero que requiere que te mudes, debes pensar en la solución lógica, pero también considerar tus pensamientos, sentimientos y la forma en que tu decisión afectará a los demás.
3. Recibe consejos de otros
No tengas miedo de buscar consejos de otras personas. Quizás conozcas a alguien que haya enfrentado un problema similar al que puedas recurrir.
• Por ejemplo, si vas a compar una casa pero no estás seguro de tu decisión final, podría ser una buena idea hablar con otros propietarios para ver sus pensamientos y arrepentimientos sobre la compra de sus casas.
4. Controla tu progreso
Debes estar pendiente de tu progreso cuando trabajas para lograr un objetivo. Si vas en una dirección positiva, asegúrate de seguir adelante. Si te estás dando cuenta de que necesitas cambiar tu enfoque, entonces debes hacerlo también.
• Mantén un diario para registrar tu progreso, éxitos y desafíos. Mira esto por motivación cuando te desanimes.
1. Calma
Siempre trata de estar tranquilo cuando tomes una decisión, porque la ansiedad y el nerviosismo pueden nublar tu juicio. Toma una respiración profunda, céntrate y relájate antes de seguir adelante.
• Sal a caminar o escribe en un diario. Haz lo que puedas para sentirte más tranquilo.
• Recuerda que el primer paso hacia algo a menudo es el más temible. Intenta hacer algo pequeño para comenzar.
2. Aborda los problemas subyacentes
Si el mismo problema sigue apareciendo una y otra vez en tu vida, es posible que debas resolver algo subyacente primero antes de abordarlo. Esto te ayudará a resolverlo para siempre.
• Sentirse abrumado, estresado o enojado puede indicar que estás quemado. Haz una lista de cosas que te hagan sentir de esta manera, y redúcelas en el futuro.
3. Acude a terapia
Luchar para tomar decisiones constantemente podría indicar un problema de salud mental o baja autoestima, por lo que deberías considerar consultar a un profesional de salud mental si este es tu caso. Podrán brindarte información y desafiarte a que veas las cosas de manera más positiva y realista.