1. Tratar de tomar atajos en la vida
Aunque es posible que tomes atajos mientras caminas, cuando se trata de la vida, este concepto no existe, al menos no si planeas experimentar una vida feliz y productiva. Cada objetivo en la vida tiene varios hitos que conducen a él, y solo si pasas por cada uno de ellos, tu vida se desarrollará según lo planeado. Intenta disfrutar el viaje hacia tu objetivo y todos tus pequeños logros, en lugar de verlos como una pérdida de tiempo. De hecho, hacen que alcanzar tu objetivo sea aún más satisfactorio. Tomar la ruta más larga te permitirá crecer, mejorar y desarrollar lo suficiente para alcanzar tu objetivo de la mejor manera posible.
2. La sensación de no tener tiempo para hacer las cosas que quieres hacer
Esta ilusión es una de las mejores porque nos hace creer que más tarde tendremos tiempo en la vida. La razón por la cual esto es una ilusión es porque el tiempo es relativo, tener una hora libre por día puede parecer como si uno no tuviera tiempo para hacer nada, pero para otra persona, puede verse como un tiempo para dedicarse a lo que es importante para ellos. Por lo tanto, el secreto es simplemente entender lo que es importante para ti y lo que no, y ponerlo en tu rutina diaria en lugar de cosas que no son importantes, como mirar la televisión o navegar por las redes sociales.
3. Pensar que tienes control sobre la vida
Puede asustarte escuchar que no tienes control sobre nada en tu vida aparte de tus pensamientos, pero esos pensamientos también te harán ver las cosas de manera positiva o negativa. Piénsalo de esta manera: tu celular tiene acceso a Internet, pero no controla toda la red y solo puede ver y responder a la información en el espacio virtual; de manera similar, tu existencia tiene lugar principalmente dentro de tu cabeza, y todo lo que sucede a tu alrededor no está bajo tu control. Puedes controlar lo que estás buscando en el espacio real y lo que ves, pero no lo que sucede en cualquier momento.
4. Esperando la felicidad de un factor externo
Como se dijo en el punto anterior, tu existencia tiene lugar principalmente en tu mente, y todo lo que cambia tus sentimientos se debe a una reacción a lo que está sucediendo a tu alrededor. Sin embargo, muchas personas esperan que algo suceda en el mundo exterior que afecte sus sentimientos internos para mejorarlos, pero no es así como funciona la felicidad.
Puede que seas temporalmente feliz si ganas la lotería, pero si no sabes cómo manejar tus sentimientos adecuadamente, la gran suma de dinero también puede ser una pesada carga que será una fuente de sufrimiento. De repente, puedes pensar: "tendré miedo de que me roben o perder todo el dinero. Entonces, cada situación puede llevar consigo pensamientos positivos y negativos, y simplemente debes decidir que quieres ser feliz por encima de todo: la felicidad te llegará siempre que decidas que tu quieres, no que “algo” debe conducirte a la felicidad.
5. Intentar controlar a otras personas
La mente humana a menudo teme cualquier tipo de cambio, ya que una rutina regular nos mantiene seguros de que las cosas malas no nos sucederán, incluso si nuestra situación no es positiva. Si hemos sido capaces de manejar esta situación hasta ahora, probablemente seamos capaces de seguir adelante. Entonces, cuando tratas de cambiar a otras personas que se han acostumbrado inconscientemente a un comportamiento o rutina en particular, puedes esperar cierta resistencia de su parte. Estas personas saben que tienen que cambiar, pero les resulta mentalmente difícil incluso comenzar a pensar en el proceso.
Además, el cambio que intentas aplicar a otra persona se aplica probablemente a tus valores, pero no necesariamente a sus valores, por lo que debes comprender que no puedes cambiar a otras personas, pero puedes cambiar la forma en que las ves. Si entiendes sus motivos y tienes conversaciones abiertas sobre cosas que te molestan, puedes cambiar tu perspectiva, y también verás un cambio en otros sin que realmente cambien: el verdadero cambio ha tenido lugar en ti.
6. Esperar una fuente de inspiración o energía
Es posible que desees hacer algo, pero estás esperando el momento adecuado, por ejemplo, inspirarte para escribir o motivarte para hacer ejercicio. Irónicamente, esperar una fuente externa de inspiración o motivación crea un círculo vicioso que nunca termina, donde esos elementos externos son reacios a llegar porque vienen solo a través de una acción que comienza contigo.
El proceso de escritura es lo que inspira al escritor, y el ejercicio es lo que proporciona la motivación. Si ya has hecho estas cosas en el pasado, probablemente ya conozcas los sentimientos que las acompañan, sentarte cinco minutos delante de una página de escritura se extiende durante horas y el ejercicio agotador te pone más alerta y enérgico. No esperes a que llegue una fuente externa, porque no lo harás. Recuerda que el cambio en la manera en la que te sientes comienza solo dentro de ti.
7. Creer que el fracaso es una etapa final e indeseable
El fracaso solo existe si quieres lograr algo y no puedes lograrlo, pero su definición depende únicamente de cómo nos relacionamos con él. El fracaso no es necesariamente algo malo, sino que es como un callejón sin salida en el laberinto: si navegas por un laberinto y alcanzas muchos callejones sin salida, eventualmente comenzarás a conocerlo el lugar y entenderás dónde estás parado y cómo llegar. Por lo tanto, cada fallo que experimentas te dice algo acerca de una etapa o algo en tu camino que no está bien, así que tienes que dar un paso atrás y corregirlo. La vida misma es un gran laberinto, y nuestros fracasos pueden dañar nuestra sensación de éxito, pero nos ayudan a alcanzarla siempre que aprendamos de ellos.
8. Sentir que no eres lo suficientemente bueno para tener éxito
Según la psicóloga y escritora Susan Jeffers, la sensación de que no somos lo suficientemente buenos para algo es la base de todos nuestros miedos; Tememos nuestra muerte porque no sabemos si vamos a estar satisfechos con nuestras vidas cuando llegue ese momento, y también la muerte de nuestros seres queridos, por temor a que no seamos capaces de hacer frente a esta situación.
Estos son ejemplos extremos de los miedos fundamentales que existen en la vida de todas las personas, pero esto también sucede con cualquier otro temor, y hay una pequeña prueba que puede ayudarte a saber si podrás manejar bien una situación o no: pregúntate si ya te encuentras en una situación que crees que no puedes manejar; si la respuesta es sí, significa que puedes superarla.
Nunca necesitarás llevar más de lo que puedes cargar porque ya llevas el fuerte sentido del miedo, y si quieres liberarte, abandona ese miedo. Puede que necesites apoyarte en otros a veces, pero tus amigos y familiares son parte de la caja de herramientas que te hace capaz de manejar todo de la manera correcta.
