La cebolleta, una hierba de tan solo 30 calorías cada 100 gr, es rica en fibra dietética (100 gr contienen el 7% de la ingesta diaria recomendada), y antioxidantes como la alicina, que ayuda a reducir la producción de colesterol y posee propiedades fungicidas, antibacterianas y antivirales. Además, la alicina ayuda a reducir la presión arterial y evitar enfermedades coronarias y cardiovasculares.
Esta hierba también contiene vitamina A y antioxidantes como el caroteno, la zeaxantina, la luteína, que juntos ayudan a proteger el organismo contra el cáncer de pulmón o de boca. A esto se suma el hecho de que la cebolleta es una de las principales fuentes naturales de vitamina K, un nutriente que ayuda a limitar el daño neuronal y es esencial para el tratamiento del Alzheimer.
La cebolleta está cargada de minerales como el cobre, el hierro, el magnesio, el zinc y el calcio y contiene cantidades saludables de vitamina B6, B5, B3, B2 Y B1.
Esta hierba contiene muchos antioxidantes, aceites esenciales, vitaminas y fibra dietética que ayudan a reducir los niveles de colesterol malo y aumentan el colesterol bueno. Tanto las hojas como las semillas contienen aceites, como el borneol, el cineol, el P-Cimeno, terpineol, limoneno, y felandreno, y la raíz es rica en flavonoides polifelónicos.
El cilantro es una excelente fuente de minerales, como el potasio, el calcio, el manganeso, el hierro y el magnesio, que ayudan a controlar la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Además, su alto contenido de ácido fólico y otras vitaminas, proporciona excelentes beneficios para la salud, en especial la vitamina C, ya que 100 gr de esta hierba proporcionan el 30% de la ingesta diaria recomendada.
Por último, la vitamina A de esta hierba ayuda a mantener la salud de la piel y de las membranas mucosas.
La albahaca contiene aceites, como el eugenol, el citronelol, el limoneno, y el linalool, con propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. Además, está hierba es rica en beta-carotina, cryptoxanthin, vitamina A, luteína y zeaxantina. Todos estos nutrientes protegen al organismo de los radicales libres, principales responsables del envejecimiento y muchas enfermedades.
Esta planta es rica en potasio, manganeso, cobre y magnesio, minerales que controlan la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La albahaca es el complemento ideal para las personas que sufren de anemia, debido a que sus hojas contienen grandes cantidades de hierro.
Durante muchos años, las ramas y las semillas de eneldo, que están cargadas de aceites esenciales, han sido utilizadas como anestésicos y antisépticos naturales. En varias ocasiones se ha comprobado que el eneldo ayuda a reducir los niveles de azúcar en pacientes que padecen diabetes. Como si esto fuera poco, el aceite extraído de sus semillas posee propiedades antiespasmódicas, digestivas, desinfectantes y sedantes, y es rico en beta-carotina y vitaminas A, C, B9, B2, y B3.
El eneldo es una excelente fuente de minerales, como el hierro, el cobre, el manganeso, el potasio, el magnesio, y el calcio. El cobre es un mineral esencial para muchas de las enzimas vitales de nuestro organismo.
El zinc es un mineral esencial para las enzimas que regulan el crecimiento y el desarrollo del cuerpo, la producción de esperma, la digestión y la síntesis de ácido nucleico. Por su parte, el potasio es importante para los fluidos celulares y corporales que intervienen en el control de la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea.
El tomillo tiene propiedades que ayudan a prevenir enfermedades y promueven la buena salud. Esta hierba contiene timol, un aceite esencial que ha demostrado su capacidad para funcionar como antiséptico y fungicida, y una gran cantidad de antioxidantes y flavonoides como la zeaxantina o la luteína.
Las hojas de tomillo son una de las mejores fuentes de potasio, hierro, calcio, manganeso, magnesio y selenio, y contienen una gran variedad de vitaminas, como la beta-carotina, la vitamina A, C, B9, E, y K.
Esta hierba proporciona cerca de un 27% de la ingesta diaria recomendada de vitamina B6, un neurotransmisor que ayuda a reducir el estrés y la tensión.
Durante siglo, la cúrcuma ha sido utilizada en la medicina gracias a sus propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias, y sus maravillosos beneficios para la salud.
La curcumina es el compuesto activo de la cúrcuma y el pigmento que le da ese color característico. Diversos estudios sugieren que la curcumina podría tener propiedades antioxidantes, anticancerígenas, anti-amiloides, antiinflamatorias y anti-isquémicas.
Por otro lado, la cúrcuma es una excelente fuente de una gran variedad de vitaminas, como la vitamina B6, que es utilizada para tratar la homocistinuria, la anemia y las enfermedades causadas por exposición a la radiación, la vitamina B3, que ayuda a prevenir la dermatitis, y la B2, que proporciona energía transformando los carbohidratos en azúcar.
Las raíces frescas de tomillo tienen altas concentraciones de vitamina C, que fortalece el sistema inmune y combate los radicales libres. Como si esto fuera poco, esta noble especia contiene cantidades saludables de calcio, hierro, potasio, manganeso, cobre, zinc y magnesio.
Las hojas de romero contienen un tipo de fitoquímicos conocidos su capacidad para prevenir enfermedades y promover la buena salud. Esta planta contiene antioxidantes fenólicos y muchos otros aceites beneficiosos, como el cineol, el canfeno, el borneol, etc. Estos compuestos ayudan a reducir inflamaciones, combatir infecciones, y curar heridas.
El romero aporta buenas cantidades de vitamina A, y es increíblemente rico en varios grupos de vitamina B compleja, como la B9, B5, B6 y B12. Además, esta hierba contiene altas concentraciones de ácido fólico, que es esencial en el proceso de síntesis de ADN y, cuando se lo consume durante los meses de gestación, previene defectos en el tubo neural de los bebés recién nacidos.
Las hojas de romero fresco son una excelente fuente de vitamina C, un nutriente que interviene en la síntesis de colágeno, que es el responsable de mantener la salud de los vasos sanguíneos, la piel, los órganos y los huesos. El consumo regular de alimentos con alto contenido de esta vitamina protege al cuerpo del escorbuto, estimula el sistema inmune y combate los radicales libres.
El romero fresco o seco es rico en potasio, calcio, magnesio, manganeso, cobre y hierro, uno de los componentes de la hemoglobina en los glóbulos rojos que determina la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno en la sangre.
El perejil contiene aceites esenciales, como la miristicina, el limoneno, o el eugenol, y numerosos flavonoides. Muchos de estos compuestos, en especial la miristicina han demostrado tener la capacidad de impedir la formación de tumores en los pulmones.
La miristicina activa una hormona llamada Glutatión S-Transferasa (GST), que ayuda a adherir la molécula Glutatión a las moléculas oxidadas que pueden causar serios daños en el organismo. Los aceites del perejil se encuentran dentro de los compuestos “quimioprotectores”, lo cual significa que ayudan a neutralizar los efectos tóxicos de algunas drogas anticancerígenas.
Por otro lado, los flavonoides funcionan como antioxidantes que protegen al cuerpo contra el daño causado por los radicales libres. Además, los extractos de esta hierba ayudan a optimizar y aumentar la capacidad antioxidante de la sangre.
El perejil es una excelente fuente de vitaminas A y C, que ayudan a prevenir infecciones de oído y resfríos, y beta-carotina, un antioxidante que reduce el riesgo de desarrollo o avance de ciertas enfermedades, como la diabetes, la ateroesclerosis o el cáncer de cólon.