1. Bosque de Bambú, en Arashiyama
Este espectacular bosque está situado en Arashiyama, segundo distrito turístico más popular de Japón en Kioto. Caminar por estos bosques de bambú elevados te harán sentir que estas en paz con el universo. Sin embargo, te advertimos que puede llegar a ser muy concurrido durante la temporada alta. Este lugar es, después de todo, una visita obligada para cualquiera que visite la región.
2. Campos De Shibazakura
El vibrante musgo Shibazakura crece sobre la zona de los cinco lagos del área de Fuji, lo que hace que este sea un destino que tienes que ver en Japón. Cada año, los visitantes acuden al Festival Shibazakura Fuji para ver más de 800.000 tallos de campo rosa, blanco y púrpura que cubren con musgo el campo, y se extiende hacia el espectacular Monte Fuji que yace en el fondo. El festival se lleva a cabo entre abril y junio (dependiendo de la época en la que aparezca el musgo).
3. Millones de pequeños ojos azules en el Parque Japonés Hitachi Seaside
Merece la pena visitar este magnífico lugar en cualquier época del año, a pesar de que Septiembre es probablemente el momento ideal para ver gran variedad de flores, si quieres ver los pequeños ojos azules que se muestra en la fotografía de arriba, asegúrate de planear tu viaje durante los meses de abril y mayo.
4. Templo Natadera en Invierno
Esta lugar sagrado es hermoso en cualquier época del año. Sin embargo, el invierno le agrega un toque de belleza adicional. El templo, que tiene más de 1300 años de antigüedad, fue fundado en 717 por un monje budista que visitó una montaña cercana en busca de una diosa. Tanto el Monte Hakusan como este templo siguen siendo los sitios más populares de culto actualmente.
5. La Pagoda De Seigantoji y Nachi No Taki
La pagoda de Seigantoji es la combinación perfecta entre la historia antigua y un paisaje impresionante. Este alto templo de tres pisos tiene una vista impresionante que debes ver por tu propia cuenta. Sin embargo, el hecho de que se encuentre justo al lado de la cascada de Nachi no Taki ( 430 pies de altura) hace que la vista sea aún más espectacular.
6. Chureito pagoda y el Monte Fuji
Una visita a Japón no está completa sin un atisbo en la más famosa maravilla natural del país. Este monumento de paz fue construido en 1963 y desde entonces es visitado por millones de turistas en cualquier época del año. Para verlo tendrás que subir 400 escalones, pero vale la pena el esfuerzo.
7. Un día de lluvia en Osaka
Con lluvia o con sol, una visita a Osaka nunca te va a defraudar. Esta es la segunda área metropolitana más grande de Japón después de Tokio, y es especialmente conocida por su impresionante arquitectura, su animada vida nocturna, su sabrosa comida y por supuesto, por el famoso castillo de Osaka.
8. La pendiente de Keage en Kyoto
La pendiente de Keage fue una importante ruta de transporte durante la era Meiji, aún se conservan los restos de un antiguo ferrocarril en la actualidad. Cuando los árboles de cerezos en flor está en floración, la zona se convierte en un lugar especialmente mágico para dar un paseo. Pero eso sí, no debes esperar estar solo, ya que el lugar es muy popular entre los turistas y locales.
9. Isla Aogashima
Si buscas un poco de aventura, no busques más y ve a la Isla Aogashima, situada en el Mar de Filipinas, a 220 millas (350 kilometros) al sur de Tokio. La única manera de llegar al lugar es en helicóptero o en barco. La isla alberga a menos de 200 habitantes y es muy conocida por su formación geológica única - la isla tiene un cráter volcánico en su centro, que a su vez se encuentra en medio de un segundo cráter volcánico más grande. El viaje para llegar a la isla es largo, pero gratificante, haciendo que tu visita a la isla Aogashima sea una experiencia memorable.
10. Daigoji
Daigo significa ''manteca'' (mantequilla purificada). Su nombre se utiliza como una forma figurada de decir ''crème de la crème''. Este templo budista es un sitio importante para la secta Shingon del budismo japonés y es uno de los muchos sitios del patrimonio mundial del país.
11. Un otoño rojo en Kyoto
A partir de 794 a la 1868, Kyoto fue la capital del país y el lugar de residencia del emperador. Kyoto es un tesoro absoluto de la historia, la cultura, la arquitectura y la religión japonesa. Si sólo tienes un espacio para visitar una ciudad en Japón, Kioto debe ser la elegida. Se ve mejor en otoño, cuando las hojas adquieren fabulosos tonos color naranja, amarillo y rojo.
12. Pueblo Shirakawa
Situado cerca del pueblo de Gokoyama, Shirakawa es uno de los patrimonios mundiales de la UNESCO en Japón. Si estás buscando una experiencia más tradicional, puedes pasa la noche en una de las granjas instaladas en el pueblo.
13. Luciérnagas fluorescentes adorna la Bahía de Toyama
La Bahía de Toyama es espectacular en cualquier momento del año, pero cuando los calamares luciérnagas iluminan la bahía se convierte en un lugar realmente mágico. Esta bahía es una de las más grandes de Japón y cada año se convierte en un espectáculo natural asombroso cuando miles de este tipo de calamares emergen de las profundidades hacia la orilla. La bahía se encuentra al noroeste de Tokio y se puede llegar en tren ( cuatro horas de viaje). El viaje vale la pena.
14. Santuario Kifune situado en Sakyō-ku en Kyoto
La capilla Kifune se encuentra en Kyoto. También se le conoce como el santuario de Kibune que significa barco amarillo, ya que, según la leyenda, una diosa viajó en un barco amarillo hasta el final de Osaka. Se dice que el santuario se construyó en el lugar donde su viaje llegó a su fin. Está dedicado al dios del agua y la lluvia. Los visitantes pueden obtener una fortuna por escrito que revela su mensaje secreto sólo cuando se sumerge en agua.
15. Jardín de té cerca del Monte Fuji
En la cultura japonesa tradicional el té juega un papel muy importante. De hecho, el té verde es una de las bebidas más consumidas en Japón y a menudo se bebe el té en polvo conocido como matcha. Una visita al país no está completa sin probar una taza de este té. Y para una experiencia auténtica, asegúrate de asistir a una ceremonia del té tradicional, o visitar una de las granjas de té del país (en particular las situadas cerca del Monte Fuji).