Imagina que estás manejando camino al trabajo y te quedas atascado en el tráfico. Ha sido un día largo y te mueres de ganas de llegar a casa y darte un baño de agua caliente. Detienes el auto al costado del camino, y buscas tu teléfono. Con tan solo unos pocos clicks, te conectas con el sistema de tu hogar, y le das la orden de preparar el agua caliente para el baño, encender la calefacción, las luces de entrada y la televisión en el canal de noticias. Luego de pensar unos minutos, le ordenas a la pava eléctrica que caliente agua para el café, y a la heladera le ordenas que pida leche del supermercado más cercano. Con una sonrisa en el rostro, retomas el camino pensando que al llegar a tu casa te encontrarás con un ambiente cálido, el baño listo y una buena taza de café.
Mucho se ha dicho sobre la tecnología avanzada de nuestros Smartphone (teléfonos inteligentes). Lo que 20 años atrás era visto como ciencia ficción, hoy en día esta frente a nuestros ojos. Muchos de nosotros tenemos un dispositivo que puede conectarnos con cualquier persona en cualquier parte del mundo, y no solo nos permite hablar, sino que también nos permite enviar fotos, archivos o videos, hacer videoconferencias, publicar cosas en una inmensa variedad de redes sociales, jugar, escuchar música y muchas otras cosas más. Día a día, la lista se vuelve más larga, ya que existen numerosas aplicaciones que podemos descargar para agregar o mejorar las funciones de nuestro teléfono.
¿Cuál es el próximo paso en la evolución del dispositivo más popular del mundo? ¿Qué es lo que le espera a nuestros Smartphone y a la Internet en el futuro?
Muchos expertos en tecnología concuerdan con que la promesa del futuro es el Internet de las cosas.
El internet de las cosas es un título simple para una idea compleja. Este concepto se refiere a un futuro en el cual nuestros teléfonos y computadoras no solo se utilizarán para la comunicación y el entretenimiento, sino que pasarán a CONTROLAR los objetos cotidianos desde cualquier lugar donde estemos.
¿Cuándo sucederá todo esto? Mucho antes de lo que imaginas.
En la actualidad, muchas empresas ya se encuentran invirtiendo en el internet de las cosas. Cisco, una de las empresas de comunicación e informática más importantes del mundo, predice que para el año 2020, el mercado del internet de las cosas estará valuado en 14 billones de dólares, y no menos de 50 mil millones de dispositivos se encontrarán conectados a la Internet. Esta es una predicción sorpresiva, especialmente si tenemos en cuenta que está a tan solo 7 años de volverse realidad.
Los expertos tambien predicen que el Internet de las cosas traerá un gran incremento en la bolsa de trabajo, ya que requerirá millones de empleados en el área de desarrollo, instalación y mantenimiento de esta nueva tecnología.
Por ejemplo, recientemente Google anunció que está trabajando en el desarrollo de un nuevo sistema llamado “Android@casa” que permitirá controlar los electrodomésticos del hogar mediante cualquier Smartphone con este sistema operativo.
Las opciones son ilimitadas: Podrás abrir la puerta de entrada si tienes invitados que llegaron antes de lo esperado, o cerrarla si la dejaste abierta. Con tan solo presionar un botón, podrás apagar las luces o cortar la electricidad en tu casa.
Aunque la idea suene un poco descabellada, muchos expertos creen que la revolución del internet de las cosas está a la vuelta de la esquina, y que en una década, la mayoría de las casas modernas estarán equipadas con estos sistemas.
Este logro ha sido posible gracias al desarrollo de chips del tamaño de una pequeñísima mecha de cabello. Estos chips pueden conectarse a cualquier dispositivo sin afectar su funcionamiento, ya que su única función es recibir tus órdenes y transmitirlas al dispositivo.
Pero el internet de las cosas no se limita solo a los hogares, ¿Qué sucede con los agricultores? Ellos también podrán disfrutar de los beneficios de esta nueva tecnología, por ejemplo, regando sus cultivos desde cualquier lugar donde estén. Los agricultores podrán “implantar” en el terreno pequeños chips que transmitirán, en tiempo real, información sobre los niveles de toxicidad del suelo y sus condiciones previo al cultivo, lo cual les ahorrará tiempo y esfuerzo. Además, estos chips pueden alertar a los agricultores sobre bacterias o enfermedades que pueden estar afectando las cosechas.
Sin embargo, a pesar de la comodidad que estos dispositivos pueden traer a nuestras vidas, el uso más importante será dado en el campo de la medicina.
Por ejemplo: acabas de pasar por una cirugía complicada y tienes un largo proceso de recuperación por delante. Antes de retirarte, el doctor te dice “Si algo llega a suceder, llámame de inmediato”.
Pero la tarea de reconocer los signos peligrosos, llamar al doctor, contarle lo que sucede y salir corriendo al hospital no es tan fácil como parece. Todo esto lleva tiempo que quizás no tienes, especialmente si sufres problemas cardíacos.
El internet de las cosas puede ofrecer una mejor solución. Durante la cirugía, un diminuto chip es implantado en tu cuerpo con el objetivo de rastrear signos de enfermedades o deterioro de tu condición física. Ante el mínimo signo de peligro, el chip se encargará de alertar al doctor en tiempo real, enviando información específica sobre tu estado de salud, de manera que el doctor pueda tomar una decisión rápida y, de ser necesario, enviar una ambulancia de inmediato. Claramente, la información específica y detallada siempre es mejor que explicar vagamente los síntomas que crees que tienes. El chip también puede comunicarse con tus allegados y solicitar una ambulancia en caso de que estés incapacitado o no puedas alcanzar el teléfono.
Otro tipo de chips podrán alertarte sobre posibles enfermedades desarrollándose en tu cuerpo, desde dolor de muelas hasta cáncer, lo cual puede salvar muchas vidas gracias a la detección temprana, ya que muchas enfermedades pueden ser curadas si son detectadas a tiempo. Este increíble avance en el campo de la salud puede darnos más años de vida, o incluso décadas.
No pienses que lo que nos espera son solo ventajas, ya que toda nueva tecnología implica algo de riesgo.
Los expertos aseguran que el mayor riesgo está en una nueva forma de terrorismo que puede ocasionar caos, no con bombas ni con armas, sino que mediante la piratería informática, una forma de acceder de manera ilegal a nuestros teléfonos y aplicaciones que puede tener terribles consecuencias. Algunos de los piratas informáticos podrán ingresar datos incorrectos sobre nuestra salud, configurar el chip para que ignore las enfermedades, ordenarle a nuestro auto que se detenga en el medio del camino, o encender los electrodomésticos causando serios problemas en las redes eléctricas. Los piratas más talentosos podrán hasta rastrear tu ubicación, lo cual facilita secuestros y asesinatos.
Otro impacto negativo puede ser la dependencia de la información que recibimos a tal punto de ignorar las señales naturales que nuestro cuerpo y nuestra mente nos dan, lo cual puede traer trágicas consecuencias.
A pesar de estos riesgos, es imposible negar que el Internet de las cosas abre las puertas a una enorme variedad de opciones que pueden optimizar nuestro estilo de vida, mejorando nuestra productividad y, lo más importante, cuidando de nuestra salud. El futuro se acerca, y lo único que nos queda por ver es la forma en que viviremos nuestra vida una vez que el Internet de las cosas se convierta en una realidad. |