Al estar disponibles en farmacias y supermercados, sin ningún tipo de regulación o supervisión médica, muchas personas piensan que el consumo de medicamentos de venta libre es seguro y efectivo. Sin embargo, los analgésicos como el ibuprofeno o el paracetamol pueden volverse perjudiciales para la salud en ciertos contextos, ya que el uso prolongado puede resultar en serios daños en el hígado y los riñones, e incluso podría llegar a producir infartos y accidentes cerebrovasculares. Para proteger tu salud y la de tu familia, en esta oportunidad, te enseñaremos todo lo que necesitas saber sobre estos fármacos.
¿Cómo se vuelven disponibles los fármacos?
Antes de aparecer en las góndolas de las farmacias, los fármacos pasan por una serie de exhaustivas investigaciones, pruebas y ensayos, con el objetivo de verificar su eficacia, seguridad y posibles efectos adversos. En la primera etapa, conocida como “fase preclínica”, las propiedades farmacológicas de un medicamento son puestas a prueba en animales de laboratorio o en cultivos de tejido humano para determinar posibles efectos adversos o trastornos congénitos derivados de su uso. Si la fase inicial ha resultado exitosa, los científicos pueden pasar a la primera etapa de ensayos clínicos sobre voluntarios saludables, utilizando el fármaco en bajas dosis, de manera de aprender cuáles son los efectos producidos en seres humanos y cuál es su nivel de efectividad.
En la segunda etapa clínica, un proceso que requiere de unos 2 años, los investigadores monitorean las reacciones de cientos de pacientes a los que fueron tratados con diferentes dosis del fármaco estudiado. Por último, en la tercera etapa clínica, los investigadores distribuyen la medicación entre miles de pacientes a través de centros médicos locales. Una vez que estas 4 fases se hayan llevado a cabo de forma exitosa, los investigadores pueden proceder a realizar las gestiones pertinentes para obtener la autorización gubernamental que les permita comercializar el producto. Esto no significa que la etapa de pruebas haya terminado, ya que, al contar con más pacientes expuestos al fármaco, es posible que aparezcan otros efectos adversos que aún no fueron diagnosticados.
Efectos secundarios peligrosos de medicamentos populares
Debido a que cada fármaco tiene su propia variedad de efectos secundarios, antes de tomar alguno de estos medicamentos, te recomendamos leer la siguiente guía que te enseñará los peligros escondidos en ellos.
1- Ibuprofeno – Daños en el hígado y riñones, infartos
• Nombres comerciales: Ibupirac, Supragesic, Ibucler, Ibumar, Teprix, Dolorac, Advil, Nurofen Dersindol, Algiasdin, etc.
Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, la compañía Bayer descubrió la capacidad de la aspirina para reducir el dolor y la inflamación. Desde ese entonces, la familia de los Antinflamatorios No Esteroideos (AINE) se ha expandido, incluyendo fármacos que inhiben el accionar de dos enzimas llamadas COX (Ciclooxigenasa 1 y 2). El más popular de todos ellos es el Ibuprofeno, un fármaco desarrollado por el Dr. Stewart Adams en un laboratorio improvisado en su casa.
Al igual que el resto de los fármacos, cuando el uso es prolongado, el ibuprofeno podría manifestarse con una serie de efectos secundarios que incluyen sangrado gastrointestinal y otros problemas digestivos. Por esta razón, su uso no suele ser recomendado en personas que padecen úlceras estomacales o inflamación gástrica, o en pacientes bajo tratamiento con anticoagulantes. El ibuprofeno también podría inhibir los efectos de algunas medicaciones para la hipertensión.
En casos extremos, el ibuprofeno puede volverse mucho más peligroso, ya que cerca de un 15% de los usuarios podría verse afectado por daños a nivel hepático. Los síntomas iniciales se caracterizan por un aumento de las enzimas hepáticas en el torrente sanguíneo, que suele indicar la presencia de un problema en el hígado. En los casos más excepcionales, el ibuprofeno puede producir daños severos, resultando en Ictericia, hepatitis, daños irreversibles en las células hepáticas y malfuncionamiento del hígado.
2- Paracetamol – Una de las medicaciones de venta libre más peligrosas
• Nombres comerciales: Alador, Cupanol, Acetaminofen, Dolocatil, Tafirol, Termofen, Neupeldol, Octomol, Tempra, Sinedol, etc.
A pesar de ser un fármaco de venta libre y una medicina popular en muchos países del mundo, pocas personas son conscientes del alto grado de toxicidad del paracetamol. Aunque la ocurrencia de efectos adversos derivados del paracetamol es poco frecuente, la sobredosis puede resultar fatal: la ingesta de 8 gr diarios, lo cual equivale a unas 16 píldoras, podría causar daños irreversibles en el hígado y, en los casos más extremos, incluso la muerte. La dosis máxima permitida por día es de 3 gr (6 píldoras), administrados en dosis de 500 mg cada 4 horas.
Los efectos del paracetamol se vuelven más peligrosos cuando son alcohol, medicaciones para la presión, jugo de pomelo, o suplementos que contienen Hypericum. Si estas tomando algún medicamento, consulta con un profesional de la salud antes de comenzar con la ingesta de paracetamol.
3- Aspirina – Una medicina familiar pero poco segura
• Nombre comercial: Aspirina.
Uno de los principales inventos de la medicina es la aspirina, un fármaco proveniente del ácido salicílico. Dicho compuesto no solo ha demostrado ser efectivo a la hora de reducir la fiebre y el dolor, sino que también ha demostrado ser capaz de actuar como un anticoagulante que ayuda a prevenir infartos y accidentes cerebrovasculares. Aunque en el último tiempo también se ha descubierto que la aspirina podría ayudar a prevenir el desarrollo de ciertos tipos de cáncer, su uso no se encuentra libre de riesgos.
La aspirina inhibe el accionar de las enzimas COX-1, que está a cargo de la producción de mucosidad, y COX-2, que se encarga de regular la temperatura corporal, la sensación de dolor y la inflamación. En los últimos años, se han descubierto otras propiedades preventivas en la aspirina que incluyen la reducción de la inflamación en los vasos sanguíneos, causante de obstrucciones, infartos y ACV.
Uno de los principales efectos adversos de los Antinflamatorios No Esteroideos consiste en una tendencia a irritar el estómago, causando úlceras y sangrado, una consecuencia derivada de la inhibición de la enzima a cargo de la producción de mucosidad. Por esta razón, los especialistas recomiendan ingerir esta medicación con el estómago lleno.
La aspirina NO debe combinarse con los siguientes fármacos
• Anticoagulantes – La aspirina puede aumentar la eficacia de este tipo de fármacos, causando sangrado interno.
• Antiácidos – La reducción de acidez en el estómago puede dificultar la desintegración de la aspirina en el torrente sanguíneo.
• Corticosteroides – Pueden aumentar la irritación estomacal y causar úlceras.
• Medicación para la gota – La aspirina reduce la concentración de su ingrediente activo (Allopurinol) en la sangre, volviéndolas inactivas.
• Diuréticos – La aspirina reduce la concentración de diuréticos en sangre.
• Fenoarbital – Utilizado para tratar convulsiones, este fármaco pierde efectividad al ser combinado con aspirina.
• Fenitoína – Este fármaco, utilizado para tratar convulsiones, puede volverse tóxico cuando es combinado con aspirina.
Prevención de efectos adversos
Que dudes en consultar – Uno de los trabajos del farmacéutico es informarte sobre los posibles efectos secundarios de la medicina que estás comprando, y otras indicaciones para evitar cualquier tipo de inconveniente. Asegúrate de informar al farmacéutico si estás tomando otras medicaciones para evitar reacciones adversas.
Asegúrate de leer las indicaciones del prospecto – Incluso los fármacos más comunes pueden volverse peligrosos si no se respetan las indicaciones detalladas en el prospecto.
Maneja las dosis de acuerdo al peso corporal – Para evitar una sobredosis, la ingesta de las medicaciones deben ser realizadas de acuerdo al peso del paciente, en especial si se trata de niños o bebes.
Informa sobre cualquier efecto secundario – Si presentas algún efecto secundario luego de haber tomado una medicación, es fundamental realizar una consulta médica. Es posible que tengas que cambiar las dosis o el fármaco administrado.
Evita el uso prolongado – Nunca utilices un fármaco por más de tres días seguidos sin haber realizado una previa consulta con un profesional de la salud.
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