La tecnología digital moderna está en todas partes y está cambiando nuestra forma de pensar, de comportarnos e incluso de sentirnos ante las cosas. A algunos les preocupa que el tiempo constante frente a una pantalla esté dañando las habilidades cognitivas como la atención y la memoria, mientras que otros dicen que la tecnología puede agudizar nuestras mentes. En realidad, el uso intensivo de dispositivos digitales tiene efectos tanto negativos como positivos en nuestro cerebro (Fuente), que exploraremos en este artículo.
Capacidad de atención y concentración en la era digital
Se cree ampliamente que nuestra capacidad de atención se está reduciendo. Con notificaciones constantes y contenido infinito, mantener la concentración es más difícil que nunca. Las investigaciones lo respaldan: hace unas dos décadas, las personas se concentraban en una tarea frente a una pantalla durante un promedio de 2½ minutos, pero hoy cambiamos cada 47 segundos. Este cambio constante hace que la concentración profunda y sostenida sea más difícil. Incluso los niños se ven afectados, y podemos verlo en estudios que vinculan la exposición excesiva a la pantalla en los niños pequeños con dificultades de atención posteriores. No es sorprendente, pero SÍ es preocupante (Fuente)
Sin embargo, no todo el uso de la tecnología disminuye nuestra concentración. Ciertas actividades digitales podrían, de hecho, mejorar la atención de formas específicas. Por ejemplo, se ha demostrado que los videojuegos de acción agudizan la atención visual y entrenan a los jugadores para seguir varios objetos a la vez, lo que estoy seguro es un consuelo para todos los padres que se preocupan por que sus hijos pasen horas jugando en la computadora o la consola. Entonces, si bien el desplazamiento sin sentido puede fragmentar nuestra concentración, las experiencias interactivas como los juegos o las aplicaciones de aprendizaje pueden atraer e incluso fortalecer nuestra atención cuando se usan sabiamente.
La tecnología moderna ha hecho que la información, el entretenimiento y los servicios estén disponibles a nuestro alcance. Si bien esta conveniencia tiene beneficios innegables, también ha reducido nuestra capacidad de retrasar la gratificación. Una encuesta encontró que el 41% de los adultos estadounidenses se sienten más impacientes que hace cinco años debido a la tecnología. Nos hemos acostumbrado a la rapidez, ya sea envíos en el mismo día, resultados de búsqueda instantáneos o la capacidad de transmitir cualquier película en cualquier momento.
Esta creciente intolerancia a los retrasos puede tener consecuencias en el mundo real. Los estudios sugieren que las personas que utilizan con frecuencia medios digitales de ritmo rápido tienden a tener dificultades para mantener el esfuerzo y alcanzar objetivos a largo plazo. Esto podría afectar a todo, desde la productividad académica hasta la laboral, donde el trabajo profundo y la persistencia son clave para el éxito.
Por otro lado, la tecnología también ofrece formas de entrenar la paciencia y la perseverancia. Las aplicaciones de aprendizaje, las plataformas de codificación e incluso los videojuegos desafiantes requieren que los usuarios perseveren a pesar de los fracasos y aprendan de los errores. La clave es equilibrar el consumo digital pasivo (como el desplazamiento interminable por las redes sociales) con la participación activa en experiencias digitales de desarrollo de habilidades. (Fuente).
Acostumbrados a que todo sea inmediato, podemos frustrarnos incluso con los retrasos más pequeños. Si bien el acceso instantáneo ahorra tiempo, nuestra mentalidad de “lo necesitamos ahora” puede erosionar nuestra tolerancia a la espera.
Habilidades espaciales en la era del GPS
La navegación es una habilidad cognitiva que se ha visto afectada por la tecnología de maneras sorprendentes. El GPS y las aplicaciones de mapas han hecho que desplazarse sea más fácil, pero algunas investigaciones sugieren que la dependencia frecuente de estas herramientas puede debilitar nuestra memoria espacial interna. Los estudios han descubierto que las personas que usan mucho el GPS obtienen peores resultados en las pruebas de navegación espacial y muestran una actividad reducida en el hipocampo, la región del cerebro responsable de la memoria y la orientación espacial.(Fuente)
Sin embargo, no toda la tecnología reduce la conciencia espacial. Se ha demostrado que los juegos, especialmente los juegos en 3D que requieren navegar a través de mundos virtuales, mejoran la cognición espacial (Fuente). Los juegos que implican rotar objetos mentalmente, trazar rutas y rompecabezas de lenguaje de señas pueden en realidad fortalecer la capacidad del cerebro para procesar relaciones espaciales, lo que beneficia las tareas del mundo real como conducir, leer mapas e incluso comprender conceptos matemáticos complejos.
La forma en que almacenamos y recordamos información ha cambiado drásticamente en la era digital. En lugar de memorizar hechos, confiamos en los motores de búsqueda y el almacenamiento en la nube. Este fenómeno, conocido como el Efecto Google, significa que, si bien podemos olvidar fragmentos de información individuales, recordamos dónde encontrarlos. Si bien este cambio puede parecer una desventaja, en realidad permite que nuestro cerebro ordene el pensamiento en lugar de memorizarlo mecánicamente.
Dicho esto, descargar demasiada información en la tecnología podría tener efectos negativos. Algunos estudios sugieren que confiar regularmente en ayudas externas para la memoria (como aplicaciones para tomar notas y asistentes inteligentes) podría conducir a capacidades de memoria más débiles en situaciones en las que se requiere un pensamiento rápido (Fuente).
En el lado positivo, la tecnología también se ha convertido en una poderosa herramienta de entrenamiento de la memoria. El cerebro, los programas de tarjetas didácticas de repetición espaciada y las plataformas de aprendizaje digital utilizan métodos respaldados científicamente para mejorar la retención de la memoria a largo plazo. Incluso en adultos mayores, se ha demostrado que aprender a navegar por Internet activa regiones cerebrales asociadas con la memoria y la toma de decisiones, lo que sugiere que el tipo correcto de uso de la tecnología puede ayudar a mantener las funciones cognitivas agudas.
En última instancia, la tecnología moderna presenta una compensación de beneficios y desafíos. Por un lado, el tiempo excesivo frente a la pantalla, la multitarea y la dependencia de atajos digitales pueden reducir nuestra paciencia, capacidad de atención y capacidad para navegar por el mundo sin ayuda. Por otro lado, las herramientas digitales interactivas, cuando se usan de manera consciente, pueden mejorar las capacidades cognitivas como la resolución de problemas, la conciencia espacial y la atención selectiva.
Si somos conscientes de cómo interactuamos con la tecnología, podemos disfrutar de los beneficios de las herramientas digitales y minimizar sus desventajas cognitivas. En lugar de permitir que la tecnología nos moldee de manera pasiva, deberíamos asumir un papel activo en su uso para mejorar nuestra agudeza mental, nuestra adaptabilidad y nuestro aprendizaje permanente.
Encontrar el equilibrio para una mente sana
La tecnología moderna es un arma de doble filo para la cognición. Puede distraernos y reducir la capacidad de atención, pero también puede educarnos y mantener nuestro cerebro activo. La clave es el equilibrio. Si somos conscientes de cómo utilizamos la tecnología (limitando las distracciones sin sentido y utilizando las herramientas digitales con fines positivos), podemos disfrutar de los beneficios de la era digital sin perder la concentración, la paciencia ni la agilidad mental.