En los últimos años, un número cada vez mayor de jóvenes en China han adoptado un estilo de vida conocido como bai lan, o "déjalo pudrir". Este término refleja una mentalidad de renunciar a las expectativas sociales y optar por salir de la carrera de ratas tradicional. Sigue el movimiento anterior "tang ping", o "tumbado", donde las personas eligieron el minimalismo y rechazaron el exceso de trabajo. El término bai lan, originalmente arraigado en la cultura de la NBA, se refiere al acto de dar un paso atrás voluntariamente en la persecución de ciertas metas después de darse cuenta de que son simplemente demasiado desafiantes para lograr.
Esta tendencia entre la juventud de China es una reacción a las crecientes presiones sociales y desafíos económicos. Este estilo de vida refleja una decisión consciente de renunciar a los marcadores de éxito tradicionales y las expectativas sociales. A continuación, se presenta un desglose de las muchas causas posibles de la popularidad de este movimiento en China en los últimos años.
1. Presión académica abrumadora
El sistema educativo de China es uno de los más competitivos del mundo y los jóvenes suelen enfrentarse a un estrés inmenso desde una edad muy temprana.
Gaokao (examen de ingreso a la universidad): el gaokao, un agotador examen nacional que determina la admisión a la universidad, es conocido por su intensidad. Los estudiantes pasan años preparándose, sacrificando a menudo su vida social y su crecimiento personal. Para muchos, no destacarse puede parecer un revés permanente, que los deja desilusionados y agotados.
Expectativas de los padres: los padres chinos suelen ejercer una enorme presión sobre sus hijos para que tengan éxito académico, ya que consideran la educación como el principal camino hacia la movilidad ascendente. Este entorno de alto riesgo crea una mentalidad de "hundirse o nadar".
Plazas limitadas en universidades de élite: con millones de estudiantes compitiendo por una pequeña cantidad de plazas en universidades de primer nivel, muchos sienten que están atrapados en un sistema implacable que recompensa solo a unos pocos elegidos.
Para quienes no cumplen con estas expectativas, aceptar el bai lan puede ser una forma de rechazar las demandas poco realistas que se les imponen.
2. Desafíos del mercado laboral y desigualdad económica
Incluso para quienes se destacan académicamente, la transición a la fuerza laboral presenta su propio conjunto de obstáculos.
Mercado laboral hipercompetitivo: los graduados universitarios a menudo se encuentran compitiendo por un grupo cada vez más reducido de empleos deseables. Se espera que en 2024 se gradúen 21,58 millones de estudiantes, una cifra récord, lo que creará un excedente de solicitantes de empleo con educación. Muchos quedan subempleados o trabajan en empleos muy por debajo de sus calificaciones.
Desaceleración económica: la economía de China, si bien sigue creciendo, enfrenta desafíos como un crecimiento más lento del PIB, un alto desempleo juvenil (se estima que superará el 20% en 2024) y los efectos de las incertidumbres económicas globales. Esto hace que muchos jóvenes se sientan pesimistas sobre sus perspectivas futuras.
El auge de la "involución": término que ha ganado popularidad en China, la involución (内卷, "nei juan") describe una situación en la que las personas se ven obligadas a trabajar más duro sin lograr un progreso significativo ni recompensas. Muchos trabajadores se sienten atrapados en un ciclo de exceso de trabajo y rendimientos decrecientes.
Estas presiones económicas llevan a muchos jóvenes a adoptar el bai lan como una forma de protesta silenciosa o una manera de hacer frente a la frustración de un sistema injusto.
3. Altos costos de vida y aspiraciones inalcanzables
A los jóvenes chinos les resulta cada vez más difícil alcanzar los hitos tradicionales del éxito, como ser dueño de una propiedad, formar una familia o construir una carrera estable.
Precios de la vivienda en alza: en las principales ciudades como Pekín, Shanghái y Shenzhen, los precios de los bienes raíces se han disparado, lo que hace que la propiedad de una vivienda sea prácticamente inalcanzable para muchos jóvenes. El alto costo de vida agrega más tensión.
Normas culturales y presión familiar: en la cultura china, ser dueño de una propiedad y lograr la estabilidad financiera son a menudo requisitos previos para el matrimonio. Muchos jóvenes se sienten incapaces de cumplir con estas expectativas, lo que les genera frustración y desapego.
Retraso en los logros de la vida: como resultado de estas presiones, cada vez más jóvenes están retrasando el matrimonio y la paternidad, y optan por centrarse en sus necesidades personales inmediatas o simplemente por salir del sistema por completo.
La mentalidad del bai lan puede verse como un rechazo a la narrativa social que vincula la felicidad y la autoestima a los logros materiales.
4. Rebelión contra la cultura laboral del “996”
La infame cultura laboral del “996” en China (trabajar de 9 a 21 horas, seis días a la semana) ha enfrentado una creciente reacción negativa en los últimos años.
Agotamiento y desgaste profesional: muchas empresas, en particular en el sector tecnológico y manufacturero, exigen jornadas laborales extenuantes, lo que deja a los empleados con poco tiempo o energía para sus actividades personales. El desgaste profesional está muy extendido y lleva a los trabajadores a preguntarse si valen la pena esos sacrificios.
Recompensas limitadas por el trabajo duro: a pesar de sus esfuerzos, muchos trabajadores sienten que no reciben una compensación adecuada. El estancamiento de los salarios, junto con el aumento del costo de vida, crea una sensación de inutilidad.
Cambio cultural: las generaciones más jóvenes cada vez están menos dispuestas a priorizar el trabajo por sobre su bienestar. Están desafiando el énfasis de la generación anterior en el autosacrificio y, en cambio, están adoptando una mentalidad de autocuidado y minimalismo. El bai lan representa una rebelión contra esta cultura laboral tóxica, que prioriza la salud mental y la satisfacción personal por sobre la ambición incansable.
5. Desilusión con la movilidad social
La promesa de la movilidad ascendente, una piedra angular del auge económico de China en décadas anteriores, ahora parece fuera del alcance para muchos.
Desigualdad de ingresos: la brecha de riqueza en China se ha ampliado significativamente. Los jóvenes de familias de ingresos medios y bajos a menudo sienten que sus posibilidades de mejorar su estatus socioeconómico son escasas.
Percepción de inutilidad: con estructuras sociales que favorecen a los ricos y bien conectados, muchos sienten que el trabajo duro y el talento ya no son suficientes para tener éxito.
Diferencias generacionales: las generaciones anteriores crecieron en una época de rápido crecimiento económico, donde el esfuerzo a menudo se traducía en prosperidad. La juventud de hoy enfrenta un panorama mucho más estancado e incierto.
Frente a estas realidades, el bai lan ofrece una manera de desvincularse de lo que parece un sistema inherentemente injusto.
6. Influencia de las redes sociales y la cultura pop
Las plataformas de redes sociales como Weibo, Xiaohongshu y Douyin (el TikTok de China) han amplificado la mentalidad del bai lan, lo que permite a los jóvenes compartir sus frustraciones y formar comunidades.
Identidad colectiva: los foros en línea brindan espacios donde las personas pueden compadecerse y validar los sentimientos de desilusión de los demás, normalizando la elección del bai lan.
Contenido satírico: los memes, videos y otros contenidos que se burlan de las presiones sociales se han vuelto muy populares, difundiendo el conocimiento de movimientos como “bai lan” y “tumbado” (tang ping).
Héroes culturales: el auge de los estilos de vida minimalistas en la cultura pop, como personajes que rechazan las normas sociales, también ha inspirado a los jóvenes a cuestionar los caminos tradicionales hacia el éxito.
7. Impacto de la pandemia de COVID-19
Aislamiento y reflexión: los confinamientos dieron a muchos jóvenes tiempo para reflexionar sobre sus vidas y cuestionar sus prioridades. Esta introspección a menudo condujo a una reevaluación de las normas sociales.
Consecuencias económicas: la pandemia causó una incertidumbre económica generalizada, que afectó desproporcionadamente a los trabajadores más jóvenes. Los despidos y la reducción de oportunidades han profundizado los sentimientos de desesperanza.
Concienciación sobre la salud mental: la pandemia también puso de relieve la importancia de la salud mental, lo que llevó a muchos a priorizar su bienestar por encima de los logros externos.
Las autoridades chinas han expresado su preocupación por estos movimientos, considerándolos como amenazas potenciales para el crecimiento económico y la estabilidad social. Se están realizando esfuerzos para abordar los problemas subyacentes, como la implementación de políticas destinadas a reducir las horas de trabajo y promover la concienciación sobre la salud mental. Incluso el presidente Xi Jinping apareció en la televisión pidiendo a sus jóvenes que abandonaran el estilo de vida bai lan.
Este cambio entre los jóvenes de China pone de relieve una reevaluación más amplia de las prioridades de la vida, haciendo hincapié en la realización personal por encima de las expectativas sociales tradicionales.
Para obtener más información, ve este video:
En conclusión
El fenómeno del bai lan entre los jóvenes chinos es una respuesta multifacética a las inmensas presiones académicas, económicas y culturales que enfrentan. Refleja una reevaluación más amplia de los valores, ya que la generación más joven comienza a priorizar la realización personal, su salud mental y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal que tiene sentido para ellos por encima de los indicadores tradicionales del éxito. Si bien ha generado preocupación entre las generaciones anteriores y el gobierno, el bai lin resalta una creciente demanda de un cambio sistémico en las estructuras sociales y económicas de China. Solo el futuro dirá si ese cambio se está produciendo.