Todos experimentamos gases e hinchazón. Es una parte natural de la digestión, aunque a veces puede resultar un poco embarazoso o incómodo. En promedio, la mayoría de las personas expulsan gases entre 10 y 20 veces al día, y la hinchazón ocasional después de las comidas no es poco común.
Pero, ¿qué pasa si los gases y la hinchazón no desaparecen o están acompañados de otros síntomas preocupantes? Los problemas digestivos persistentes pueden indicar algo más que una mala comida o demasiadas bebidas carbonatadas. Para algunas personas, los gases y el malestar abdominal continuos pueden ser signos de problemas de salud más profundos que requieren atención. A continuación, se muestran algunos signos claros de que sus síntomas pueden indicar algo más grave.
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Puede resultar incómodo pensar en ello, pero prestar atención a sus movimientos intestinales puede revelar mucho sobre tu salud digestiva. El estreñimiento, especialmente cuando se combina con hinchazón o gases continuos, puede indicar un problema. Además, si notas sangre en las heces, es hora de tomar medidas.
La sangre puede sugerir problemas que van desde hemorroides hasta afecciones más preocupantes como la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) o incluso el cáncer colorrectal. Los expertos recomiendan controlar el color, la forma y la frecuencia de las deposiciones, ya que estos cambios pueden ayudar a determinar si algo en el intestino necesita una investigación más profunda.
Si bien la diarrea ocasional suele estar relacionada con la dieta o una infección menor, la diarrea persistente acompañada de hinchazón puede ser un signo de afecciones como el síndrome del intestino irritable (SII) o la enfermedad celíaca. El SII, que afecta a millones de personas en todo el mundo, puede presentarse como diarrea crónica o alternar entre diarrea y estreñimiento.
La enfermedad celíaca, un trastorno autoinmune desencadenado por el gluten, también puede causar estos síntomas. Ambas afecciones interfieren con el proceso digestivo, lo que provoca malabsorción y malestar. Si la diarrea continúa durante más de unos días o altera regularmente tu vida, es mejor consultar a un médico.
Si la hinchazón o los gases se acompañan de signos de deficiencias nutricionales o anemia, es posible que se trate de un problema de absorción en el intestino. Afecciones como la enfermedad celíaca, el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) y la enfermedad inflamatoria intestinal pueden interferir en la absorción de nutrientes vitales, lo que provoca deficiencias de hierro, vitamina B12 y otras. Esto puede provocar síntomas como fatiga, debilidad o incluso cambios de humor.
Abordar las deficiencias nutricionales puede mejorar la salud general, pero identificar la causa raíz es clave, especialmente si estos síntomas acompañan a problemas digestivos crónicos.
Los gases y la hinchazón provocados por determinados alimentos o cambios hormonales suelen durar solo unas horas o un día. Sin embargo, si experimentas una hinchazón que persiste durante semanas, independientemente de los cambios en la dieta, esto podría indicar un problema gastrointestinal (GI) más profundo.
La hinchazón prolongada puede ser un síntoma de EII, SII o incluso signos tempranos de problemas más graves como el cáncer de ovario. La hinchazón persistente también es motivo de preocupación si se combina con una pérdida de peso inexplicable, dolor abdominal o cambios en los hábitos de baño. No la ignores si estos síntomas se convierten en una parte habitual de tu vida.
Una digestión saludable debería permitirte comer sin molestias inmediatas o una sensación de saciedad después de solo unos pocos bocados. Si pierdes el apetito constantemente o te sientes incómodamente llena después de comer poco, puede ser un signo de afecciones digestivas o incluso ginecológicas.
Los expertos han descubierto un vínculo entre los trastornos gastrointestinales y ciertos tipos de cáncer. Los cánceres ginecológicos, por ejemplo, pueden ejercer presión sobre los órganos digestivos, lo que hace que te sientas lleno de forma prematura. Además, una acumulación de líquido en el abdomen, conocida como ascitis, a veces puede confundirse con hinchazón, pero podría significar algo más grave.
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Los dolores leves causados por los gases son comunes, pero los calambres o el dolor abdominal intensos podrían indicar algo más que un malestar digestivo. El dolor intenso puede indicar la presencia de cálculos renales, apendicitis o una infección del tracto urinario, que requieren atención médica inmediata. En la parte inferior del abdomen, el dolor constante acompañado de gases puede ser un síntoma pasado por alto de afecciones como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, que implican una inflamación crónica del tracto digestivo. Recuerda que el dolor persistente, especialmente si es incapacitante, debe ser evaluado por un médico lo antes posible.
Las náuseas ocasionales pueden ser el resultado de comer en exceso o de un virus estomacal pasajero, pero los ataques frecuentes de náuseas y vómitos junto con la hinchazón pueden indicar problemas digestivos más persistentes. Afecciones como ERGE (enfermedad por reflujo gastroesofágico), gastroparesia o úlcera péptica pueden estar en juego.
Además, el uso excesivo de analgésicos como ibuprofeno o aspirina puede provocar irritación gástrica, lo que causa estos síntomas. Los expertos sugieren evitar la automedicación si experimentas náuseas persistentes, ya que podría empeorar el problema subyacente. Si sientes náuseas e hinchazón con frecuencia, buscar asesoramiento médico puede ayudar a identificar y abordar la causa.
Si bien algunos eructos son normales, los eructos o eructos excesivos, especialmente después de las comidas, pueden ser un signo de un problema digestivo. Afecciones como ERGE o vaciamiento gástrico retrasado (gastroparesia) pueden provocar una acumulación excesiva de aire en el estómago, lo que causa eructos frecuentes. Si los eructos se acompañan de náuseas, acidez de estómago o dificultad para tragar, consulta a un médico.
El aumento de peso inesperado, especialmente si va acompañado de hinchazón, puede indicar retención de líquidos u otros problemas gastrointestinales. Esto podría deberse a afecciones como quistes ováricos o ascitis, que también pueden provocar una sensación de saciedad y distensión abdominal. El aumento de peso repentino, en particular en la zona abdominal, requiere atención médica, ya que puede indicar problemas de salud subyacentes, incluidos desequilibrios hormonales o incluso problemas cardíacos.
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Si experimentas distensión abdominal junto con fiebre alta, esto podría indicar una infección o inflamación, como diverticulitis o gastroenteritis. El cuerpo puede reaccionar a estas infecciones con hinchazón y dolor abdominal. La fiebre y otros síntomas similares a los de la gripe, como escalofríos o dolores corporales, son buenas razones para visitar a un médico, ya que podrían indicar una infección que requiere tratamiento inmediato.
Si los gases y la distensión abdominal están afectando tu vida diaria, existen varias medidas proactivas que puedes tomar para mejorar tu salud digestiva. Los médicos generalmente recomiendan algunos cambios en el estilo de vida para ayudar a aliviar el malestar digestivo leve y ocasional. A continuación, se incluye una breve guía:
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La mayoría de los gases y la hinchazón se pueden controlar con cambios simples en el estilo de vida. Sin embargo, si notas un cambio persistente en los síntomas o si los problemas digestivos comienzan a afectar tu vida diaria, es fundamental buscar ayuda profesional. Un proveedor de atención médica puede ayudarte a diagnosticar la causa de la hinchazón y los gases crónicos y brindarte un plan de tratamiento adaptado a tus necesidades. Recuerda que detectar los problemas a tiempo puede evitar que empeoren, así que no dudes en consultar a un médico si sientes que algo no va bien. Después de todo, tú eres quien mejor conoce tu cuerpo.