No hay nada como un asadp con la familia y los amigos. Es una gran oportunidad para disfrutar de la compañía de las personas que amamos al aire libre con una comida deliciosa. Sin embargo, antes de empezar a cocinar a la parrilla, es importante saber que hay muchos errores que puedes estar cometiendo y que ponen en peligro tu salud, ¡algunos incluso aumentan el riesgo de desarrollar cáncer! La carne contiene aminoácidos y azúcares, y al asarla a altas temperaturas, se producen moléculas llamadas aminas heterocíclicas (HCA), que son los mismos compuestos que se encuentran en el humo del cigarrillo. Se sabe que son cancerígenas, pero no todos son conscientes de este peligro al asar a la parrilla, ni de las formas en que pueden reducir su ingesta y así proteger al cuerpo del cáncer. Por eso, hemos preparado para ti la siguiente guía, en la que descubrirás los 7 errores que debes evitar al hacer un asado con tu familia.
1. Estás usando una salsa para marinar comprada en la tienda
No todas las salas para marinar son peligrosas, pero si ves azúcar o jarabe de maíz en la lista de ingredientes, debes tener cuidado. De hecho, la miel también puede ser peligrosa al asar a la parrilla, por lo que una marinada casera con miel tampoco es 100% segura. Es mejor ceñirse a salsas para marinar sin edulcorantes, por ejemplo, a base de vinagre, jugo de limón y especias, especialmente las que combaten el cáncer, como el romero, la menta, el orégano, el tomillo y la albahaca. Si aún quieres un sabor ligeramente dulce, agrega salsa teriyaki a tu salsa para marinar: un estudio realizado en el Centro de Investigación del Cáncer en Hawái descubrió que libera un 67% menos de HCA que otros edulcorantes. El mismo estudio descubrió que la cúrcuma y el ajo también pueden ayudar, reduciendo la liberación de HCA de la carne a la parrilla en un 50%. Por otro lado, la salsas para marinar con azúcares pueden triplicar la cantidad de HCA que libera la carne durante la parrilla.
2. Estás envolviendo la comida en papel de aluminio
Es fácil asar papas o pescado dentro de papel de aluminio en la barbacoa, pero también es peligroso. El aluminio puede filtrarse en los alimentos cuando se expone a altas temperaturas, como las de una barbacoa, lo que puede acelerar la demencia, como se ha demostrado en un estudio realizado en 2011. En el estudio se encontró que la filtración de aluminio en los alimentos se encontraba en niveles considerados muy peligrosos según la Organización Mundial de la Salud. En lugar de papel de aluminio, puedes utilizar una cesta para parrilla, que es una solución sencilla y perfecta al problema.
3. Estás utilizando accesorios antiadherentes que no son de teflón
Ya sea la espátula o la rejilla de la parrilla, las herramientas antiadherentes facilitan la limpieza, pero te exponen al ácido perfluorooctanoico, que se ha relacionado en estudios con el aumento de peso, problemas hormonales derivados de la glándula tiroides y envenenamiento del cerebro, el hígado, los riñones y la próstata. Si aún así quieres utilizar accesorios antiadherentes, se recomienda utilizar productos de teflón, que pueden soportar temperaturas de hasta 260 grados centígrados sin suponer un peligro. Sin embargo, ten esto en cuenta: es importante saber que tu parrilla puede superar esta temperatura, ya que la parrilla puede alcanzar hasta 290 grados Celsius cuando la parrilla está cubierta. No tengo que decirte que eso es terriblemente caliente.
4. No estás precocinando la carne
Los expertos del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos recomiendan precocinar la carne antes de asarla, lo que acorta el tiempo necesario para que la carne esté completamente cocida en la barbacoa. La precocción puede evitar que la grasa gotee sobre la parrilla, lo que a su vez reduce la cantidad de humo que se libera, que contiene hidrocarburos aromáticos policíclicos que se consideran cancerígenos y están asociados con varios problemas de salud. Si estás asando a la parrilla en tu patio trasero, puedes cocinar parcialmente la carne, no completamente, en una sartén o en el horno, y luego transferirla directamente a la parrilla para terminarla rápidamente.
5. No disfrutas lo suficiente de las verduras y frutas a la parrilla
La carne suele ser la opción predeterminada para la mayoría de las personas cuando se trata de asar a la parrilla, pero también puedes disfrutar de verduras a la parrilla sin preocuparte por las sustancias cancerígenas porque no contienen los compuestos que provocan su liberación y no gotean grasa que libera humo cancerígeno. Las posibilidades son infinitas, y es muy recomendable probar a asar piña, melocotón, melón, pera, tomate, plátano, higos y más, ¡es simplemente delicioso!
6. Estás asando la carne directamente sobre los quemadores
El problema de asar carne no es necesariamente el asado en sí, sino la alta temperatura a la que se hace. La verdad es que no hay problema en empezar con una temperatura alta, pero cuando estás a mitad de la parrilla, es mejor reducirla y girar la carne con frecuencia para evitar que se queme y libere sustancias cancerígenas, incluso cada minuto. También puedes apagar los quemadores directamente debajo de la carne y dejar encendidos solo los quemadores laterales, para que la parrilla funcione más como un horno y reduzca el riesgo de quemar la carne.
7. Te estás comiendo las partes quemadas
A algunas personas les gusta el sabor de la carne carbonizada y quemada, pero si has cocinado demasiado la carne, se recomienda "pelar" los trozos quemados, ya que son los más peligrosos para tu salud. Incluso un filete "bien hecho" se considera más peligroso que un filete a punto, por lo que siempre es mejor evitar quemar la carne y optar por un nivel de cocción relativamente bajo.
8. No estás prestando atención a la inhalación de humo
Inhalar humo de la parrilla puede ser perjudicial, especialmente durante períodos prolongados. El humo contiene varias sustancias potencialmente peligrosas, incluidos hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y, en el caso de las parrillas de carbón, monóxido de carbono. Estos pueden irritar los pulmones y potencialmente contribuir a problemas de salud a largo plazo. Para minimizar los riesgos, siempre coloca tu parrilla en un área al aire libre bien ventilada y trata de evitar pararte directamente sobre la parrilla o en el camino del humo mientras cocinas. Presta atención a la dirección del viento y colócate contra el viento cuando sea posible.
Además, puedes reducir la producción de humo utilizando carnes magras, manteniendo tu parrilla limpia y usando una bandeja de goteo para recoger la grasa y los jugos. Si vas a asar a la parrilla durante períodos prolongados, considera usar utensilios con mangos largos para mantener la distancia del humo y ten cuidado con el humo que ingresa a tu hogar a través de ventanas o puertas abiertas.
9. No está usando un termómetro para carne
Confiar solo en señales visuales ("calcularlo a ojo") o en el tiempo puedes hacer que la carne quede poco cocida, lo que presenta riesgos para la salud, o demasiado cocida, que puede contener compuestos aún más dañinos, como hemos comentado. Utiliza siempre un termómetro para carne confiable para asegurarte de que tu comida alcance temperaturas internas seguras sin cocinarse demasiado.