Un matrimonio feliz requiere compromiso y dedicación de ambos cónyuges, pero la vida matrimonial no existe en el vacío. También está la carrera, los hijos, las obligaciones económicas y las relaciones con otros familiares y amigos, y todos ellos pueden afectar el equilibrio creado en la relación de pareja. Entonces, ¿cómo se salva un matrimonio cuando ya parece que se va a desmoronar? Hoy conocerás 8 consejos de expertos y consejeros de pareja, así como algunos casos en los que debes dejar ir y poner fin a este capítulo de tu vida. Es posible que ya conozcas algunas de ellas, pero como con cualquier otra cosa, recordar todas estas cosas y hacer tu mejor esfuerzo es lo que realmente hace que las cosas sucedan.
8 consejos para salvar tu matrimonio
Antes de comenzar, conviene tener en cuenta una cosa importante: tu cónyuge debe ser un socio en este proceso, porque no será posible sin su conciencia y el esfuerzo de su parte. Aquí hay algunas cosas para tomar en cuenta:
- Ambos entienden que hay un problema en la relación.
- Ambos comprenden que cada uno tiene su propio papel en el problema.
- Ambos mantienen un cierto nivel de respeto y amor mutuo y evitan que la relación se convierta en una en la que uno abuse del otro.
- Pasan más momentos buenos que malos el uno con el otro.
- Ambos están dispuestos a hacer el esfuerzo necesario para salvar el matrimonio.
1. Trabajar la intimidad para crear una conexión física y emocional más profunda
Nuestras vidas están ocupadas y todos estamos ocupados, y es muy fácil caer en cierta rutina y olvidarnos de estar atentos a las necesidades de nuestro cónyuge. Sin embargo, la intimidad en el matrimonio es necesaria para mantener una relación sana. Piensa en cosas que puedan hacer que tu vida sexual sea más interesante y excitante. Una vida sexual saludable es una de las claves para un matrimonio exitoso, y las parejas exitosas suelen hacer un esfuerzo por mantenerla.
2. Hablar entre ustedes con frecuencia, de forma eficaz y con intención consciente
La comunicación también es una clave importante para el éxito de un matrimonio, y la mayoría de las parejas simplemente necesitan trabajar en su comunicación. Este es uno de los elementos necesarios para una relación profunda y duradera, y no faltan guías que te ayudarán a comprender qué puedes estar haciendo mal y cómo mejorar la comunicación entre ustedes.
Puedes comenzar hablando abiertamente con tu pareja sobre tus intereses, sueños, metas y sentimientos, o simplemente sobre lo que te frustra, pero no olvides que comunicación no es sólo hablar, sino también escuchar. Además, anima a tus parejas a que compartan contigo todo lo que dudan en contarle a otras personas: están ahí el uno para el otro, entre otras cosas, para tener una persona en tu vida a quien puedas contarle todo y saber que siempre te amará y te apoyará.
3. Asegúrate de pasar tiempo de calidad juntos
Trata de identificar si el tiempo que pasan juntos es realmente de alta calidad y si pasan suficiente tiempo juntos. Una de las peores cosas que puede hacerle a su relación es olvidarse de estar juntos, así que no permitan que su vida ocupada les haga olvidar salir juntos por las noches o simplemente hacer ciertas cosas juntos. Recuerda que se casaron para vivir juntos y lograr juntos sus ambiciones. Incluso si su tiempo es limitado, siempre pueden dedicarse una noche a la semana y darle prioridad a su relación sobre otras cosas. Incluso podría ser simplemente ver una película o una serie juntos en el sofá, algo que puedan hacer los dos juntos.
4. Sean indulgentes y no guarden rencor unos a otros
El perdón es una solución que ayuda a solucionar muchos problemas en los matrimonios que enfrentan el fracaso, y dejar ir el resentimiento sólo provocará más peleas. El perdón tiene mucho poder, especialmente si lo usas rápidamente y no esperas demasiado, y es un regalo que le das no sólo a tu cónyuge, sino también a ti mismo. El resentimiento, por otro lado, te devorará por dentro, te quitará muchos recursos que puedes dedicar a cosas más importantes, incluida tu relación, y te robará energía y salud, estarás mejor sin eso.
5. No intentes siempre tener el control
Las parejas en matrimonios sanos se respetan mutuamente y no intentan exigirse mutuamente que hagan las cosas a su manera. Toda relación exitosa se basa en la idea de dar y recibir, lo que permite que cada uno tenga el espacio que necesita para ser la persona que quiere y necesita ser. Si eres demasiado mandón, harás infeliz a tu pareja, lo que en última instancia sólo dañará tu relación y tu matrimonio.
6. Reavivar el romance y la pasión
Le sucede a todo el mundo: la pasión que había al principio de la relación se apaga lentamente, por eso es importante mantener la llama encendida. Sorprende a tu pareja con una cita espontánea, déjense cartas de amor o simplemente recuerden juntos los días en que eran más jóvenes. Estos pequeños gestos mantendrán encendida la llama de la pasión y el romance y les recordarán a ambos por qué se enamoraron el uno del otro en primer lugar.
7. Fíjense objetivos comunes para el futuro
Una relación sólida se basa en metas y sueños compartidos por ambos. Siéntate con tu pareja y habla sobre tus objetivos, ya sean relacionados con las finanzas, la familia, la carrera o el desarrollo personal. Al establecer objetivos comunes, pueden fortalecer la relación que existe entre ustedes y asegurarse de que ambos avancen en la misma dirección, algo que es muy importante en una relación sana y duradera.
8. Considera buscar asesoramiento profesional
Si ambos quieren salvar el matrimonio y están haciendo los esfuerzos necesarios, pero aún sienten que algo no funciona y que no pueden dejar de pensar en el divorcio, es momento de buscar un consejero matrimonial que los ayude a entender lo que están haciendo mal y cómo mejorar la situación. A veces, todo lo que necesitas es la perspectiva externa de un profesional que les dé buenos consejos sobre cosas que quizás no hayas considerado o pensado.
¿Cómo sabes que vale la pena salvar el matrimonio?
Un matrimonio que tiene un determinado problema no es necesariamente un matrimonio fallido, e incluso las parejas más exitosas pueden encontrar dificultades en un momento u otro. Generalmente es posible resolver los problemas si ambos cónyuges están dispuestos a mejorar su vida juntos, pero sin embargo, hay algunos casos que demuestran que la separación y el divorcio pueden ser la solución requerida, y aquí hay algunos ejemplos.
1. Infidelidad
Hay muy pocas cosas que pueden hacer que tu pareja se sienta irrespetada al nivel al que conduce el engaño. Una aventura no es tan rara y los estudios muestran que entre el 10 y el 15% de las mujeres y entre el 20 y el 25% de los hombres han sido infieles en una relación. Muchas parejas superan un incidente así, pero el efecto de la traición puede durar mucho tiempo y nublar la relación, especialmente si no se trata con la ayuda de terapia de pareja. En la mayoría de los casos es muy difícil perdonar la infidelidad, y la mayoría de parejas se divorcian por ello.
2. Abuso
Todo matrimonio discutirá en algún momento, a veces en tonos excesivamente altos o de forma muy ofensiva. Esto es normal para dos personas que han estado viviendo juntas durante mucho tiempo, pero en el matrimonio no hay lugar para la violencia física o emocional, y si entran en escena no hay forma de justificarla.
3. Negligencia
La negligencia persistente puede ser tan horrible como el abuso físico y, en realidad, es una forma de abuso mental. Si tu cónyuge no te presta atención y ni siquiera tiene conversaciones regulares contigo, necesitas reevaluar tu matrimonio y preguntarse si es saludable para ti.
4. Control
Todos tenemos la necesidad y el deseo de expresarnos, fijarnos metas personales y sentir que somos personas únicas con nuestros propios sueños y logros en la vida. Si uno de los miembros de la pareja está siempre diciéndole al otro lo que debe hacer o pensar y lo que no debe hacer o pensar, esto es señal de un problema, y si no desaparece, se debe considerar el divorcio para obtener la libertad que te mereces.
Algunas palabras para concluir
Para salvar el matrimonio se requiere un esfuerzo conjunto de ambos cónyuges y no se puede lograr solo. El problema debe identificarse y abordarse en consecuencia, y no siempre es tan difícil como podrías pensar, en la mayoría de los casos solo requiere que se dediquen más tiempo y atención unos a otros. Sin embargo, hay ocasiones en las que el esfuerzo no merece la pena, ya que la relación sólo hace mal y saca a relucir lados negativos de ambas partes. Puede buscar asesoramiento si ambos están dispuestos a reconocer su papel en el problema y afrontarlo juntos, o deciden que esta relación no es la correcta y se divorcian.