La intimidad son temas que a menudo se pasan por alto en relación con los adultos mayores, debido a la idea errónea de que a medida que las personas envejecen, su interés en estos aspectos disminuye. Como resultado, las personas mayores que expresan ese interés tienden a enfrentar etiquetas despectivas y la desaprobación social.
En realidad, la edad no debería ser una barrera para abrazar la propia sexualidad. A pesar de los cambios físicos y los numerosos problemas de salud asociados con el envejecimiento, las personas mayores todavía desean tener relaciones íntimas.
El envejecimiento también trae consigo cambios físicos que pueden afectar la función y el disfrute de una persona mayor. Pero el envejecimiento no señala el final de su viaje sexual; de hecho, muchas personas mayores siguen disfrutando de una vida sexual activa. Una investigación citada en Archives of Sexual Behavior sugiere que el 54 por ciento de los hombres de 70 años o más permanecen sexualmente activos. La clave está en adaptar tu mentalidad y expectativas.
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Para revitalizar o mejorar tu salud sexual, debes estar dispuesto a probar nuevas formas y buscar ayuda de un experto si es necesario. Con el conocimiento adecuado y un entorno de apoyo, puedes aceptar los cambios naturales que acompañan al envejecimiento y transformar tus últimos años en una época emocionante en la que descubrir los aspectos emocionales y sensuales de tu sexualidad.
En este artículo, discutiremos cómo recuperar la sexualidad incluso después de los 60 años.
Si bien la edad puede limitar la actividad sexual, no disminuye la intimidad compartida entre las parejas. Al mantener vínculos íntimos con tu ser querido, ya sea a través de experiencias mutuas o de forma física, como abrazos o intimidad sexual, puede mejorar la calidad de tu relación.
Además, mantener una vida sexual saludable tiene varios beneficios para las personas mayores. Tener relaciones sexuales frecuentes:
La comunicación abierta con sus parejas puede ayudar a las personas mayores a abordar sus preocupaciones sexuales, aunque esto suele ser más difícil de lo esperado. Los sentimientos de timidez y actitud defensiva pueden crear barreras para una comunicación efectiva, lo que resulta en la evitación del tema. Buscar ayuda de un tercero, como un consejero o terapeuta, puede permitir discusiones constructivas sobre sexo y, en última instancia, conducir a una resolución.
La confianza y la independencia que conlleva la edad pueden resultar increíblemente atractivas para tu cónyuge. Independientemente de tu género, es posible que encuentres una nueva comodidad en tu cuerpo a los 62 o 72 años en comparación con tu juventud. Además, es probable que hayas adquirido una visión más profunda de tus deseos y fuentes de alegría. Tu gran experiencia y seguridad en ti mismo pueden infundir vitalidad a tu vida íntima, lo que puede generar entusiasmo y satisfacción tanto para ti como para tu pareja.
Tener menos hormonas a medida que envejeces puede hacer que alcanzar el orgasmo sea más difícil, por lo que es posible que no llegues a la meta con tanta facilidad como antes. Sin embargo, adoptar una visión más holística de la intimidad puede enriquecer nuestras experiencias sensuales. En lugar de obsesionarte con llegar a un punto final específico, prioriza el disfrute del viaje en sí.
Según los expertos, el sexo se vuelve más satisfactorio cuando no se centra únicamente en objetivos. Podemos mejorar la intimidad del momento abrazando las sensaciones y permitiéndonos experimentar plenamente el placer. Eliminar la presión de ver el sexo exclusivamente a través del lente del coito es liberador. En cambio, explorar vías alternativas de placer y sensación puede conducir a una conexión más profunda y quizás a orgasmos incluso más satisfactorios que los que podrían implicar las nociones tradicionales de "sexo real".
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La sensualidad va mucho más allá del coito e incluye una amplia gama de experiencias que aumentan el placer y mejoran la conexión. Explora el tacto sensual, los masajes y los gestos sensitivos para descubrir nuevas formas de conectarte con tu pareja. Involucra todos tus sentidos para crear una experiencia inmersiva y satisfactoria que fortalezca el vínculo en tu relación.
Los hombres con sobrepeso u obesidad tienen más probabilidades de tener hipertensión, colesterol alto y diabetes. Estos problemas de salud están estrechamente relacionados con las complicaciones cardiovasculares, que pueden agravar la disfunción eréctil (DE). Priorizar el control del peso mediante una actividad física constante y una dieta equilibrada disminuye significativamente la probabilidad de desarrollar estas afecciones.
Perder kilos de más puede mejorar la salud general, aumentar los niveles de energía, promover la confianza en uno mismo y mejorar la movilidad, todo lo cual puede conducir a una vida sexual más significativa y placentera para las personas mayores.
Incluso los ajustes menores pueden afectar significativamente tus experiencias sexuales. Considera la posibilidad de tener intimidad cuando te sientas más vigorizado, como por la mañana después de una buena noche de sueño. En el caso de los hombres mayores, la excitación puede tardar más en alcanzarse, lo que requiere un enfoque cuidadoso para establecer el tono y asignarles el tiempo adecuado para los juegos previos. Recuerda valorar los gestos íntimos, como caricias tiernas y besos apasionados, ya que desempeñan un papel importante a la hora de fomentar la cercanía y la excitación.
La vida más allá de los 60 se trata de exploración y autodescubrimiento. Aprovecha la oportunidad de probar cosas nuevas y aborda tu sexualidad con la mente abierta. Ya sea que estés probando nuevas posiciones, leyendo literatura erótica o introduciendo juguetes sexuales en tu juego, sé aventurero y abierto a nuevas experiencias que ofrecerán deleite y emoción a tu vida sexual.
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Este es un problema común entre las mujeres mayores, las investigaciones indican que el 34 por ciento de las mujeres de entre 57 y 59 años experimentan molestias durante las relaciones sexuales. Para aliviar este malestar, utiliza opciones de venta libre tanto antes como durante la actividad sexual. Las opciones incluyen lubricantes a base de agua o alternativas a base de aceite como aceite de oliva, coco o aceite para bebés. Además, considera incluir humectantes de venta libre en tu rutina varias veces por semana, incluso si no hay actividad sexual.
Evita las comidas copiosas, ya que pueden provocar un coma alimentario. Los alimentos ricos en carbohidratos, grasas y azúcares pueden indicarle rápidamente a tu cerebro que disminuya la velocidad a medida que llegan al estómago, lo que quizás provoque somnolencia. Además, el consumo excesivo de alcohol puede embotar los sentidos y reducir la excitación sexual. Recuerda mantenerte hidratado y usar el baño previamente para evitar interrupciones en los momentos íntimos.
Fuentes: Mayo Clinic, Cleveland Clinic Health Essentials, hims, AARP