Las ampollas son una condición desagradable y antiestética causada por la acumulación de líquido debajo de la superficie de la piel. Por lo general, surgen de la fricción o del calor inducido por quemaduras y se encuentran con mayor frecuencia en las áreas del pie sujetas a fricción, como los dedos, el talón, la parte anterior del pie o la planta del pie.
La incomodidad y el dolor que causan pueden impactar significativamente en nuestra vida diaria, convirtiendo cada paso en un doloroso recordatorio de nuestra elección de calzado. Sin embargo, sufrir ampollas no significa que tengas que sacrificar el estilo o soportar el dolor. Afortunadamente, los podólogos y cirujanos ortopédicos recomiendan métodos probados que pueden hacernos la vida más fácil. Estos son algunos de sus mejores consejos para hacer que tus zapatos sean más cómodos si tienes ampollas.
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Una de las formas más efectivas de tratar una ampolla en casa, según los podólogos, es sumergir los pies en un baño calmante para pies con agua salada. Adicionalmente, recomiendan aplicar un antiséptico y un apósito estéril para aliviar las molestias al calzarse. Los expertos también desaconsejan reventar la ampolla, ya que la expone al riesgo de infección. En su lugar, es recomendable dejar que la ampolla se cure de forma natural y eventualmente se caiga.
Los podólogos enfatizan que los signos de infección incluyen calor, hinchazón, dolor excesivo y olor.
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Alivia el dolor de ampollas causado por los zapatos de cuero masajeando los bordes del zapato con aceites de masaje como aceite de pata de buey, aceite de visón, aceite de coco o aceite de oliva. Los zapatos se volverán más suaves, menos abrasivos y menos propensos a causar irritación con la aplicación regular durante unos días. Si eres escéptico sobre el efecto de los aceites específicos en la apariencia o la vida útil del zapato, puedes elegir un acondicionador de cuero como sustituto del aceite.
Para evitar la exacerbación de una ampolla, debes evitar actividades que puedan causar un daño adicional. Aquí es donde las plantillas especiales son útiles. El uso de plantillas especialmente diseñadas puede brindarle a tus pies mayor comodidad y protección.
Estas plantillas no solo brindan un acolchado adicional, sino que también ayudan a distribuir uniformemente la presión en el pie. Los expertos en salud de los pies sugieren que al dispersar y separar la presión, puede reducir la probabilidad de desarrollar ampollas en áreas de alta presión.
Los calcetines antiampollas pueden aliviar la incomodidad posterior a la ampolla y evitar daños adicionales en el pie. Estos calcetines, fabricados con telas especializadas, están diseñados para minimizar la humedad y la fricción, lo que reduce la probabilidad de ampollas en comparación con los calcetines de algodón.
Considera calcetines hechos de lana, cáñamo o bambú, conocidos por sus propiedades para absorber la humedad. Estos tipos de calcetines regulan eficazmente la temperatura del pie, eliminan la humedad y minimizan las posibilidades de desarrollar ampollas. Además, los calcetines modernos ahora ofrecen acolchado adicional en las áreas del talón, el arco y los dedos.
Si no tienes acceso a calcetines antiampollas, existen formas alternativas de experimentar sus ventajas, como usar dos calcetines de algodón juntos. Esta técnica no solo ofrece acolchado y protección adicionales, sino que también ayuda con la absorción de humedad y la reducción de la fricción.
Solo ten cuidado de verificar si tus zapatos pueden acomodar la tela adicional cuando uses este método. Después de todo, no quieres zapatos que de repente te queden demasiado apretados, se compriman y provoquen ampollas.
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Cuando tienes ampollas en los pies, elegir el calzado correcto puede tener un impacto tremendo en su comodidad, aconseja L.S. Wang, MBBS, cirujano ortopédico. Un buen par de zapatos debe proporcionar suficiente espacio para evitar la irritación de las ampollas, pero debe ser lo suficientemente ajustado para evitar el roce y el desarrollo de nuevas ampollas.
Cuando los zapatos son demasiado ajustados o demasiado anchos, pueden crear fricción que da como resultado ampollas. Para reducir el riesgo y prevenir el deterioro de las ampollas, es recomendable usar zapatos que te queden bien y que brinden una protección ideal para las ampollas y los pies.
Los ortopédicos sugieren que te abstengas de esforzarte para soportar el dolor, ya que esto podría hacer que la ampolla se reviente y se infecte. La mejor solución sería cambiar de calzado, pero si eso no es posible, intenta cambiar la parte del calzado que está causando fricción.
Tienes varias opciones a tu disposición si deseas proteger las ampollas contra elementos que causan fricción en las paredes interiores de tus zapatos u otras partes de tu calzado. Banditas, vendajes y almohadillas para ampollas se adhieren a la piel alrededor de la ampolla para crear una barrera eficaz.
Cuando tu ampolla se haya curado casi por completo, los especialistas en podología sugieren utilizar productos antifricción como cremas, bálsamos o barritas antifricción. Estos pueden proteger eficazmente tu piel contra la fricción causada por tus zapatos.