Participar en actividad física regular es una parte integral de llevar un estilo de vida saludable. Junto con sus numerosos beneficios físicos, el ejercicio también contribuye a una sensación general de bienestar y un estado de ánimo positivo. Sin embargo, si experimentas molestias previas al entrenamiento, como dolor de cabeza, puedes sentirte tentado a tomar una tableta analgésica antes de ir al gimnasio.
Es importante tener en cuenta que depender de la medicación antes del ejercicio puede tener repercusiones peligrosas. Ciertos medicamentos pueden tener un impacto negativo en tu rendimiento físico, impidiéndote alcanzar sus objetivos de acondicionamiento físico. En este artículo, discutiremos qué medicamentos comunes evitar y cómo hacer ejercicio de manera responsable mientras tomas medicamentos.
Los analgésicos son un tipo de medicamento que se utiliza para aliviar el dolor y reducir la fiebre. El paracetamol (conocido como paracetamol, dexamol, abrolt, etc.) es un tipo, mientras que el ibuprofeno (conocido como norofen, advil, adex, etc.) se usa para aliviar el dolor.
Tomar analgésicos en exceso puede ser peligroso, ya que puede indicar daño en los tejidos. Por ejemplo, si tienes un esguince de tobillo y dependes en gran medida de los analgésicos para aliviar el dolor, corres el riesgo de volver a lesionarte el tobillo, ya que es posible que el esguince no sane correctamente y solo estás tratando el síntoma en lugar del problema.
Existen múltiples preocupaciones cuando se toman medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) mientras se hace ejercicio. Los principales efectos secundarios están relacionados con el sistema digestivo y los riñones, lo que puede afectar negativamente a los deportistas. Estos medicamentos provocan retención de líquidos, lo que es perjudicial para los riñones y añade tensión al sistema cardiovascular.
Otra preocupación es que los AINE pueden aumentar el riesgo de problemas gastrointestinales, como irritación estomacal, úlceras o sangrado. El ejercicio extenuante ya puede ejercer presión sobre el sistema gastrointestinal, y el uso de AINE puede exacerbar este problema. Además, los AINE pueden interactuar con otros medicamentos, como los anticoagulantes, lo que aumenta el riesgo de complicaciones hemorrágicas. También pueden tener un impacto en la salud cardiovascular, especialmente cuando se usan en dosis altas o durante períodos prolongados.
Los diuréticos, también conocidos como diuréticos, son medicamentos que ayudan a reducir el exceso de líquido en el cuerpo al aumentar la producción de orina. Por lo general, se recetan para tratar afecciones como presión arterial alta, insuficiencia cardíaca y edema. Si bien los diuréticos pueden ser útiles para controlar estas afecciones, también pueden tener un impacto en la actividad física.
Un efecto secundario potencial de los diuréticos es la deshidratación, que puede ocurrir debido al aumento de la producción de orina. La deshidratación puede conducir a una disminución en el rendimiento del ejercicio, ya que puede causar fatiga, mareos y calambres musculares. También puede aumentar el riesgo de agotamiento por calor o insolación durante el ejercicio, especialmente en condiciones de calor y humedad.
Los diuréticos también pueden causar un desequilibrio de electrolitos en el cuerpo, particularmente una pérdida de potasio, que es un mineral importante para la función muscular y nerviosa. Esto puede provocar debilidad muscular, calambres o latidos cardíacos irregulares. Es importante controlar sus niveles de potasio mientras tomas diuréticos y consumir alimentos ricos en potasio como plátanos, batatas y verduras de hoja verde.
¿Qué hacer?
Las personas que toman diuréticos deben consultar a su proveedor de atención médica antes de comenzar un nuevo programa de ejercicios o aumentar significativamente la intensidad de su rutina de ejercicios actual. El proveedor de atención médica puede recomendar ajustes en la dosis del medicamento o sugerir medicamentos alternativos que tengan menos probabilidades de interferir con el ejercicio. También puede ayudarte a desarrollar un plan de ejercicio seguro y eficaz que tenga en cuenta las posibles limitaciones o precauciones relacionadas con el uso de diuréticos.
Es importante mantenerte bien hidratado y reponer los electrolitos perdidos durante el ejercicio, especialmente cuando se toman diuréticos. Beber agua y bebidas deportivas, y consumir alimentos ricos en potasio, puede ayudarte a prevenir la deshidratación y mantener el equilibrio de electrolitos.
Se han desarrollado antihistamínicos más nuevos con menos efectos secundarios, que ahora están ampliamente disponibles en las farmacias. Estos antihistamínicos más nuevos, como la loratadina, la fexofenadina y la cetirizina, son ideales para las personas que desean tratar sus síntomas de alergia sin sentirse somnolientas o fatigadas.
Alternativamente, si prefieres evitar los medicamentos por completo, tomarte un tiempo lejos de la fuente de alérgenos puede ayudarte a recuperarse y reanudar tus entrenamientos regulares.
Es importante tener en cuenta que es muy recomendable buscar el consejo de tu médico antes de modificar tu medicación. Tu médico conoce muy bien tu estado de salud y puede brindarte la mejor orientación sobre las opciones disponibles. Por lo tanto, consultar a tu médico debe ser tu máxima prioridad.