Todos esperamos que todos los que tienen un coche y lo conducen a diario conozcan las normas de circulación y la importancia de aspectos como el mantenimiento del coche y la seguridad vial. Sin embargo, este campo es tan amplio que, incluso después de décadas al volante, todavía hay muchos conductores, incluso experimentados, que no conocen todos los pequeños matices y trucos que les harán la vida más fácil. Por ello, te recomendamos que eches un vistazo a los siguientes 8 consejos que pueden garantizarte un viaje agradable y seguro y una mente tranquila y libre de preocupaciones.
Para minimizar las "zonas muertas", es decir, las zonas de la carretera que no puedes ver por los retrovisores laterales mientras conduces, debes ajustar los retrovisores laterales de forma que no puedas ver tu coche en ellos, y el retrovisor de forma que veas laventanilla trasera en su totalidad. Al ajustar los retrovisores, debes estar sentado en el asiento del conductor en tu posición habitual de conducción.
Para asegurarse de que los has ajustado correctamente, puedes utilizar el siguiente método: Coloca tu coche unos metros delante de un coche aparcado en paralelo a la acera, da marcha atrás hasta que pases el coche aparcado. Durante todo el trayecto hacia atrás debes ver el coche aparcado en el retrovisor hasta que lo pases y puedas verlo a través de tu visión periférica; así te aseguras de que no hay "puntos muertos" en tus retrovisores.
Si quieres evitar que tus neumáticos se desgasten, que te desplaces sobre todo tipo de baches en la carretera o que te rayes las llantas al aparcar en la acera, debes aprender a sentir en todo momento dónde están tus ruedas en la carretera.
Para ayudarte a entender esto y desarrollar tu sentido, haz algo muy sencillo: coge una botella de plástico vacía, aplástala con los pies y ponla en la calle delante de tu vehículo. Ahora sube a tu coche, pasa por encima de la botella, primero con la rueda delantera izquierda y luego con la derecha: abre la ventanilla, fíjate en el ruido que hace la botella en cuanto se monta el coche y aprende poco a poco la posición exacta de tus ruedas.
Aparcar no es fácil para todo el mundo, pero si conoces los métodos correctos para aparcar con los retrovisores y el parabrisas, te resultará mucho más fácil. Si vas a aparcar en perpendicular, conduce hacia delante en la plaza de aparcamiento hasta que veas los bordillos justo debajo de tu espejo retrovisor - así te aseguras de que el espacio entre tu vehículo y la acera es el menor posible y también evitas rayar tu parachoques.
Cuando aparques en paralelo -lo que para la mayoría de nosotros es un poco más complicado- pega un trozo de cinta adhesiva de color en el centro de la parte exterior de tu parabrisas. Deténte cuando la cinta coincida con la línea de la acera.
En los meses lluviosos de invierno, es habitual ver enormes charcos de agua en medio de la calle y la carretera. Incluso ante los charcos más pequeños, es mejor que reduzcas la velocidad y los atravieses sin maniobrar a su alrededor ni acelerar. Si aceleras, existe la posibilidad de que el agua entre en tu encendido y haga que tu coche se pare. También puedes empezar a hidroplanear, que es cuando un coche pierde la tracción y empieza a deslizarse sin control.
Aunque hayas pasado por un charco grande, no cambies de velocidad ni apagues el vehículo antes de secar las pastillas de freno. Pon tu coche en el aparcamiento, pisa el acelerador y el freno varias veces, y la fricción resultante de esta acción generará calor que hará que el agua se evapore.
Este consejo no es especialmente técnico, pero tiene que ver con una clara y sencilla inteligencia callejera: mientras conduces y mantienes la vista en la carretera, es importante que te fijes en lo que ocurre con el vehículo que te precede, pero también te fijes en lo que hacen los coches más altos.
Piénsalo así: como estos coches son más altos, los conductores de estos vehículos ven la carretera con más claridad que otros conductores, así que si notas que cambian de carril, por ejemplo, podría ser una señal de que han visto un accidente más adelante u otro coche bloqueando un carril. Así que no pierdas de vista a estos coches.
Este consejo es para los días fríos en los que las temperaturas -sobre todo a primera hora de la mañana- son especialmente bajas y el motor tiene dificultades para calentarse, despertarse y funcionar. Es importante recordar que en esos días, si tu coche no se enciende a la primera, no significa necesariamente que haya un problema o que la batería de tu coche esté agotada, así que no pierdas la esperanza e intenta primero encender las luces largas, la radio o los intermitentes. Deja que funcionen un poco para calentar la batería y después de unos minutos intenta arrancar el motor de nuevo.
Aunque es una opción desde hace muchos años, no todos los conductores saben que el espejo retrovisor tiene dos modos: el modo diurno -su posición normal- y el modo nocturno, que inclina el espejo hacia abajo para ayudarte a evitar ser cegado por los coches que vienen detrás. Lo único que hay que hacer para cambiar al modo nocturno es tirar de la palanca situada bajo el espejo.
En este caso, nos referimos a una situación en la que llegas a una intersección con la intención de girar a la izquierda, y empiezas a girar el volante hacia la izquierda incluso antes de iniciar el giro en sí. Debes saber que puede ser una posición especialmente peligrosa para poner tu coche, ya que si otro coche le golpea por detrás puede salir despedido hacia el carril siguiente. Por lo tanto, deja el volante recto hasta que empieces realmente a girar.