El cáncer, así como el ADN y el genoma humanos, han estado en constante investigación. Los investigadores siguen descubriendo nuevos tipos raros de cáncer, pero al mismo ritmo desarrollan nuevos y eficaces tratamientos, y para algunos cánceres incluso vacunas. Aunque algunos cánceres siguen siendo letales, para muchos, el diagnóstico ya no significa una sentencia de muerte. En este artículo, se discutirá lo que hemos aprendido sobre el cáncer del reino animal.
1. Hay tipos de cáncer contagiosos
Las almejas, los berberechos, los mejillones y otros moluscos marinos pueden contraer un tipo de cáncer infeccioso llamado neoplasia por el agua de mar en la que viven. Las células de la enfermedad fluyen libremente por el agua e infectan a los moluscos a través de sus alimentadores filtrantes. A diferencia de la leucemia, esta enfermedad no está causada por cambios en el ADN de un individuo. Las células cancerosas se instalan en el nuevo huésped, se dividen y se multiplican, pero aún se desconoce cómo sobreviven. La enfermedad hace que el fluido circulatorio se espese y obstruya el tejido, lo que finalmente conduce a la muerte inevitable.
No es el único tipo de cáncer transmisible en el reino animal. Aparte de la neoplasia, hay otros cuatro tipos de cánceres transmisibles que puede padecer un molusco, pero la neoplasia es el más común.
2. Los demonios de Tasmania casi se extinguieron debido al cáncer.
Hay dos tipos diferentes de cáncer transmisible que afectan a la población de diablos de Tasmania. Ambos son tumores faciales, que se transmiten cuando los diablos se muerden entre sí. Considerada una especie agresiva, su comportamiento ha hecho que la enfermedad se extienda rápidamente. Tanto, que ha empujado a su población hacia la extinción en los últimos 20 años.
La enfermedad del tumor facial del diablo se descubrió por primera vez en el noreste de Tasmania en 1996, y desde entonces se ha extendido por el 95% del área de distribución de la especie, pero ahora los científicos están descubriendo que el sistema inmunitario de los animales se ha modificado para luchar contra esta enfermedad por medio de la selección natural.
El cáncer nunca se ha transmitido de los animales a los humanos. Tampoco se ha transmitido nunca a los humanos, salvo en casos extremadamente raros: durante un trasplante de órganos, un tratamiento experimental y un accidente quirúrgico, como afirma el Instituto Sanger.
3. La evolución hizo que las ballenas fueran inmunes al cáncer.
Al igual que los demonios de Tasmania están evolucionando gradualmente para poder combatir el cáncer, las ballenas de Groenlandia también han evolucionado para ser inmunes al cáncer.
Las ballenas de Groenlandia son uno de los mamíferos más grandes de la Tierra, con una longitud de hasta 65 pies y un peso de más de 100 toneladas. Tienen 1.000 veces más células en su cuerpo que nosotros, un cálculo de 3,7 cuatrillones de células. El hecho de tener tantas células debe suponer un riesgo de cáncer aún mayor que el de los humanos, unas 1000 veces más, ¿no? Pero las ballenas de Groenlandia son aparentemente inmunes al cáncer.
Son el ejemplo perfecto de lo que se llama la paradoja de Peto: la falta de correlación entre el tamaño del cuerpo y el riesgo de cáncer. Una posible solución a esta paradoja, según se desprende de una investigación de 2017, es la evolución. La investigación sugiere que "la supresión superhumana del cáncer ha evolucionado" para hacer que estas ballenas sean esencialmente inmunes al cáncer.
Los elefantes, al igual que las ballenas, están formados por muchas células y tienen una larga vida, pero al igual que las ballenas de Groenlandia, también demuestran una notable inmunidad al cáncer.
Mientras que los investigadores siguen especulando sobre lo que hace que las ballenas sean inmunes al cáncer, el secreto de la inmunidad de los elefantes está a la vista. Tienen 20 copias de un gen supresor de tumores, llamado Guardián del Genoma.
Los humanos también tienen ese gen, pero nosotros sólo tenemos una copia, que está mutada en el 50% de los cánceres. Los elefantes tienen todo un ejército de ese gen, y por eso pueden manejar el cáncer con mucha más eficacia que nosotros.
Así es como funciona este gen: altera el metabolismo de una célula de forma que afecta a su identidad. Es decir, si se restablece este gen en un tumor, éste no desaparecerá, sino que volverá a un estado precanceroso. Los científicos todavía están en la búsqueda de la forma correcta de hacerlo.
5. Las ratas topo desnudas son resistentes al cáncer.
Las ratas rara vez tienen cáncer. Las raras veces que lo hacen, casi siempre sobreviven. Las ratas topo ciegas tienen un mecanismo de protección que elimina toda la zona circundante de células cancerosas, lo que potencialmente mata el cáncer. La forma en que sus células se dividen también es potencialmente inmune al cáncer; sus células se reproducen de una manera diferente a la de la mayoría de los mamíferos.
Intentaremos explicarlo de forma simplificada: la mayoría de los tejidos de los mamíferos están formados por células que se disponen muy juntas para crear una fuerte barrera. Entre cada célula, hay un relleno viscoso llamado ácido hialurónico.
Pero los tejidos de las ratas topo desnudas no son nada de eso. Sus células no se multiplican tanto como las nuestras. Están dispuestas mucho más separadas, por lo que hay mucho más relleno entre ellas. Este relleno es también mucho más viscoso que el nuestro, lo que dificulta la división y propagación de las células cancerosas en el cuerpo de los roedores.
¿Todavía es demasiado desconcertante? Aquí tienes otra explicación:
El melanoma de la mucosa es una de las formas más raras de cáncer de piel, ya que sólo representa el 1% de los diagnósticos. Como su nombre indica, se produce en zonas del cuerpo recubiertas de mucosas, como la nariz, la boca, los senos paranasales y los genitales, zonas que no ven el sol, lo que dificulta su diagnóstico.
Con tan sólo 700 casos diagnosticados al año en EE.UU., todavía no se ha investigado lo suficiente sobre él, por lo que la causa del melanoma de las mucosas sigue siendo desconocida.
Lo que sí saben los investigadores es que este tipo de cáncer no es exclusivo de los humanos. Se observa en todas las especies de mamíferos, incluidos los perros y los caballos. Los estudios han demostrado que un puñado de genes que mutan en esta forma de cáncer se repiten también en perros y caballos. Esta información puede ayudar a acotar las dianas de los nuevos fármacos, así como a seguir investigando.
