¿Te resulta familiar buscar el teléfono, las llaves del coche, el paraguas o la cartera mientras llega tarde a una cita? Pocas cosas son más molestas que eso, pero este inconveniente concreto también se puede salvar fácilmente con un simple hábito. Coloca un pequeño plato o bandeja decorativa cerca de la entrada y guarda allí todas las cosas mencionadas anteriormente.
También puedes colocar un bonito organizador de llaves o un simple gancho para el bolso y otros objetos esenciales cerca de la entrada. Puede que te cueste un poco adaptarte, pero en cuestión de semanas, te enseñarás a dejar las llaves, los auriculares, el bolso, el DNI y otras necesidades para llevar en ese lugar designado, y no tendrás que buscarlos nunca más.
2. Limpia la cocina antes de acostarte
No hay nada que dé más ganas de saltarse el desayuno que despertarse con una cocina desordenada. Todos esos platos sucios en el fregadero, las migas por toda la encimera y las cajas de comida semivacías esparcidas por toda la cocina pueden dar mucha hambre. Por eso, te recomendamos encarecidamente que te tomes esos 10 minutos de la noche para organizar un poco tu cocina.
No es necesario hacer una limpieza profunda. Al igual que hacer la cama por la mañana, hacer cosas básicas como los platos, sacar la basura, guardar cajas y recipientes y limpiar las encimeras de la cocina te ayudará a empezar el día con buen pie.
3. Ordena tu bolso o cartera
Conocer la ubicación exacta de todo lo que necesitas es un hábito clave de una persona organizada. Si está rebuscando constantemente en su bolso o cartera para encontrar el artículo que necesitas en el momento adecuado, es evidente que tu sistema de organización actual te está fallando.
Lo primero es desordenar. Desecha los recibos innecesarios, las bolsas vacías, los envoltorios... no hace falta que lleves toda esa basura contigo. A continuación, saca los objetos que sueles guardar en la cartera o el bolso y organízalos de forma que los elementos que más utilizas estén siempre fácilmente accesibles. Por ejemplo, las tarjetas de recompensa que más utilizas deben ir en el compartimento de tarjetas delantero de la cartera, mientras que las que rara vez utilizas pueden guardarse en la parte trasera.
Eso es todo. No olvides repetir este proceso de orden de vez en cuando para mantenerte organizado.
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4. Los planificadores y las listas son tus mejores amigos
Ninguna persona tiene una memoria perfecta. Por eso se han inventado los diarios, los cuadernos de notas, las listas de tareas, los temporizadores y los despertadores. Aprende a utilizar estas herramientas y serás más productivo en un instante. Mira qué es lo que mejor te funciona.
Un cuaderno de notas es una buena manera de anotar cosas si estás constantemente en movimiento, pero no es bueno si tiendes a olvidarte de abrir el cuaderno todos los días. Un calendario o una agenda de pared que puedas colgar en la nevera es lo mejor para las personas que necesitan un recordatorio visual para planificar las cosas.
Sea cual sea el medio que elijas, asegúrate de mirar tu agenda con regularidad, idealmente cada mañana o cada tarde. Hacerlo a mediodía no es muy productivo porque te impedirá cumplir tus objetivos en el mismo día, pero también es demasiado pronto para planificar el día siguiente.
5. Mantén tu casa libre de desorden
¿Eres culpable de aferrarte a objetos viejos "por si acaso"? Ya sabes, como cuando ves que tus zapatillas están demasiado gastadas, así que te compras un par nuevo pero no tiras las viejas. Este tipo de pensamiento genera desorden en tu casa, y con demasiadas cosas, nunca serás capaz de controlar todo.
De hecho, acabarás perdiendo el tiempo eligiendo entre los artículos. Y no nos hagas hablar de todo el espacio necesario para almacenar todas esas cosas que son demasiado viejas para ser usadas, pero todavía demasiado valiosas para ser desechadas. Por supuesto, no se trata de una regla rígida. Tal vez quiera tener dos o tres pares de zapatillas, pero considere la posibilidad de racionalizar tu casa en las áreas que puedas.
6. Planifica lo que vas a llevar al día siguiente
Este consejo es para aquellos que pasan mucho tiempo vistiéndose por la mañana. Enséñate a preparar de antemano la ropa que vas a ponerte por la mañana, teniendo en cuenta la previsión meteorológica y tus planes para el día. Y no importa si tienes que salir por la puerta a las 7:30, o si te vas a quedar en casa todo el día: este hábito garantiza que tus mañanas sean menos apresuradas y libres de estrés.
7. Dedica cinco minutos a hacer un plan de comidas para mañana
El hambre es uno de los mayores escollos de cualquier dieta saludable. Si tu objetivo es comer más verduras, pero no tienes todos los ingredientes para hacer una receta que contenga verduras, probablemente nunca comerás más sano. En lugar de eso, esperarás a tener hambre y te harás un sándwich o buscarás un bocadillo.
Para evitar que se produzca esta situación, planifica tus comidas semanal o diariamente -lo que mejor se adapte a tu estilo de vida- y asegúrate de que tienes el tiempo y todos los ingredientes para cumplir ese plan a lo largo del día o de la semana.
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8. Piensa en las tres principales tareas a realizar cada día
¿No te gustan las listas de tareas? No pasa nada, no todo el mundo disfruta escribiendo listas de tareas detalladas y sabiendo marcar cada una de las tareas de la lista. En lugar de escribirlo todo, anota mentalmente las tres principales tareas que debe hacer en el día. Hazlo por la mañana mientras tomas el café o el desayuno, cuando tu cerebro aún no está contaminado por el estrés del día. Es un pequeño truco mental tan útil, ya que está estableciendo una intención de éxito, organizando tus pensamientos y recordándote los objetivos que debes cumplir.
9. Delegar tareas
Un día productivo y satisfactorio nunca está sobrecargado de tareas, responsabilidades y plazos. Al contrario, llenar tu agenda con demasiadas cosas te abrumará y te estresará. Quítate algo de encima repartiendo las tareas a otras personas de tu casa o de tu lugar de trabajo, si puedes. Después de todo, el hecho de que seas la única persona organizada de tu familia no significa que tengas que hacerlo todo tú.
10. Realiza las tareas en trozos pequeños
Cualquier tarea intimidante puede resultar más tolerable si la divides en tareas más pequeñas y manejables. Por ejemplo, ¿necesitas llamar a la compañía eléctrica por un error de cálculo en tu factura, pero no puedes hacerlo? Aplazar la tarea te hará sentirse aún peor y más ansioso.
En lugar de aplazar la tarea, divídela en partes más pequeñas. Tómate un minuto un día para encontrar la factura problemática. Al día siguiente, busca el número de la empresa o escribe una nota con las cosas que quieres decir o preguntar. Finalmente, al tercer día, cuando lo tengas todo preparado, prepárate una bebida caliente, coge toda la información que has leído y haz la temida llamada.
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