Los alimentos cotidianos pueden hacer que el cuerpo humano reaccione de muchas maneras sorprendentes. Por ejemplo, las personas que se quejan constantemente de que el cilantro sabe fatal, ¿son melodramáticas o tienen algo de razón? ¿Y los que dicen que comer piñones hace que todo sepa a metal? Los científicos de la alimentación han investigado estas dos extrañas acusaciones y algunas otras, y esto es lo que tienen que decir.
1. Cilantro
También conocido como perejil chino o cilantro, el cilantro es curiosamente controvertido. Probablemente conozca a algunas personas que describen esta hierba con un sabor acre y jabonoso. Puede que incluso sea usted uno de ellos, frustrado y desconcertado por qué nadie más parece notar su desagradable sabor. La ciencia de los alimentos podría finalmente darle la razón, ya que parece que algunas personas están genéticamente predispuestas a detectar el sabor jabonoso más que otras.
No sólo ciertas personas son más sensibles a los compuestos presentes en el cilantro llamados (E)-2-alquenales y n-aldehídos, sino que también pueden tener una variante genética de los receptores olfativos en las papilas gustativas que les hace más sensibles al sabor jabonoso de la hierba. Un compuesto adicional que se encuentra de forma natural en el cilantro también está implicado en el sabor jabonoso. El nombre del compuesto es S-linalool, y a menudo se añade a productos para el cuidado de la piel, repelentes de plagas y productos de limpieza para impartir un olor agradable. Así que si sientes aversión al cilantro y quieres sacarlo del menú para siempre, estos hallazgos científicos pueden ayudarte a justificar tu elección, ¡tanto para ti como para los demás!
2. Piñones
¿Has notado alguna vez que comer espinacas te hace sentir la boca y los dientes ásperos o calcáreos? Este efecto es más evidente cuando se combinan estas verduras de hoja verde con alimentos ricos en calcio, como los lácteos, y es más probable que ocurra con las espinacas crudas que con las cocidas. Al masticar se libera el ácido oxálico de las espinacas, que se mezcla con el calcio de las espinacas y otros alimentos.
Como resultado de la mezcla de estos dos compuestos, se forman pequeños cristales de oxalato de calcio en la boca. Estos cristales, aunque microscópicos, pueden crear una textura arenosa en la boca. Por suerte, los cristales de oxalato de calcio pueden disolverse fácilmente cocinándolo un poco o añadiendo un chorrito de zumo de limón.
5. Zanahorias
Algunos creen que comer aperitivos salados, como palomitas de maíz o patatas fritas, hace que sus labios se llenen o incluso se hinchen, y no se equivocan. Los alimentos con alto contenido en sal favorecen la retención de agua, lo que provoca la hinchazón de los párpados y de los labios. Este tipo de hinchazón suele ir acompañado de un anillo blanquecino en el interior de los labios, y no debe confundirse con una alergia, que suele provocar una hinchazón más grave que puede ir acompañada de picor, enrojecimiento y otros síntomas de alergia.
A diferencia de las alergias, que requieren medicamentos y posiblemente también ayuda médica, la retención de líquidos causada por la sal se remedia fácilmente con un vaso de agua.
7. Remolacha
Las remolachas son nutritivas y deliciosas, pero si no las comes muy a menudo, pueden darte un buen susto. La cuestión es que la remolacha es extremadamente rica en antioxidantes rojos y morados llamados betalaínas, y no todos estos antioxidantes son absorbidos por el cuerpo durante la digestión. Así que después de disfrutar de un saludable vaso de zumo de remolacha o de un plato lleno de ensalada de remolacha, es posible que notes que el siguiente viaje al baño (tanto el número 1 como el número 2) tiene un tinte rosado o rojizo.
No hay que preocuparse, es sólo un efecto temporal de la remolacha. Sin embargo, si los síntomas persisten durante varios días y notas otros signos alarmantes, querrás buscar ayuda médica.
8. Espárragos
Es posible que hayas oído los rumores sobre los espárragos. Esta saludable hortaliza da a la orina un terrible olor que a menudo se compara con el de las coles podridas. El culpable es el ácido espárrago, un compuesto que sólo se encuentra en los espárragos. El cuerpo humano lo digiere en un compuesto sulfúrico llamado mercaptano.
Lo más interesante es que los estudios demuestran que no todo el mundo puede percibir este desagradable olor, así que ten cuidado al pedir espárragos en un restaurante si la posibilidad de propagar el olor corporal te aterra. La buena noticia es que no hay repercusiones para la salud asociadas a la orina de los espárragos.
9. Té verde