Los sustitutos de la sal parecen idénticos a la sal de mesa normal, pero intercambian parte o todo el cloruro de sodio por cloruro de potasio. Estas alternativas de sal se pueden usar para cocinar y condimentar, pero algunas personas encuentran que el cloruro de potasio tiene un regusto metálico o amargo, por lo que es mejor comenzar a usarlo en pequeñas cantidades. El amargor es especialmente notable en los productos horneados caseros, por lo que es mejor no sustituir más ⅕ de sal en una receta con un sustituto de la sal.
La respuesta corta es que los sustitutos de la sal son beneficiosos para algunas personas, pero en realidad pueden ser perjudiciales para otras. Un importante estudio publicado recientemente en el New England Journal of Medicine concluye que el uso de un sustituto de la sal mejora la salud del corazón y reduce el riesgo de accidente cerebrovascular en personas mayores con antecedentes de hipertensión o accidente cerebrovascular. El estudio examinó a 21.000 participantes de 600 aldeas de China.
Los participantes tenían 60 años o más: el 72% sobrevivió a un accidente cerebrovascular y el 88% tenía presión arterial alta. A cada participante se le dio 20 gramos de sustituto de sal que contenía 75% de cloruro de sodio y 25% de cloruro de potasio y se le instó a usarlo como sal regular. El estudio encontró una clara mejora en el manejo de la presión arterial y la prevención de accidentes cerebrovasculares en comparación con las aldeas vecinas donde los sujetos de control continuaron usando sal regular.
Sin embargo, los médicos y científicos dicen que deberíamos tomar esta conclusión con un grano de sal. Esto se debe a que la dieta de un adulto mayor promedio en las zonas rurales de China es muy diferente a la de las personas que viven en los EE. UU. Y otros países occidentales. “En las zonas rurales de China, la mayoría de las comidas se cocinan desde cero, por lo que la ingesta de sodio está bajo el control del preparador de alimentos. Los estadounidenses consumen muchos más alimentos procesados y preparados, y muchos de esos productos aportan mucho sodio incluso antes de que cojamos el salero ”, dijo la Dra. Elizabeth Klodas, cardióloga.
La mayor parte del sodio no se esconde en los alimentos que preparamos, sino en los que compramos, como productos horneados, alimentos enlatados, papas fritas, salsa de soja, otros condimentos, etc. Pero los alimentos procesados no son el único problema que causa los sustitutos de la sal son problemáticos.
El potasio en los sustitutos de la sal en sí puede ser dañino para los riñones y otros órganos si se consume en cantidades excesivas. Estos sustitutos también son peligrosos cuando se combinan con ciertos medicamentos, como los inhibidores de la ECA y algunos diuréticos, y pueden provocar daños en el hígado y los riñones. Por estas razones, si estás considerando los sustitutos de la sal, primero habla con tu médico.